Leandro Rodríguez Linárez: ¿Diálogo y reforma de leyes electorales?

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El ventajismo electoral que incluye utilización de recursos, armas e instituciones del Estado, ha sido una práctica recurrente del chavismo desde que llegó al poder, es probablemente la marca de fábrica más relevante, esto le ha permitido retener el poder aún en las coyunturas más álgidas como cuando Chávez fue derrocado en 2002 o incluso en este 2024 cuando las presidenciales se anegaron en dudas y resultados forzados. En ese ínterin han ocurrido todo tipo de episodios dantescos.

Desde que el chavismo perdió la Asamblea Nacional de forma apabullante en 2015, impuso una reingeniería electoral antidemocrática e inconstitucional, donde prácticamente se autoproclama amo y señor de la soberanía, como cuando convocó sin permiso de los venezolanos una “constituyente” en 2017 perpetrando un proceso de aprobación excluyente, a su medida.

Asimismo, luego de 2015 se autoconfirió la potestad de ser quien escoge a placer procesos electorales, partidos “opositores” (sus directivas), candidatos, electores y resultados, si luego de todo esto algún resultado electoral no le es favorable sencillamente le quita recursos, competencias, facultades e impone un poder paralelo, lo que hizo con la AN 2015 es el mejor ejemplo, lo propio con la eliminación inconstitucional de las alcaldía metropolitanas de Caracas y Barinas al no poder ganarlas limpiamente.

De este modo, posterior a las presidenciales de este año, el régimen recurre, como es costumbre en tiempos de crisis, a otro diálogo, para abordar el tema de la reforma de todo el derecho positivo electoral. Para ello acude la falsa oposición que él mismo ha edificado con la asignación de directivas, creación de partidos exprés, recibidores de cuotas de poder, etc. dicho sea de paso, el pasado 28 de julio quedó evidenciado el inmenso repudio nacional no solo a Maduro sino a esas figuras quienes todos juntos no alcanzaron obtener ni el 2% de los votos ¿Qué legitimidad puede tener ese diálogo? ¿A quiénes representan?

La oposición real, la que gira en torno a María Corina Machado, no asiste porque sencillamente los objetivos de ese “diálogo” convocado por la Asamblea Nacional no tiene ningún sentido ni pertinencia, se imponen temas que en nada representa la realidad política venezolana que es la generadora/agravadora de los problemas existentes.

Tras las grandilocuentes propuestas de los cómplices de régimen, como eliminar la reelección indefinida, incluir segunda vuelta y un parlamento bicameral, trapos rojos para incautos pues el régimen jamás lo permitirá, se impondrá como ley todas esas triquiñuelas y ventajismos que el régimen ha estructurado para evitar se repitan episodios como el de 2015 y 2024.

En líneas generales, el chavismo, a través del presente “diálogo”, busca “hacer ley” procesos electorales a su medida, evitando liderazgos opositores reales como María Corina Machado, permitiendo solo candidatos amaestrados como la supuesta oposición receptora de favores, dádivas y cuotas de poder de la “Alianza Democrática” (Nuevo Polo Patriótico) que jamás denunciarán irregularidades ni ventajismos electorales, así de sencillo.

Finalmente, es bueno recordar, así como lo hemos vivido infinidad de veces en este cuarto de siglo comunistoide, los diálogos propuestos por el chavismo solo terminan empeorando la crisis estructural del país, pues diálogo político que no incluya una oposición real ni atienda los problemas reales y sentidos de la nación sencillamente termina empeorándolos, como el que está en curso cuyo fin es “legalizar” lo que ha destrozado a Venezuela: Elecciones antidemocráticas.

@leandrotango

 

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