Jonatan Alzuru: La agenda del debate político en Venezuela (Segunda parte)

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En nuestra primera entrega argumentamos sobre la necesidad que los dirigentes políticos, gremiales, sindicales, de forma unitaria o en alianzas, construyan las formas de lucha contra el régimen militar, policial con representación civil que están ocupando, de forma ilegal e ilegítima, el gobierno de Venezuela. Mostramos que toda discusión ideológica o disputa partidista que son usuales en cualquier sociedad, por la coyuntura extraordinaria que atravesamos, no solo debemos considerarlas subalternas, sino valorarlas como contraproducentes para el restablecimiento de la democracia en Venezuela, porque requerimos de la mayor unidad en la de la diversidad de las instituciones políticas y sociales. Es decir, lo que proponemos es una decisión táctica como sociedad, para el logro estratégico de lo que nuestro pueblo decidió el 28 de julio de 2024.

Ahora bien, hay un conjunto de temas profundos que debemos abordar, no solo para la coyuntura postmadurista sino con miras a un desarrollo institucional y político sólido como país. Los temas no son arbitrarios, surgen de las situaciones prácticas que actualmente vive la sociedad venezolana, pero también del análisis de carácter estrictamente teórico al evaluar el país. Las preguntas que vertebran la agenda de discusión política son desde generales hasta específicas.

Colocaré algunos temas como ejemplos, bien pueden ser estos u otros, pero lo que deseo mostrar es un boceto grueso, inacabado, de lo que creo que debemos impulsar en la discusión pública, las coloco sin orden de prioridad, más bien como lluvia de ideas: ¿Cómo construir un armazón institucional que frene cualquier tipo de autoritarismo en el futuro? ¿Qué normas se deben construir para que al ejecutivo se le impida gobernar a través de leyes habilitantes o por decretos, de forma permanente? Expresado en otras palabras, ¿Cómo hacemos para que la Asamblea Nacional mantenga su poder legislativo, aun cuando la mayoría de quienes conformen ese espacio institucional sean miembros del mismo partido o de la coalición de quién gobierna? ¿Cómo blindar los cinco poderes establecidos en la constitución de 1999, para que funcionen con autonomía? ¿Qué tipo de norma establecer para impedir que miembros de la institución militar ejerzan cargos en la administración pública o dirijan empresas del estado? O expresado de otra forma en clave de problema: ¿Es válido o no restringir y limitar a quienes componen las fuerzas armadas, exclusivamente, al resguardo de la soberanía, la integridad territorial, la seguridad pública y la defensa de la soberanía popular expresada en las elecciones?

Otro tema que implica una discusión de fondo es la reforma del sistema educativo que tendrá sus efectos en el mediano y largo plazo.  Este solo punto implica un debate en distintos niveles porque no solo aborda asuntos normativos, procedimentales, para el mediano y el largo plazo, sino que en el corto plazo debe implementarse una política de intervención social a través de planes, programas y proyectos, por ejemplo: ¿Cómo trabajar con los docentes actuales en todo el país, para ir modificando las prácticas escolares, donde el tenor no sea solo informar contenidos curriculares, sino y quizás sobre todo, impulsar formas de interacción social que coadyuven a generar una nueva eticidad?¿Cuáles campañas masivas se deben impulsar a través de las redes sociales, de los medios de comunicación, que tengan como finalidad promover valores como la responsabilidad, la honestidad, la constancia, la tolerancia, etc? Esto formulado en pocas líneas implica todo un debate desde cómo acordar los supuestos de construcción, dígase la filosofía educativa, pasando por la metodología para la construcción de la política de intervención educativa hasta los pilares para generar las reformas de largo plazo.

Otro tipo de discusiones que deben masificarse y de urgencia es en el área económica, ¿cuáles serán las políticas económicas de corto plazo para enfrentar la inflación, el desempleo, la desregularización del trabajo? ¿Cómo impulsar el sector agroalimentario? ¿Cómo será la relación entre el sector público con el privado? ¿cuál será la responsabilidad social del estado para los sectores depauperados? ¿Cuál será la responsabilidad social de las empresas? ¿Cómo potenciar el desarrollo de la pequeña y mediana empresa? ¿Cómo se establecerá la relación entre la economía, la política y el petróleo?

El caso del petróleo es un asunto nodal para Venezuela y es absurdo seguir pensando al petróleo como el mal, siendo un país productor. ¿Cuáles van hacer las políticas de corto plazo con relación al petróleo? ¿Cómo desarrollar esa área de forma cultural? Por ejemplo, para el mediano y largo plazo preguntarnos: ¿será prudente o no que dentro de la reforma educativa que nuestros niños y jóvenes conozcan la historia del desarrollo de nuestros hidrocarburos? ¿Podemos empezar a estudiar en distintos niveles educativos de qué trata la energía limpia? ¿Sería conveniente la creación de una universidad dedicada al estudio de los hidrocarburos donde todos los campos del saber contribuyan a fortalecer nuestra industria, cuyas carreras pregrado sean desde las ciencias básicas, las ingenierías, gerencia, hasta política y comercio internacional? ¿Cómo reconstruir un centro de investigación exitoso en el área petrolera como lo fue INTEVEP?

Ahora bien, este tipo de discusiones que apuntan a lo normativo, a lo procedimental, a las prácticas educativas o económicas requieren un debate previo de la necesidad o no de realizar una constituyente cuando se realice el cambio de gobierno. Este es un debate que debemos impulsar y colocarlo en el primer punto de la agenda. De hecho, de forma muy incipiente, César Pérez Vivas ha propuesto una constituyente y en la carta dirigida a la Asamblea Nacional del 3 de octubre, Enrique Márquez, en representación del partido Centrados, propone reformas para algunos artículos de la constitución. Es decir, algunos partidos e individualidades ya se han empezado ocupar del asunto. Debemos fortalecer ese debate. Además, tenemos como país unas experiencias exitosas en ese ámbito desde la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) que permitió la descentralización y el surgimiento de liderazgos regionales hasta la constituyente que era un deseo nacional y fue materializado bajo el gobierno de Chávez en 1999.

En la medida que se impulsen distintos debates, a través de entrevistas, foros, podcast, artículos de opinión, organizaciones que se dediquen a la promoción de los mismos y se logren posicionar algunos temas en las redes sociales, generará en nuestras comunidades deseos y perspectivas para materializar los cambio; aumentarán las condiciones subjetivas de la población para consolidar la aspiración que tiene el país para transformarse.

El esfuerzo es conmover todos los cimientos sociales e institucionales de la sociedad, con la concurrencia de todas las tradiciones de pensamientos, para generar un clima que coadyuve a la transformación del país. Las universidades en la medida de lo posible pudiesen aportar, dándole cabida, dentro de sus planificaciones, a discusiones de este tipo. Las organizaciones civiles, fundaciones, podrían ser excelentes motores al respecto.

La propuesta de debate que realizo es lo opuesto, en sus supuestos fundacionales, a relegar estos temas a un grupo de especialistas que le den masticado al país lo que debe hacerse cuando llegue el momento de hacerse. Ciertamente, cuando las condiciones materiales de existencias son mínimas con represiones generalizadas y selectivas, como lo que se vive en Venezuela, estos temas parecen descarnados o descoyuntados. Sin embargo, pensar políticamente en la Venezuela actual es motorizar estos debates, precisamente, por las circunstancias que estamos atravesando. El mismo debate animará a la sociedad. Es un reto sustancial de la política venezolana.

Lo que proponemos son discusiones urgentes que requieren del concurso de distintos y opuestos actores sociales para cooperar en la formulación, jerarquización y desarrollo de las temáticas. La hipótesis que nos mueve es que el solo impulso de un debate transversal en todos los sectores de la sociedad, generará un clima, un ambiente, para posibilitar los cambios requeridos. En términos de táctica política impulsar este tipo de debate como eje central de un movimiento de movimientos que acompañe las formas de lucha, supone en la práctica asediar las agendas políticas que el régimen militar pretende imponer para consolidarse en el poder. En este sentido celebramos el esfuerzo incipiente que están realizando el Consejo de Profesores Jubilados de la Universidad Central de Venezuela, para promover este tipo de temáticas relevantes para la sociedad.

Uno de los tantos resultados que se puede intuir de una discusión política amplia y generalizada de estos y otros temas es el de cargar de contenidos al pacto social y político necesario para enfrentar los retos que implican la transformación de Venezuela en una sociedad más justa, más fraterna, más solidaria, más equilibrada, más democrática y con solidez institucional.

 

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