Arturo Molina: El conflicto del liderazgo: el blanco (sumiso) y el marrón (ignaro)

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En una ciudad donde las decisiones se toman en un café a la hora del almuerzo, dos personajes emblemáticos emergen como símbolos de un conflicto: Blanco y Marrón. Blanco, un hombre de actitud sumisa, se deja llevar por lo estereotipado, buscando siempre la aprobación de los demás. Marrón, con su oscurantismo ostentoso, presume de saberlo todo, sin percatarse de lo poco que realmente comprende. Ambos son manejados por el Iletrado Mayor, un individuo cuyo único interés es el beneficio económico, a expensas de la colectividad. Esta dinámica entre liderazgo e imposición mueve las realidades presentes, tanto objetivas como subjetivas de lo aquí descrito.

La narrativa de Blanco y Marrón desnuda un contraste fundamental: el verdadero liderazgo no somete, sino que inspira. Blanco, al ser complaciente, permite que las decisiones se tomen sin cuestionar su validez. Su actitud lo convierte en un instrumento fácil para aquellos que desean manipular. En oportunidades, se observa que las personas manejables son vistas como seguidoras leales, pero su falta de crítica puede llevar a escenarios nocivos. En cambio, el Ignorante Mayor, quien se beneficia de esta acción, anima un entorno donde las voces de aquellos como Blanco se esfuman.

Marrón, al ignorar su propio atraso, actúa como un dirigente vano, guiando a otros sin una dirección clara. Su falta de conocimiento lo lleva a hacer aseveraciones inexactas que son aceptadas por algunos, simplemente porque emanan de una figura con apariencia de autoridad. Esa condición resalta una verdad inquietante: quienes carecen de un enfoque claro, logran influir en la opinión pública, gracias a su maña para cautivar incondicionales. La parodia es que, al final, todos terminan aprisionados en un ciclo de desinformación y manipulación.

El Ignaro Mayor, representa a aquellos que, sin escrúpulos, explotan la sumisión de Blanco y el oscurantismo de Marrón. Su orientación egoísta y su ambición de lucro se convierten en decisiones que perjudican a la colectividad. En la búsqueda de favores personales, ignora las secuelas sociales de sus faenas, dejando a Blanco y Marrón como simples piezas en su perverso juego, que conlleva a preguntar: ¿qué papel juegan nuestras propias decisiones en este entramado? ¿Somos como Blanco, conformándonos, o como Marrón, hablando sin saber?

Es esencial reconocer la jerarquía del pensamiento crítico en la construcción de una sociedad sustentada en la justicia social. Entender, sin arrogancia, que liderar no significa imponer, sino empoderar. Es trascendente que las voces de aquellos como Blanco se robustezcan, y que los seguidores de Marrón exploren y se apropien del conocimiento, en lugar de confiar en su supuesta autoridad. Eso favorece a todos al romper el círculo vicioso constituido por la desinformación y manipulación que sostiene al Ignaro Mayor en su fingida posición de poder.

jarturomolina@gmail.com – @jarturomolina1

 

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