Es igualmente peligroso dar una espada a un loco que el poder a un depravado. Pitágoras.
El poder es connaturalmente biunívoco, puede emplearse para producir bienestar, sí este se basa en las “virtudes de un gobernante, que propenda al bienestar de sus gobernados y al imperio de las buenas formas hasta lograr la Arete y la eudaimonía, que tanto anhelaba Aristóteles” (Aristóteles, 2023) Es conocido por todos que este príncipe filósofo es una utopía, pero al menos se requiere de alguna base axiológica para ejercer el poder político, con fines medianamente altruistas, sin embargo los vicios han carcomido el poder en nuestro país, haciendo que se produzca una indeseable metamorfosis kafkiana, que devenga trasmutación más repudiable que la de un ser humano o a blatode. En nuestro drama una peor que convierta al poder en una gansterilidad abyecta, deforme, insaciable, pletórica en vendetas, traiciones y crueldades, incluso entre sus propios miembros.
El país no aguanta más, se nos viene a pedazos. Es un aluvión, una improvisación constante, una angustia por la existencia diaria, bajo el terror orwelliano de un hermano mayor que todo lo escruta, lo vigila y lo prohíbe. Somos una ruda realidad de la Oceanía ideada por Orwell. (Orwell, 2005). La cárcel se anuncia como política de Estado, la muerte como ejercicio de gobierno y el fraude a la voluntad popular es el tornillo de esta usurpación.
Venezuela vivió un golpe de Estado, consumado el 29 de julio, una violación a la soberanía popular, manifestada en el sufragio. “Los golpes de Estado no son un evento aislado, sino un proceso en el cual las acciones de fuerza y la instauración de un nuevo régimen se hacen evidentes con el empleo del poder coercitivo” (Linz, 1978).
Así pues se disolvió el contrato social, se tomaron las instituciones haciendo un “desplazamiento regresivo” (North, 1998). Evidentemente economía y política son dos realidades indisolubles, sí no hay institucionalidad la situación económica se hace inviable y con ella insostenible el poder.
Crisis económica, demostración de la regresión institucional:
Como se explicó líneas antes, sí no existen equilibrios políticos, menos se pueden producir estabilidades económicas. De nuevo revive el fantasma de las brechas cambiarias, las cuales a fecha de publicación de esta columna se ubican en 26,29%. Tomando en cuenta que se acudió a la devaluación del tipo de cambio oficial para lograr el cierre infinitesimal de las mismas, las pérdidas cambiarias asumidas por el aún existente sector comercial y los sobrevivientes de las pequeñas y medianas industrias, hacen absolutamente insostenible la formalización, propenden hacia la economía gris, que tampoco logra activarse frente a la destrucción del poder de compra del salario.
En Venezuela no se ajusta el sueldo desde hace más de dos años, se perciben bonificaciones centralizadas desde la ONAPRE ( Oficina Nacional de Presupuesto), las cuales se distribuyen a través de la Plataforma Patria, incurriendo en prácticas que fraccionan bonificaciones de fin de año y vacaciones, así como antigüedades e intereses sobre prestaciones sociales. Esta práctica genera la emisión de pagos ridículamente bajos, de hecho el primer 25% del bono de fin de año para el sector público, no superó los 13dólares para el 80% de los funcionarios. Son guarismos crueles, indignantes y verdaderas bofetadas al ejercicio del trabajo, entendido este como proceso social.
Venezuela no cumple las mínimas condiciones de decencia laboral, incumple groseramente los Objetivos de la agenda 2030, de la cual es signataria. Bueno, incumplir estos objetivos es lo menos grave para un país en dónde los Derechos Humanos son violados sin paliativo alguno- El terror es política de Estado, las cárceles se han convertido en campos de concentración bajo la mirada silente de una sociedad afectada por el daño antropológico, medido a través de la dimensión del miedo (Aguilar, 2020).
En medio de un simbolismo que intenta atrapar, la memoria colectiva, subyace la crisis de los rehenes de la tiranía, Somos un país pobre en lo material, en lo léxico y en lo espiritual. Ya no existe manera de que la ciencia económica sea capaz de describir y menos prescribir esta horrida situación. 2.400 presos políticos, el exilio de más de 8 millones de connacionales y el horror del insilio de quienes subsisten en este horror son la expresión palmaria de una sociedad que implora un cambio necesario, el cual logramos y pretende ser aplastado por la hegemonía dominante.
Finalmente, “somos una sociedad incapaz de reconocer la verdad de la mentira, el bien del mal” (Arendt & Hannah, 1998), sin embargo la tesis arendtiana propone que a pesar de la banalidad del mal, este termina trayendo consecuencias y en esta advertencia, quiero cerrar esta entrega manifestando que no existe tolerancia sí lo que se tolera es el mal.
Este mensaje va dirigido a quienes simulan enseñar, a quienes simulan educar, a quienes convierten en negocio a la educación y cual Piérides[1] deformes, intentan hacer arrodillar a las Musas de las virtudes. La justicia existe, cobra y la historia coloca a cada cual en el lado que decidieron asumir: Jamás la virtud y el honor serán callados por los vicios y las deslealtades de quienes nos dominan y sus cohabitantes crematísticos y restracueros, quienes se coluden con el mal, terminan siendo arrasados por el mismo, devorados por esos a quienes intentan agradar.
Referencias:
Aguilar, L. (2020). Reflexiones sobre Cuba y su futuro. Miami: Universal.
Arendt, & Hannah. (1998). Los orígenes del Totalitarismo. Madrid: Taurus.
Aristóteles. (2023). Ética a Nicómaco. Barcelona España.: Gredos.
Linz, J. (1978). The Breakdown of democratic regimes. Virginia: Johns Hopkins University Press.
North, D. (1998). Nueva Economía Institucional. México: Mac Graw Hill.
Orwell, G. (2005). 1984. Madris: Mestas Ediciones.
[1] Piérides en la mitología griega, hijas de Piero Rey de Macedonia, convertidas en cigarras, por su audacia al retar el talento de las Musas hijas de Apolo.
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