Eligio Damas: Juan Carlos Valdez ¿De dónde salen los bolívares que acaparan el dólar? ¿Y el salario qué?

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Días o semanas atrás, Luis Britto García, escribió un excelente artículo titulado “La salida en pos de la obra maestra”, en el cual expuso que, después de su fracasada primera salida, “El Caballero regresa a su aldea para proveerse, más que de un escudero, de un interlocutor. Desde entonces, cada nueva peripecia es examinada desde los antagónicos puntos de vista de la imaginación barroca y del realismo experimental. Sin saberlo, el Ingenioso Hidalgo cursa el arduo camino del método científico. Ante una edificación, caben dos hipótesis; la fantasía barroca la tilda de castillo, el realismo de venta de arrieros”. Luis Britto García: La salida en pos de la obra maestra.

Juan Carlos Valdez, economista, en artículo publicado hoy lunes 28 de octubre, en Aporrea se pregunta y medita de la siguiente manera:

¿De dónde salen, entonces, los bolívares con los que están comprando esos dólares? La única fuente de esos dólares son los bancos comerciales que, a través de los préstamos, crean esos bolívares para que quienes reciben los préstamos compren los dólares. Si entendemos esto, nos podremos dar cuenta que se reducen sustancialmente los sospechosos, porque, es por demás sabido, que actualmente la banca no le está dando créditos a cualquiera, y semanalmente el BCV oferta decenas de millones de dólares y hasta cientos de millones de dólares”. Juan Carlos Valdez: El tipo de cambio en Venezuela debería estar en 120 bolívares por dólar.

Habla de la tendencia de ahora mismo, no la de antes, a acaparar sumas enormes de dólares por distintos mecanismos, lo que se traduce en un encarecimiento de esa moneda.

Por esta pregunta y el meditar que he citado, Valdez me hizo recordar ese artículo de Britto, particularmente lo del regreso del Quijote, después de su primera salida, a su aldea, “en un lugar perdido de La Mancha”, a buscar un interlocutor, que le hable de la realidad, por la necesidad de una segunda hipótesis, para las dos confrontarlas acercarse a la verdad, como dice el antes nombrado y renombrado intelectual.

Al leer a Valdez, pensé que, en este caso, yo diría, necesitamos dos narraciones, para acercarnos a la verdad. Valdez ha hecho la suya. Según ella, las corridas del dólar y las subidas de precios, por exceso de demanda o exceso de circulante, dinero inorgánico, como dicen los economistas monetaristas, para justificar el congelamiento del salario. Y por esto dice Valdez, “Ellos no se pasean por la posibilidad de que las páginas del dólar paralelo sean, en realidad, un monopolio o un oligopolio y, en consecuencia, elevan el precio del dólar paralelo por simples decisiones mezquinas, que irían desde buscar una ganancia especulativa (comprando barato y vendiendo caro), hasta intentar una desestabilización económica y política en Venezuela”.

Según Valdez, las anunciadas corridas del dólar paralelo, en las páginas extraoficiales que de eso se ocupan, podrían ser manejadas por quienes acaparan los dólares, según él, como está escrito arriba, para el simple especular o un propósito político.

Voy a intentar, hasta donde me dicta la sensatez, mi limitada capacidad y el equilibrio, ser ese “interlocutor” que buscó el Quijote en su aldea y halló en Sancho, para orientar, no a Valdez, porque sé que él está bastante claro, sino para darle un contenido más específico y hasta realista a su versión económica.

Para esto voy a citarme a mí mismo, a partir de un artículo publicado días atrás, en el cual dije “Fedecámaras, desde su nacimiento, en 1944, nunca había tenido, frente al gobierno, el poder que hoy ejerce. Sus miembros, desde los primeros años de su vida, mayoritariamente comerciantes importadores, solían apoyar y bailar al son que, el gobierno, tocase, dada la fortaleza de éste, por sus ingresos petroleros y la “generosidad” del mismo, inducida por una concepción compartida con los propios miembros del organismo empresarial, manda quien tiene con qué”. Eligio Damas: Salario y prestaciones sociales, causan enfrentamiento nada sordo entre Fedecámaras y gobierno. Es hora de debatir.

Pero ahora, las cosas han cambiado. El gobierno pone dólares en el mercado para impedir las alzas, pero no en las cantidades de antes, como para aminorar los efectos de quienes pudieran intentar controlar ese mercado; como tampoco tiene para darle a estos hasta “hartarlos”, aparte de subsidiarlos. Por aquel tener bastante ponía controles de cambio; un poco aquello de “esos dólares son míos y les pongo el precio que me venga en gana”. Esta narrativa le haría Sancho a Don Quijote.

Según Valdez, la cantidad de bolívares que corre en el mercado cambiario no es motivo para un exceso de demanda, que al mismo tiempo exija dólares para importar más allá de lo necesario y consumir los dólares existentes en el mercado como para que el precio de esta moneda suba. Piensa más bien que, hay como un mercado negro que, al dólar secuestra, acapara, para que aumente de valor y con esto el precio de lo importado. Esa es su narrativa que, pese a tener sustento en el mundo real, por convencionalismo, vamos a llamarla con perdón suyo, surrealista o , como dice Britto, “imaginación barroca”.

Pero volvamos a Sancho, y al repetir lo antes dicho, porque es verdad verdadera, recordemos que días atrás, cité unas declaraciones de Jesús Farías, en un artículo titulado “La ausencia de las actas, como los bajos salarios, conspira contra la concordia nacional. ¿Cuáles son las dudas?, el cual puede leerse siguiendo este linkEligio Damas: La ausencia de las actas, como los bajos salarios, conspira contra la concordia nacional. ¿Cuáles son las dudas?

En esas declaraciones, el diputado Farías, quien con frecuencia trata el tema salarial, dijo lo siguiente: “La economía se expande, mantiene esa tendencia al crecimiento y es muy bueno para el país porque le da mucha estabilidad. Para el gobierno es una noticia extraordinaria porque permite tener mayor cantidad de ingresos para invertir en lo social. El primer tema sin duda es el salario”. Diputado Jesús Faría dice que se están generando las condiciones para un aumento de sueldo.

A partir de esas declaraciones, con posterioridad al 28J, sectores sindicales, incluyendo de los vinculados al gobierno, volvieron hablar del tema salarial y de reuniones con el ministro del trabajo y hasta el de educación con mismo fin.

Casi inmediatamente de dados estos gestos del “imaginario barroco”, para hablar como Luis Britto, Adam Celis, Presidente de Fedecámaras, salió al centro del ruedo o mejor del escenario, para con voz de barítono, dejar sentado que, “uno de los puntos más importantes a atacar tiene que ver con la remuneración de los trabajadores, modelo que debe pasar por cambios. El actual, señaló, les recarga a las empresas, a través del tema de las prestaciones.” Y para hablar, dentro del intento de seguir a Britto, sería el “realismo experimental”, agregó “Hay que cambiar el modelo de remuneración del país, buscando un modelo que vaya de acuerdo a la productividad y que vaya de acuerdo a que los trabajadores de Venezuela tengan mejores ingresos hoy, pero que no podamos recargarles a las empresas un costo a futuro de unas prestaciones”.

Hay que cambiar la Ley Orgánica del Trabajo, dijo Adán Celis

Y los trabajadores de varios sectores, en esos mismos días, pocos atrás, después del 28J, comenzaron a moverse y a soñar con un aumento salarial. Y de repente, salió el lobo, el dólar que había estado tranquilo comenzó a dar saltos y empujones a los precios. Pagaron una miseria de aguinaldo y dio un brinco más alto.

Esto me lo dijo Sancho Panza, que también como Fedecámaras, se mueve en el mundo o “realismo experimental”, pero del lado no de quienes golpean, sino reciben los golpes y zarpazos.

Llegado aquí, pregunto como Valdez ¿quiénes tienen los reales para acaparar esos dólares? Como él mismo dice y afirma, pues maneja las cifras, es su especialidad, no es el pueblo, el asalariado, ni siquiera aquel que reúne de vez en cuando unos dólares, muy pocos, que casi siempre gasta de inmediato para cubrir sus apremiantes calamidades.

¿Entonces dónde están los dólares? ¿Quién quiere que el trabajador no obtenga la paga necesaria hasta que, como dijo Adam Celis, “no lleguemos al modelo de remuneración adecuado”?

Tenemos las dos narrativas de las cuales habló Britto, haciendo referencia al Quijote; tenemos la de Valdez que es economista, realista y experimental. Y también la que corre en las calles, en los diarios, en los bolsillos de la gente y uno, por poco perspicaz que sea, capta o mira y hasta sufre, pues la realidad es por demás evidente.

 

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