Desde que he iniciado este ciclo de entrevistas con personajes de gran importancia, incluyendo algunas (las menos) que son protagonistas por representar el mal, y no obstante lo complicado que fue concertar tres de ellas, esta, con el ex presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, me ha costado sudor y lágrimas.
Rodríguez Zapatero, durante estos recientes años, es el político español que lucha y aparentemente con éxito por ser el hombre público más polémico de España, pisándole los talones al Rey Juan Carlos. Sí lo tengo presente, el presidente Zapatero por sus relaciones con Maduro y el Rey por lo que siente o ha sentido por doña Corina o Barbarita Rey, al menos en buena parte del mundo hispano parlante.
He temido irme con las manos vacías y ese temor me ha obligado a tocar muchas puertas, de personas conocidas y no siempre. Además de otros intentos por correo en físico y la utilización de puentes y mensajes con personas de quienes me aseguran que tienen acceso al segundo más joven presidente del gobierno que ha pasado por el Palacio de la Moncloa.
En mi intento de conseguir un alma generosa que me introdujese con algún colaborador o colaboradora cercano al presidente, y así hacer llegar mi solicitud en las manos de las personas que deciden la agenda de Rodríguez Zapatero, porque amigos, aquello de que te respondemos por email lo antes posible (después de 67 días) no funcionó. El alma bondadosa apareció gracias a un amigo del amigo de un amigo.
Si, entendí que la respuesta a mi solicitud no llegaría de ipso facto y pensé, bueno Raul Ochoa, no te quejes, ya que pasar unos días en Madrid no se puede considerar como un sacrificio, más bien lo podría ver como un regalo a mi espíritu, en fin como un regalo a mis ojos y a mis oídos, porque hoy vivir Madrid es verdaderamente cool.
Y así, al entender que mi estancia en Madrid no sería de solo un par de días, acepté gustoso una invitación que tiempo atrás, cuando nos habíamos reencontrado por mera casualidad en plena Gran Vía me había hecho un viejo amigo, Juan Pedro, mi compañero y amigo de mis primeras batallas políticas, nieto de un republicano muerto en la guerra civil, e hijo de un madrileño y de una maracucha. Si así es, él, hoy médico egresado de LUZ y jefe de un reparto de cardiología en el Hospital de la Paz, me ha invitado a pasar esos días en su casa, un viejo caserón en pleno centro de la vieja capital española.
Acepté gustoso la invitación de Juan Pedro de alojarme en su casa, en la Madrid de los “gatos”, este simpático apodo que se les da a los madrileños de pura cepa. Si, la casa de Juan Pedro es un sobrio caserón, pero siendo parte de la história cultural española, pasa de ser una sobria casa a ser una suntuosa casa, no por el lujo material, sino por el espiritual o cultural, pues está en el número 29 de la Carrera de San Jerónimo, a dos pasos de la célebre plazoleta donde se reunían los llamados integrantes del siglo de oro, desde Cervantes a Góngora, desde Lope de Vega a Quevedo, sin olvidar a Tirso de Molina.
Confieso que he debido sacar del fondo de mi mente un nivel de paciencia para mi desconocido. Estuve a punto de hacer mía la fábula del zorro con las uvas verdes.
¿El objetivo de esta y de las otras entrevistas? Transmitir a personas, bien protagonistas o influyentes en este tortuoso proceso, en el cual no solo los venezolanos estamos inmersos, ya es buena parte del mundo, que directamente o indirectamente vienen tocados por esta increíble situación de las vivencias de un pueblo, que transcurre sus días luchando, batallando, para reencontrar la libertad perdida en esa contradictoria nación, como es la venezolana.
Así, bajo esta óptica me he entrevistado en dos oportunidades con el presidente Maduro, pocas semanas atrás con el presidente de Brasil, el Sr Luiz Ignacio Lula da Silva, asi como con el Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, jurista Karim Khan, ruegoles de perdonarme respetados lectores, ya que me valgo de esta ocasión para recordarle al Fiscal Jefe, que su promesa, la de actuar de manera más expedita, ante las irrefutables pruebas, ya en su poder, de los crímenes de lesa humanidad de los cuales está acusado Nicolás Maduro y otros de sus socios, no la está honrando.
En fin apreciados lectores, me informan de la secretaria del presidente que la entrevista finalmente ha sido programada para el próximo día sábado 28 a las 10.30 de la mañana, en su despacho como presidente del Think Tank Gate Center, en el número 34 de la calle de Velázquez, en el prestigioso barrio de Salamanca. Reconozco que ha sido la entrevista más difícil de concretar.
No obstante esta dificultad, debo entender que el presidente Rodriguez Zapatero viaja constantemente por el mundo. Realmente no sé si por razones políticas o simplemente por intereses privados, o como se comenta en círculos políticos en Venezuela, que combina y mezcla con mucho éxito ambas razones.
Día 28 de septiembre, oficina del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, 34 de la calle Velásquez del barrio Salamanca de Madrid.
Finalmente, tomo el metro y desciendo en la estación Colon y me detengo a tomar un café cortado en el restaurante cafetería Delia, camino unos 10 minutos bajo un sol radiante y ya a eso de las 10.05 llego a la dirección que doña Ana Julia Zamora, asistente del presidente me había enviado por mensaje.
Por fin llego al número 34 de la calle Velázquez. En la puerta una camioneta negra con un par de torretas con las clásicas luces azules que identifican los autos de la seguridad pública en España.
Entro en el edificio, el cual combina modernismo con el arte clásico renacentista español. En el pasillo había un par de agentes en civil, (las pistolas los delataban) y un poco más adelante, otros dos agentes con ametralladoras y en uniforme de la Guardia Civil. En el primer escritorio, donde están los agentes en civil, me detengo quienes me preguntan a donde voy, respondiendo que tengo una entrevista con el presidente Rodríguez.
Les entrego mi carta de identidad, la cual escanean, cuando uno de ellos se levanta y me acompaña hasta la puerta del ascensor, donde un operador me da los buenos días y me indica que vamos al último piso.
10 y 24 minutos de la mañana. Doña Ana Julia Zamora me recibe y en el momento de ofrecerme un café, me anuncia que el presidente tiene un pequeño retraso, ella calcula unos 20 “minutitos”, es la expresión de doña Ana Julia.
Un mesonero me trae un café tinto, ofreciendo tres diferentes sobres con azúcares, dos de ellos con azúcar procesada y uno con edulcorante.
Reviso mi teléfono como hoy lo hace, el 90% de la población activa en el mundo, con o sin necesidad, para así ser considerado una persona que está en algo.
A las 11 y 10 doña Ana Julia me invita a seguirla, el presidente ha llegado y le espera.
Se alza de su silla de escritorio y se acerca a una pequeña salita donde me extiende la mano presentándose como José Luis Rodríguez y así de sopetón sin mediar muchas palabras me dice mirándome fijamente a los ojos, don Raúl, he leído un par de entrevistas que en los últimos meses ha realizado.
Se sonríe, el mesonero se acerca con dos tazas de café, la de Rodríguez Zapatero, muy grande con sus iniciales y la mía, pues obviamente igual a la anterior, refiriéndome que la del presidente Lula le había parecido interesante y con la de Maduro me pregunta si yo creo que el presidente de Venezuela me concederá otra entrevista, agregando él, en el mismo momento, le digo la verdad don Raúl, lo dudo. Sin ninguna duda, son amigos cercanos.
Bien, siempre es el presidente Rodríguez el que marca la pauta, y me pregunta él a mí, dígame don Raúl y usted que es uno que habla con la gente, ¿usted cree que su país saldrá de este proceso? respondiendo, pero presidente, honestamente yo pienso que es usted uno de aquellos líderes que tienen en su bolsillo una de las llaves. ¿No ha confesado usted que sirvió de intermediario para que el gobierno de Maduro, le concedieran el salvoconducto al presidente electo González Urrutia?
El presidente se me queda mirando otra vez fijamente, pero ahora sin la sonrisita que exhibió minutos antes y me responde él otra vez con una pregunta ¿es que usted no ha entendido que la oposición con su constante actitud de denunciar todo lo malo y lo bueno se alejaban de la posibilidad de tener un acceso real al gobierno, momento llegado?
Presidente Rodríguez, ahora soy yo el que le pregunta ¿es que usted está consciente de lo que era Venezuela 20 años atrás y lo que es hoy?
Bueno habría que preguntarle a los americanos con sus políticas, no me atrevo a llamarlas imperialistas, pero si intervencionistas.
Bien, muy bien acepto sin pretender profundizar sobre esta repuesta. Entonces presidente permítame hacerle una pregunta y espero que su respuesta sea muy sincera, creo que la inmensa mayoría del pueblo venezolano se la merece: ¿está usted disponible para visitar públicamente al presidente electo González Urrutia y proponerle que la oposición venezolana lo acepte a usted como un mediador de buena fe, quien no trabajará a favor de ninguno de las partes ? sino a favor de los intereses de Venezuela toda ?
Por mi parte no tendría ninguna objeción, pero me parece difícil que la oposición me acepte.
Pero presidente, si hablamos de esto debemos ser muy sinceros: usted alguna vez en sus decenas de visitas que ha realizado en Venezuela, se propuso conversar, ¿o algo tan simple como tomar un café con María Corina Machado? A usted como ex presidente de España nadie, pero nadie le criticaría que sinceramente sirviese de vaso comunicante con los dos sectores del país, uno inmensamente mayoritario y con cientos de sus simpatizantes detenidos injustamente en mugrientas mazmorras que han creado sus amigos. Respóndame presidente, y usted ¿alguna vez ha reclamado a Maduro o dicho algo de esta anormalidad?
Presidente, que pensaría su abuelo, el capitán don Juan Rodríguez Lozano, quien fue procesado por el movimiento de octubre de 1934, y fusilado inmisericordemente.
Siempre con su venia presidente Rodríguez, le recuerdo las palabras que usted pronunció durante su viaje a ciudad de Túnez el 2 de marzo del año 2011:
Merece la pena lo que ustedes han hecho – declaraba el presidente del Gobierno tras triunfar la Primavera Árabe–. Mi padre no pudo disfrutar de las libertades y mi abuelo fue fusilado.
Presidente ¿y qué dirán los herederos del general Baduel o de los del Capitán de Corbeta Acosta Arevalo (de Navío post mortem), de Fernando Alban, de los Oscar Pérez, cuando usted y con razón recuerda con mucha rabia y tristeza a su abuelo fusilado 26 años antes de que usted naciera?
Don Raúl Ochoa Cuenca, le tengo que pedir terminar aquí con la entrevista.(su cara no era de aquellos a quien él consideraba como un amigo)
Por favor presidente una última pregunta, le leeré una noticia de prensa ofrecida por un venezolano, Antonio Ledezma, dirigente de la oposición, ex preso político y hoy exiliado en este gran país.
“Yo creo que lo que los venezolanos queremos (se refiere a usted presidente) es que sea intermediario para la salida de Maduro, porque el que ganó (las elecciones) es el que debería estar preparándose para asumir Miraflores, para asumir la presidencia, y el presidente Zapatero no ha dicho una palabra sobre eso”,
El presidente me mira y dice. No tengo nada que responder.
Una ultimísima pregunta presidente Rodríguez Zapatero.
¿Me permite ser su portavoz para decirle al mundo que usted trabajará por la salida de Maduro y por el respeto de las leyes así como usted respeta la constitución y las leyes de España?
No hubo respuesta, su saludo de despedida fue respetuoso pero con aspereza, dándome la mano y expresando sus gracias por la entrevista. Si, yo ya conocía la salida.
Anfi del Mar, el 30 de septiembre del año 2024.