Pedro Téllez: Crónica de los tiempos idos o la Valencia que flotaba

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Estampas del mundo que fluía, es una de las traducciones de ukiyo-e, movimiento artístico del grabado japones de finales del siglo XIX antes del contacto con Europa, xilografias de actores del kabuki, geishas, comerciantes en sus locales,  luchadores de sumo, vistas de la ciudad, zonas de tolerancia. Lugares y oficios.

Simón García (Lucas Leal era otro de sus múltiples nombres) nos muestra la Valencia que fluía, entre los finales del siglo XIX e inicios del XX, y a lo largo de este hasta su final: dos veces finisecular.

Se trata del paso del pueblo a la ciudad, industrial y comercial, irradiando desde una cuadrícula perfecta, la ciudad crece también desde afuera alimentándose de hombres que vienen de migraciones interiores y exteriores, de los campos propios, o del devastado campo de guerra europeo.

El mundo que flotaba retratado en las crónicas de Simón García es el del trabajo y la diversión. La política está entre líneas. Y Simón García que es fundamentalmente un político privilegia el club social frente al partido. Digamos que explora la sociedad civil valenciana de día y de noche. La sociedad civil nocturna, y el estado diurno.

El club social, cito, aparece en Carabobo justo después que desaparecen las montoneras, sustituye el caballo por las poltronas y el sable por la copa. El acortesanamiento del guerrero que empezaría con Paez. Pero los clubes descritos no solo son de élites, están también los clubes de trabajadores, paralelos a los sindicatos, y centrados en la recreación. Lugares y oficios: barberos, restaurantes y sus mesoneros, asociaciones profesionales, burdeles, patios de bolas, toreros y cantantes, colegios públicos y privados, y sus respectivos profesores, la fuente de soda y el piano bar. El mundo que fluye.

La ciudad de Valencia es vista como en mapa en movimiento con dos coordenadas: norte y sur. Así las primeras urbanizaciones del norte como la Carabobo, tienen su contra parte con las urbanizaciones del banco obrero en el sur. Una ciudad en proceso. Un hilo rojo recorre el libro de crónicas, un modelo de valencianidad como identidad de referentes simbólicos y de representaciones, una sensibilidad subjetiva que transversaliza las clases sociales. Crónica de los tiempos idos es un texto en prosa, ameno y no de ficción. Y a pesar de su conexión esencial con la realidad, como en la Novela Historica hay que contemplar tiempos distintos: en el que transcurre la historia, y el tiempo desde el cual se narra, y que no es en el cual vive el autor o se edita el libro. La perspectiva de estos tiempos idos es el de la descentralización del primer gobierno de Salar Romer, y del último de Cap. Actores políticos que no volverán.  Pero este es un libro que realmente compete a la república de las letras con descripciones inolvidables como las de las fuentes de soda o del piano bar (espacios idos) que en cierta forma regresan, a través de la escritura a ratos indiscreta de Simón García. Por su estilo es un libro que gustará a unos, y a otros no tanto, y que será presentado el sábado 26 de octubre por Elis Mercado, y contará con la presencia del autor y sus amigos, en el marco de la Filuc.

 

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