Jesús Alberto Castillo: La narrativa de los convidados de piedra

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Recientemente varias voces se han dedicado a vender una narrativa que intenta cerrar el capítulo de la elección presidencial realizada el pasado 28 de julio y lavarle el rostro al inquilino de Miraflores. Esos actores son archiconocidos y tienen la misión de crear una matriz de opinión para ocultar la verdad que todo el mundo sabe, incluyendo a los propios seguidores del oficialismo.

Resulta vergonzoso observar a varios actores que no comprendieron el deseo de cambio de un país y optaron por lanzar candidaturas para dispersar las opciones de triunfo y beneficiar a quién ha gobernado el país durante dos periodos, a cambio de favores concedidos. Son los mismos que se abrazan en público con los voceros oficialistas y han guardado silencio, desde el poder legislativo, ante el robo descarado de la industria petrolera, la diáspora venezolana, la represión y detención de personas (incluidos adolescentes) que exigen respeto a la soberanía popular.

El tiro les salió por la culata porque el pueblo venezolano dio una gran lección y apostó por Edmundo González que resultó ganador, aunque el oficialismo intenté desconocer el triunfo con un fraude y trate de crear miedo con represión y cárcel para quienes defienden la voluntad popular, expresada el 28 de julio. Gran parte del discurso de los convidados de piedra contempla tres aspectos: 1) La acentuada polarización entre dos bandos extremos, 2) El acatamiento a las decisiones del CNE y TSJ sobre resultados presidenciales y 3) El enfoque a las elecciones regionales y de la Asamblea Nacional. Cada uno de ellos se cae por su propio peso.

En primer lugar, no es cierto que la polarización se haya acentuado. Los números del pasado 28 de julio hablan solitos. El 70% de los que sufragaron los hizo por Edmundo, el 26% por Maduro y el 4% restante por los demás candidatos. Es evidente que esa gran mayoría de venezolanos que apostó por Edmundo es de todos los estratos, visiones políticas y credos religiosos. Se ha hecho creer que hay polarización, cuando lo que existe es un amplio sector que quiere cambio, incluidos los disidentes oficialistas. Solo hay una élite en el poder que no desea entregar el poder, pero no le quedará otra opción que hacerlo.

En segundo lugar, en Venezuela los poderes públicos no tienen independencia, son controlados desde Miraflores e integrados por activistas del PSUV, lo cual no garantiza la autonomía ni la idoneidad de ellos. Además, la soberanía popular está por encima de todo poder constituido. En tercer lugar, a pesar de que las elecciones regionales están pautadas para el próximo año, es primordial exigir respeto a la soberanía popular y se reconozca a Edmundo González como Presidente para garantizar la paz social.

Tratar de cerrar este capítulo, como pretenden las voces de los convidados de piedra, constituye un irrespeto a la voluntad soberana de los venezolanos a favor de Edmundo González para iniciar la necesaria transición política. Afortunadamente, la gente está clara y a la espera de ese grandioso día para que se produzca la reinstitucionalización, reactivación económica y el gobierno para todos los venezolanos, sin odio ni exclusión.

Secretario General del MAS Regional Sucre-Cumaná.

 

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