Tras la elección de Donald Trump, muchos europeos temen una ola de aranceles que podrían conducir a una guerra comercial con EE. UU. ¿Es una sobrerreacción?
Alemania podría ser uno de los países más afectados si Trump aplica nuevos aranceles.Imagen: Jörg Sarbach/dpa/picture alliance
A Donald Trump le encantan los aranceles. En su primer mandato como presidente de Estados Unidos, aplicó una serie de ellos sobre lavadoras, paneles solares e importaciones de acero y aluminio, que afectaron a países de todo el mundo, aliados políticos o no.
Durante la última campaña electoral, prometió aún más. En un intento por incrementar el empleo en el sector manufacturero de Estados Unidos, Trump había considerado la posibilidad de añadir un arancel del 10 % a todas las importaciones; luego habló de un 20 %. Todo lo procedente de China se vería afectado por un arancel devastador del 60 %.
Los productos europeos se encarecerían. Y los elevados aranceles estadounidenses sobre los productos chinos también podrían perjudicar a Europa: si China ya no puede exportar a Estados Unidos, se dirigirá a Europa para vender sus productos, lo que podría inundar el mercado.
La UE, una mini China para Trump
Trump ha puesto mucha atención en China, pero también ha llamado a la UE una mini China. No compran nuestros coches. No compran nuestros productos agrícolas. Venden millones y millones de coches en Estados Unidos, dijo en un mitin en Pensilvania.
La Unión Europea vende mucho más a Estados Unidos de lo que le compra, pero ambos tienen mucho en común y mucho que perder. Un conflicto arancelario entre EE. UU. y la UE también podría convertirse en un problema para la economía estadounidense. Por ejemplo, podría hacer subir los precios para los consumidores estadounidenses y contribuir a la inflación.
En su mensaje de felicitación a Trump por su triunfo electoral, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, le recordó: Millones de puestos de trabajo y miles de millones en comercio e inversión a cada lado del Atlántico dependen del dinamismo y la estabilidad de nuestras relaciones económicas.
Trump 2.0: el precio del proteccionismo
Los aranceles de Trump son una seria amenaza para la economía europea, y especialmente para los países orientados a la exportación como Alemania, opina Niclas Poitiers, investigador del think tank Bruegel, especializado en comercio y economía internacional.
La economía europea sigue tambaleándose por su equivocada decisión de comprar su energía a Rusia y sufre la caída de la demanda de China. Los aranceles de Trump oscurecen aún más sus perspectivas económicas, dice a DW.
Clemens Fuest, presidente del Instituto ifo de investigación económica, con sede en Múnich, advirtió en un comunicado de prensa de los efectos que tendría una agenda claramente proteccionista, basada en aranceles de importación más altos y mayores restricciones al comercio internacional, en particular para China y potencialmente también para Europa.
El Instituto ifo calculó que un arancel del 20 % sobre los bienes importados podría hacer caer las exportaciones alemanas a EE. UU. en torno a un 15 % y causar un perjuicio económico de 33.000 millones de euros (35.300 millones de dólares).
La eficacia de los aranceles
Según un dossier publicado por la Federación de la Industria Alemana (BDI), la UE debe mejorar su propia competitividad, reforzar sus capacidades de defensa y hacer frente a los desafíos planteados por China. La prioridad debe ser evitar nuevos aranceles. Si eso no funciona, habrá que tomar contramedidas, pero para ello será necesario un frente unido de los 27 Estados miembros de la UE.
Trump cree que los aranceles son una herramienta útil para avanzar en sus objetivos, dice Penny Naas, experta en políticas públicas en el German Marshall Fund de Estados Unidos en Washington D.C. Agrega que, para él, aplicarlos es una forma eficaz de reequilibrar los déficits comerciales.
Trump es un negociador y, en el pasado, ha utilizado la amenaza de los aranceles para extraer concesiones de los socios comerciales, indica Naas a DW.
Por su parte, Poitiers, del centro Bruegel, subraya que los aranceles de Trump no llevarían al fin de la globalización y el comercio, como algunos temen. Sin embargo, piensa que la próxima presidencia de Trump podría marcar el fin de la globalización liderada por Estados Unidos. Europa tiene ahora que crear coaliciones con países de ideas afines para preservar su prosperidad, que se basa en gran medida en el comercio, afirma.
DW