Este artículo habría que publicarlo muchas veces con la finalidad de que los venezolanos vean la manipulación que el régimen de Maduro hace del término fascismo con fines de persecución política. ¿Qué es realmente el fascismo?
Para hablar del tema conviene ceder la palabra a alguien suficientemente autorizado para ello, en virtud del lugar y fecha de su nacimiento (Italia, 1932) porque el fascismo surgió en ese país con Benito Mussolini en 1922 y además por su formación intelectual y su prominencia en el ámbito mundial de la cultura y del saber. Me refiero al filósofo, semiólogo y escritor Umberto Eco, autor de muchos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de algunas novelas de mucho éxito, como El nombre de la rosa, El péndulo de Foucault, Baudolino, La isla del día de antes. Eco falleció a los 84 años en Milán a comienzos de 2016.
En una conferencia dictada en la Universidad de Columbia (Estados Unidos), en 1995, para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la derrota del fascismo en Italia (1), Umberto Eco explicó que el fascismo no es una filosofía ni una ideología política rigurosamente estructurada, ni es tampoco un sistema de gobierno plenamente totalitario como el comunismo, que reúne todas esas condiciones. En todo caso, sería un totalitarismo vago, impreciso (light, diríamos hoy), lo que de ninguna manera significa que no sea cruento, intolerante y dictatorial. El fascismo es, en esencia, un collage de diferentes ideas políticas y filosóficas, una especie de confusión estructurada, una emoción ensamblada firmemente con determinados arquetipos básicos como los que se mencionan a continuación:
1. El culto a la nacionalidad y a sus símbolos (himno, bandera, escudo, etc.), a los antepasados, a la tradición, a los prohombres de la historia patria, etc.
2. El estatismo y la condena a la forma de vida burguesa.
3. La exaltación y la movilización de las masas mediante la utilización de la frustración individual o colectiva. Históricamente el fascismo ha sido un llamamiento a las masas irritadas y desazonadas por alguna crisis socioeconómica o por una derrota bélica.
4. La permanente denuncia del complot y la amenaza de los enemigos coligados, de todos los que no están abiertamente con la revolución (empresarios, exiliados, Iglesia, judíos, imperialismos, etc.).
5. La exaltación del heroísmo y el culto a la muerte, expresados en la disposición y preparación para morir por la patria, por la causa, por los ideales de la revolución, etc.
6. La concepción del pueblo como una entidad monolítica que expresa la voluntad de la nación y la caracterización del líder carismático como el único y fiel intérprete del designio nacional.
7. La inclinación por las armas y el militarismo.
8. La lucha y el enfrentamiento permanente.
No es preciso que todas estas características estén presentes para que se configure un sistema político de corte fascista o un pensamiento orientado en ese sentido, basta simplemente con que algunas de ellas existan. El pensamiento fascista está siempre latente y se pone en movimiento cuando la democracia fracasa y se producen graves crisis económicas, políticas y sociales en un determinado país.
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, ¿a quién corresponde con más precisión el término fascismo: al régimen de Nicolás Maduro o a la oposición representada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia?
(1) Umberto Eco, Cinco escritos morales, Editorial Lumen, S.A., Barcelona, España (1999)