No es precisamente, en el “Camino de Guanajuato”, añeja canción ranchera, en el que !La vida no vale nada, no vale nada la vida!”, que popularizara, el laureado canta autor mexicano, José Alfredo Jiménez, donde se atenta contra la subsistencia humana y las cuencas de agua dulce, más ricas del planeta.
El drama y el dolor, por la supervivencia de las etnias indígenas, se ubican en estos momentos, en el corazón de la Amazonía suramericana, el valioso y amenazado reservorio ecológico, patrimonio de la humanidad, donde matar a un Guardián de la Selva, vale apenas 100 dólares.
El SOS al mundo, para detener el exterminio y preservar la selva más valiosa de la tierra, proviene de la decidida fundación estadounidense, Avaaz. “Voz” salvadora, en varios idiomas europeos, asiáticos y del Medio Oriente, sin fines de lucro, que lucha tenazmente, por crear conciencia en torno a la monstruosa hecatombe ecológica que se cierne sobre la Amazonía suramericana, y la humanidad misma, sino se para a tiempo, la razia exterminadora.
Todo un dossier de denuncias, respaldan a Avaaz, en su temeraria y encomiable labor humanitaria. Son espeluznantes relatos, que circulan en las redes sociales, y los distintos medios al alcance de la fundación, no así, en la gran prensa, donde como suele ocurrir, pasan inadvertidas.
La iniciativa de Avaaz, busca hacer énfasis y colocar en primer plano, la lamentable circunstancia, de que ni las leyes, ni los gobiernos de los países amazónicos, han podido impedir el saqueo ecológico y ha correspondido a las comunidades indígenas, el riesgoso desafío, de plantarse ante las excavadoras, y retroexcavadoras, para detenerlo.
Advierten que a los gigantes petroleros y voraces traficantes de madera, nada los detiene en su macabro propósito de arrasar con la Amazonía, su rico ecosistema y etnias indígenas que allí subsisten. Y que aunque luzca inverosímil, los guardianes de la selva, son el último bastión de resistencia, que ha podido frenar, en parte, la arbitraria destrucción ambiental, de la extensa reserva ecológica.
“Y eso los coloca en el punto de mira”. Exhorta la tenaz fundación: “amenazas de muerte, secuestros, tortura y cosas peores…”Porque si consiguen silenciar a los aguerridos defensores de la selva, la Amazonía perderá su última línea de defensa”.
A la par de su intenso trabajo de defensa y protección ambiental, Avaaz, ha lanzado una solidaria campaña de recolección de fondos, para poder financiar y consolidar su apoyo a las etnias indígenas y el ecosistema Amazónico.
“Lanzamos esta petición especial para que las comunidades indígenas cuenten con nuestro apoyo. Así como el dinero necesario, para emprender las siguientes actividades”. (…).
a.-) Financiar una red de seguridad para defensores de la Amazonía en seis países que garantice la evacuación y protección de estos líderes en caso de amenazas repentinas.
b.) Ofrecer alojamiento y material de seguridad, como cámaras de video vigilancia, radios y conexiones seguras a internet, para que los líderes puedan seguir gestionando sus comunidades desde la distancia.
c.-) Garantizar el desplazamiento de decenas de líderes desde la Amazonía hasta las cumbres globales para que defiendan la selva allí donde se toman las decisiones que la conciernen. Ya son 6 años haciéndolo, porque su voz está teniendo una influencia decisiva en los tratados internacionales.
d.-) Proporcionar ayuda humanitaria y médica a las comunidades amazónicas como los waorani, los chapra y los suruí, víctimas de violentos ataques e incendios.
e.-) Impulsar campañas de Avaaz, para proteger los ecosistemas más importantes del planeta y cuidar el equilibrio de la vida en la Tierra.(…)
Bien, por Camille, Mike, Ana Sofía y todo el equipo de Avaaz, por atreverse a desafiar el peligro por una noble y pertinente causa humanitaria.
Si “la vida no vale nada, no vale nada la vida”, de aquel “Guanajuato, lindo y querido”, que nació de la impotencia y dolor de la madre de José Alfredo Jiménez, ante la muerte de un hijo, la fatalidad de los líderes indígenas y etnias del Amazonía, última e incómoda línea de defensa del gran pulmón vegetal de la tierra, también está a punto de convertirse en dolorosa leyenda, como consecuencia de la bestial voracidad y destrucción que allí se produce.
Y como la legendaria canción mexicana, “comienza siempre llorando. Y así llorando se acaba, por eso es que en Guanajuato (y ahora en la Amazonía), la vida no vale nada”.
Con información vital, de la fundación Avaaz, creada en Estados Unidos en 2007, por Ricken Patel, para promover el activismo global en línea, en temas neurálgicos, como derechos humanos, la corrupción, la pobreza, derechos de los animales y conflictos humanos diversos. Su sede es internacional.
ezzevil34@gmail.com