China le dijo a los líderes del gobierno cubano ustedes no quieren cambiar

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Cuba debe a grandes empresas chinas, como Huawei y Yutong, cientos de millones de dólares a cada una, afirma un empresario extranjero que comercia con la Isla. El prestigioso diario económico británico Financial Times (FT) publica este lunes un artículo demoledor sobre las relaciones económicas entre el gigante asiático y Cuba y que deja claro que, más allá de la retórica, Pekín no está dispuesto a jugarse dinero con un socio tan poco productivo.

China señala la falta de voluntad de los líderes cubanos para adoptar reformas orientadas al mercado.

La escasez de materias primas y una economía improductiva dejan a la Isla con poco que exportar a China, mientras que las importaciones han disminuido en los últimos años, a medida que el endurecimiento de las sanciones estadounidenses agravaba seriamente los crónicos problemas de morosidad de La Habana y las líneas de crédito agotadas, sostiene el Financial Times.

Uno de los datos desconocidos hasta ahora es que el contrato de exportación de azúcar de Cuba a China, mediante el que la Isla enviaba más de 400.000 toneladas, se ha anulado por falta de producción. Al margen de eso, solo quedan el níquel, el zinc y los tabacos de lujo para vender a China, además de médicos enviados a numerosos países –a cambio de moneda fuerte, puntualiza el FT– y cooperación en biotecnología.

Por otra parte, aunque Cuba sigue importando desde China, los datos de adquisiciones han caído. Si en 2017 se compró por valor de 1.700 millones de dólares, en 2022 –con los últimos datos disponibles– solo fueron 1.100 millones. El economista cubano Omar Everleny Pérez afirmó que la cantidad que China invierte en la Isla –pese a ser desconocida– es una parte irrisoria si se compara con los 160.000 millones de dólares que Pekín ha invertido en América Latina y el Caribe desde 2005. Los principales aliados regionales para el gigante asiático son Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela, todos ellos importantes exportadores de materias primas.

China no es el ‘suggar daddy’ de Cuba, dijo al rotativo británico Fulton Armstrong, ex oficial de inteligencia de EE UU para América Latina.

China no es el suggar daddy de Cuba, dijo al rotativo británico Fulton Armstrong, ex oficial de inteligencia de Estados Unidos para América Latina. Es principalmente una relación de declaraciones de solidaridad, no una relación estratégica para ninguno de los dos, sostiene.

Según el artículo, aunque públicamente Pekín se deshaga en declaraciones solidarias con La Habana, en privado reconoce su estupor por la falta de voluntad de los líderes cubanos para implementar con decisión un programa de reformas orientado al mercado, pese a la evidente disfunción de la actual situación. Funcionarios chinos han insistido mucho a sus pares cubanos para que la economía vire a una versión próxima a la del país asiático, con nulo resultado.

La nota señala que China ha contribuido notablemente a la revolución energética impulsada por Fidel Castro a finales del siglo XX, así como a la reforma de las infraestructuras en los últimos años, con especial énfasis en la ciberseguridad, las tecnologías digitales y las infraestructuras y equipos de transportes. No en vano, recuerda el texto, Pekín sigue siendo el segundo socio comercial de La Habana, solo por detrás de Caracas.

Pero las importaciones chinas han disminuido mucho en general, afirma un empresario occidental en La Habana. Los exportadores se están alejando de las líneas de crédito entre China y Cuba y se están moviendo hacia el sector privado.

William LeoGrande, experto en Cuba y profesor de Políticas Públicas en la American University, dijo al FT que China es un país poco inclinado a las donaciones. Los cubanos ahora mismo están en una posición en la que necesitan caridad y no tienen mucho que ofrecer a cambio, opina el experto. Aunque Pekín prometió mandar a lo largo de 2024 unas 20.408 toneladas de arroz a la Isla, Cuba necesita 36.000 cada mes, un dato que deja al desnudo la escasa importancia de las migajas que representa ese acuerdo.

El presidente chino también entregó 100 millones de dólares después de la visita de Miguel Díaz-Canel en la gira que realizó a finales de 2023 por varios países amigos, pero tampoco es significativo en relación a lo que Pekín podría aportar si tuviera a Cuba como socio relevante a nivel económico.

La nota también hace referencia al posible acercamiento en cuestiones de inteligencia y aborda el informe que sugiere una ampliación de las operaciones de espionaje chinas en Cuba. Según LeoGrande, estas informaciones son más un relato que un motivo real de preocupación. Sirve a los intereses de los cubanoamericanos conservadores, que siempre están buscando razones para no mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y en la comunidad política más amplia sirve a los intereses de quienes piensan que China es una amenaza global.

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