Pasión por la vida.
Me despiertan los truenos. Es un crepitar fuerte, sonoro. El ambiente se siente fresco. Había dejado la computadora prendida con una hoja en blanco, esperando ordenar las palabras convertidas en ideas. La dinámica nacional e internacional hace que a veces los temas sean reiterativos por su importancia, y las últimas semanas lo han demostrado. Veamos…
1. A pesar de los organismos internacionales existentes que deben servir para normar y dirimir desacuerdos entre las naciones, el incremento de la guerra, el genocidio y las sanciones siguen avanzando. La economía de guerra como reflejo de la gobernanza corporativa, basada en intereses particulares monetaristas impuestos por una minoría. No se entiende, no se explica. Siempre en toda situación existen los criterios objetivos para tomar decisiones lo más ajustadas a la realidad. Aún en las estructuras horizontales en momentos de desacuerdo impera, luego del análisis, la mayoría. Eso no está ocurriendo, no solo por el poder de veto que tienen algunos países en esas mismas organizaciones, sino y fundamentalmente por la intimidación. Crece el temor de que estos organismos se vuelvan inservibles para el ejercicio democrático y universal vinculado a las leyes.
2. La emisión de billetes por los diferentes países estaba normada por el patrón oro. Estados Unidos rompió hace mucho con esta ley contractual internacional, en su afán de imponer el dólar como patrón de cambio. Para controlar su inflación e invertir en sus proyectos de expansión y control a través de la guerra produce dinero inorgánico. Y las organizaciones internacionales lo han permitido. Si otros países con yacimientos de oro, emiten dinero se les acusa de que ese dinero es inorgánico a pesar de tener respaldo. Venezuela, por ejemplo, solo con las toneladas de oro incautadas de manera ilegal por Bancos internacionales en países de supuesta democracia cubre, por mucho cualquier emisión. A los países se les domina “democráticamente” a través del secuestro de su idioma y su moneda. Los referentes cambiarios eran nacionales e internacionales y respetados. Desde hace un largo período las monedas nacionales de muchos países han sido secuestradas para fortalecer en los intercambios mercantiles al patrón dominante del dólar, sin que hayan organismos internacionales que se pronuncien.
3. La creación de nuevas alternativas para romper la dependencia del patrón dólar y fortalecer las economías y monedas nacionales han sido diversas, creativas y en vías de éxito. Una de ellas, los BRICS, son economías emergentes respaldadas con base en sus yacimientos de oro, petróleo, y gas, entre otros, al valor del mercado en el momento, siendo canceladas las transacciones en la moneda nacional de cada país. Anualmente realizan asambleas para evaluar, definir objetivos y analizar la aceptación de nuevas solicitudes de inclusión. En su última reunión Venezuela, fue rechazada, por el único voto en contra: el veto de Brasil. Asumo que es parte de las inclinaciones de dominación de los países según la región a la que pertenecen. Brasil siempre se ha considerado, a sí mismo, como predominante en Suramérica y aliado incondicional de las políticas norteamericanas. La oligarquía brasileña y sus corporaciones siguen dominando. Mi interrogante es cómo una organización que busca nuevas alternativas, sigue votando no por mayoría y criterios objetivos, sino aceptando el veto de un solo país. Paradójicamente Venezuela salió fortalecida en sus relaciones y posibilidades futuras con parte importante de los miembros integrantes de los BRICS.
4. Las injerencias en las políticas internas de los países parecen estar a la orden del día por aquellos que siguen asumiendo tienen el control sobre los demás, fundamentalmente en función de los recursos que las naciones posean y su necesidad de uso de los mismos. Esas injerencias se traducen en la mayoría de los casos con sanciones que inciden directamente en las economías de los países afectados, así como intervenciones militares para quitar y poner -cual títeres- a sus gobernantes. Instalan bases para garantizar la dominación de sus recursos y políticas. Emiten declaraciones, pasan por arriba de las legislaciones y constituciones vigentes de cualquier Estado. Juzgan pero no pueden ser juzgados. Ofrecen de forma generosa la ayuda de sus propios asesores, para trasladar sus propias tácticas, conceptos y manipulaciones electorales. Lo cierto es que falta poco para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Y surge la pregunta: ¿Quién ganará, Kamala o Trump? Ya se preparan para cantar fraude el uno sobre el otro. Por un lado el desprecio de la supremacía blanca sobre los otros, sobre los migrantes, sobre la población que construyó Norteamérica. Sin tapujos, gritado a voces. Señalando a un país completo –Puerto Rico- “como una isla llena de basura en medio del mar”. Por el otro la gobernanza política en función de los intereses particulares del capital financiero.
¿Vencerá el mundo la embestida del animal herido que es en estos momentos Estados Unidos, gane quien gane, apoyándose en nuevas alternativas políticas, sociales y económicas?
Hoy divago; mañana, quizás concluya.
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