La camarilla roja, enquistada ilegítimamente en el poder, no se cansa de simular, mentir y manipular. Tienen una infinita, perversa y pérfida vocación para crear y recrear situaciones con las cuales ganar tiempo en su obsesión de perpetuarse en el poder y de buscar excusas para su ilegal comportamiento. La semana anterior volvieron a inventar un nuevo diálogo. Desde el 2002 hasta la fecha se han producido más de veinte mesas de dialogo, conferencias de paz, facilitaciones o mediaciones para tratar de buscar una convivencia civilizada entre la sociedad democrática y un régimen que ya derivó en una abierta y operativa “dictadura del socialismo del siglo XXI”.
Esta nueva convocatoria a diálogo, formulada por el presidente en funciones de la Asamblea Nacional, es un nuevo evento para tratar de confundir a la sociedad, a la comunidad internacional y a sus propios cuadros políticos. Se trata de un show para dejar atrás el fraude perpetrado el 28 de julio, simulando una conducta democrática y una normalidad que para nada existe en el espíritu de la ciudadanía. Las circunstancias de la vida obligan a las personas a vivir, pero para nada significa que aceptan en su espíritu y en su voluntad la grotesca conducta de la cúpula del poder.
Esta convocatoria se produce después de las graves amenazas lanzadas por el mismo convocante contra la dirigencia de la oposición democrática. En efecto Jorge Rodríguez, desde su curul presidencial, en la sesión del día 17 de septiembre lanzó la siguiente perla: “Es una verdad absoluta y clara como la luna llena, los vamos a derrotar, los vamos a revolcar, los vamos a aniquilar y van a ir presos y presas todos aquellos los quienes han provocado dolor y zozobra a nuestro pueblo, lo juro por mis hijos, lo juro por los huesos de mi padre muerto, los vamos a derrotar…”
Con tamaña amenaza, con los antecedentes de su comportamiento ese evento no revestía ninguna seriedad, ni mucho menos un acto de rectificación. Jorge Rodríguez y sus “colaboradores” piensan que pueden borrar esa realidad. Se vuelve a equivocar el psiquiatra. La simulación del diálogo efectuado el pasado jueves 3 de octubre en el Capitolio Federal no es sino otro ejercicio de cinismo de quienes jamás han creído en el diálogo y que además no tienen ningún espíritu de hacer algo distinto a lo que existe en sus mentes como plan para permanecer en el poder. Por supuesto que ninguno de los dirigentes democráticos del país podíamos asistir a semejante reunión.
Lo que ninguno de los asistentes se atrevió a preguntar al inefable personaje, especie de Fouché tropical de este régimen, lo hizo la periodista Osmary Hernández, quien le solicitó informará sobre la publicación desglosada mesa por mesa de los resultados y el personaje, con la soberbia y prepotencia que le caracteriza, expresó: “ yo no sé de qué me estás hablando, yo me leí….estas completamente equivocada, la ley… estás absolutamente equivocada, la ley orgánica de procesos electorales establece la publicación de resultados en la gaceta oficial y así fue publicado…..”
Una vez más el citado ciudadano mintió y manipuló. Mintió porque nadie conoce la existencia de una gaceta donde se haya publicado el citado resultado, tampoco es posible acceder a la página web del CNE porque ellos decidieron cerrarla para evitar tener que ofrecer explicaciones. Pero lo más grave de la respuesta de Jorge Rodríguez es pretender sostener que la ley de procesos electorales solo exige publicar unos números finales que declaran un ganador. De modo que con publicar los datos ofrecidos por el ciudadano Elvis Amoroso el 29 de Julio ya se habría cumplido con la ley. Nada más falso que esa afirmación. Cuando la ley habla de publicar los resultados se refiere a todos los resultados del proceso electoral, vale decir a los de todas las mesas.
No se trata de hacer una lectura aislada del artículo 125 de la ley orgánica de procesos electorales, esa norma hay que leerla en el contexto del capítulo donde está inmersa; pero además debe tenerse en cuenta que la categoría de “resultados electorales” está referida a un desarrollo normativo más específico que la ley ordena se haga en el reglamento. De modo que Jorge Rodríguez de forma deshonesta y manipuladora pretende desconocer todo el bloque de la legalidad que norma ese proceso a partir de los principios fundamentales de transparencia, seguridad, independencia que le fija el artículo 294 de la Constitución al Poder Electoral, y que se desarrolla aguas abajo en nuestra legislación mediante la ley y el reglamento. Lo cierto es que quien “está absolutamente equivocado” es Jorge Rodríguez y no la periodista que le interpeló. Para demostrar que está equivocado, que oculta la verdad legal y moral, y que está maniobrando deliberadamente para tapar el fraude, solo hay que leer los artículos del 114 al 125 de la ley orgánica de procesos electorales, y los desarrollados desde el 372 al 386 del Reglamento de dicha ley, de cuyo conjunto normativo se desprende la obligación de publicar las actas de forma desglosada, puesto que esas acatas son parte de un expediente administrativo llamado Boletín Final de Resultados, que es el documento que podemos considerar como resultado de un proceso electoral. Todo eso lo lanza al cesto de la basura este ciudadano.
La cúpula roja seguirá en su ejercicio de simulación y manipulación hasta que definitivamente salgan del poder, entonces regresará la democracia y con ella la legalidad y la transparencia, En esa lucha continuamos.