Hace seis décadas, en la Escuela de Historia de la UCV, comenzamos a alzar la voz para manifestar nuestras dudas sobre el tal descubrimiento de América por Cristóbal Colón y sus naves, La Pinta, La niña y la Santa María, el 12 de octubre de 1492. Un saber que, en la primaria, en las clases sobre Historia de América se nos impuso como conocimiento, como verdad, oficialmente establecido, para hacer gala del más atrasado y perverso nivel de la doctrina contentiva del pensamiento colonialista.
Y desde entonces nos propusimos reunir los elementos documentales necesarios que nos permitiera capacitarnos para enfrentar el conocimiento de la falsedad propia de los explotadores, disfrazados de descubridores.
Estamos ante la empresa oficial colombina
Estamos entonces ante la empresa oficial colombina cuyo objetivo era explorar más allá del mundo europeo, en la búsqueda de territorios no utilizados con la idea de tomarlos y poblarlos. A esto se llamó descubrimiento según Las Leyes de Indias.
El colonialismo-explotación levanta sus posesiones con el exterminio
Pero ese mismo calificativo se dará, por conveniencia y justificación a los territorios previamente poblados y ahora apropiados por el invasor. Y ante la resistencia de los originarios se aplica una violencia cada vez más extendida y profunda. Exterminio de toda rebeldía. A esto se llama conquista. Y sobre esas bases de terror levanta sus posesiones el colonialismo-explotación.
La contraposición señores y dueños-riqueza frente a pueblos o pobreza
Son 300 años de imposición de una realidad, una forma de vivir, de pensamiento, creencias, organización, trabajo productivo y valores en general. Con todo dispuesto por el mandato de las leyes de la propiedad privada que establece la separación entre señores de la riqueza y pueblos o pobreza.
De esta manera se pretende borrar al originario de un mundo sin esa separación entre la clase de los ricos y de los pobres, un colectivo que se bautizará como ‘pueblo’.
Necesario asumir el proyecto de los no descubiertos
Necesario entonces algo que asumimos desde la puesta a andar del Proyecto de Los No Descubiertos, en 1984. Desde entonces nos enfrentamos al viejo saber de los manipuladores y la imposición. Por eso a lo largo del período nos hemos empeñado en enfrentar la tesis del ‘superior descubridor y civilizador’. Este es el ropaje del masacrante.
Y por encima de todo persiste la interesada confusión. Se llega a hacer creer que hay identidad entre población y pueblo. Que el segundo es derivado del primero. Ya señalamos que ‘pueblo’ no es una identidad poblacional sino el contrario al usurpador-invasor portador de toda propiedad-riqueza. Y a su frente el masacrado, vencido, pueblo o pobre.
Por esto decimos que la lucha planteada tiene como objetivo importante situarnos en el territorio de los ideales de vida, esperanzas y espíritu de creación del originario sobre quien se decretó el exterminio por enfrentar la Espada hermanada a la Cruz.
Sobrevive hoy la conciencia del descubierto o pobre e inferior
Se aplica a esta hora la maquinaria del más dimensional sometimiento. Y lo más lamentable es que 532 años después, la esencia misma de esta realidad se mantenga distante de una mentalidad y pensamiento propios. Sobrevive hoy, por encima de independencia, república, dictadura, democracia o revolución bolivariana-socialista-comunista la conciencia del descubierto e inferior.
Nos hemos quedado en el 12 de Octubre
Nos hemos quedado en el 12 de octubre, sin tocar el proceso de negación del colectivo-social-pueblo que ya alcanza los 532 años como entidad en busca de una vida y pensamiento propios.
Y por esto, hasta el presente no se ha asumido de manera firme y comprometida la tesis de los No Descubiertos, que mantiene que ‘Nadie descubre a Nadie’, que ‘No hay sociedades cubiertas ni descubiertas, sólo hay sociedades’ y que ‘Somos una condición y una conciencia distintas’. Por tanto, esta posición no asumida oficialmente en la práctica a nivel de la educación latinoamericana, sigue la orientación descubierta que estigmatiza al colectivo-social-pueblo como inferior.
Aún predomina la idea de que hubo un descubridor y sigue con vida el invasor
Aún predomina, en medio de la confusión reinante, la idea de que hubo un descubridor y sigue con vida en nosotros el invasor. ¿Cuándo aclararemos que no hubo el tal descubrimiento sino una invasión que aún pesa sobre nosotros? ¿Cuándo se entenderá que es necesario tipificar un proceso y no reducir el mismo a un día?
¿Con qué intención se pone el “Día de la Resistencia Indígena” por encima del proceso cuyo fondo ideológico-conceptual es históricamente impuesto como lo es el tal Descubrimiento? Y esa acción realizada por el imperio español pregona haber ‘creado e inventado América’. ¿Y por qué hablar de ´Resistencia Indígena’ y no de Resistencia de los Originarios.
¿Es válido aceptar el calificativo de pueblo indígena o pueblo de indios impuesto por vencedor?
¿Qué falta por hacer para que se comprenda que un nuevo pensamiento, una nueva conciencia no puede empezar por admitir como suyo hasta los calificativos que nada tienen que ver con esta realidad? ¿Es válido aceptar el calificativo de pueblo indígena o indio impuesto por el vencedor?
Los no descubiertos no aceptan el estigma de inferiores
¿Cuándo se enfrentará el fondo-esencia de esta historia de 532 años y se decreta oficialmente que No somos ni seremos Descubiertos? ¿Qué somos una conciencia y una condición distinta que no admite el estigma de inferiores?
Estado, Imperio e Iglesia Católica se juntan para producir uno de los mayores genocidios de la historia mundial
¿Contribuye o no a la confusión eso de proclamar que no somos descubiertos porque ya existíamos? La tesis del Descubrimiento de América obvia eso de “ya existíamos” sacando a relucir que en estas tierras no había gente sino una ‘animalidad’ que era necesario acribillar con la Espada para imponerle la conciencia que simboliza la Cruz. Porque Estado, imperio e Iglesia católica producen el mayor genocidio de la historia mundial.
Esta temática la discutimos con Hugo Chávez a propósito de nuestro libro “Habla El Comandante”
Esta temática la discutíamos con Hugo Chávez a propósito de las entrevistas que le hiciéramos para nuestro libro ‘Habla el Comandante’. CPT, Caracas, septiembre, 1998. Entonces debatimos sobre la necesidad de ir más allá del día 12 de octubre y tocar el proceso.
Le propusimos la tesis de los no descubiertos que no aceptó por ser muy radical
Insistimos en no quedarse, por ejemplo, en nuestra posición del 12 de octubre de 1982 cuando lo calificamos como ¡Día de la Masacre Aborigen!, El Nacional, 12 10 82, p.C-2. Le proponíamos la tesis de Los No Descubiertos puesta a andar en 1984 por la Cátedra ‘Pío Tamayo’ y el Centro de Estudios de Historia Actual de la Faces-UCV.
Le argumentamos sobre la necesidad de asumir una posición que enfrentara de manera firme el ignominioso ‘descubrimiento’. Dijo estar convencido de que era lo más claro y beneficioso para la propia comprensión de nuestra historia, pero que en ese momento no podía dar ese paso porque era algo radical que levantaría la voz del enemigo.
Por esto hoy, en el 2024, se utiliza incluso y de manera muy confusa, el lenguaje de los descubiertos y el de Los No Descubiertos. Va al mismo tonel el ‘originario’ y el llamado ‘pueblo indígena’. Y hasta se habla de ‘pueblo originario’. A esto llaman clarificación de la historia y se atribuye a Chávez.
Para nosotros lo fundamental no es cambiar formas sino forjar un pensamiento nuestro y consciente
Nosotros consideramos que lo fundamental hoy no es cambiar formas sino forjar un pensar nuestro y consciente. Nada corrige, por ejemplo, cambiarle el nombre al cerro ‘Ávila’ por ‘Waraira Repano’, como nos señaló recientemente el pintor y profesor Antonio Cabezas, y dejar intacta y activa la Cruz que es símbolo y conciencia del invasor. Pero sabemos entonces que en el porvenir está la educación y pensamiento No Descubiertos.
Por eso Sancho ¡Tendrá que llegar el día en que proclamemos el No Descubrimiento y la certeza que tendremos sobre la formación de una conciencia, un pensamiento y una condición humana propios!