Menos dinero y más objetivos de producción.
Las líneas generales de política económica del Gobierno de Claudia Sheinbaum para el siguiente año pondrán a examen a la petrolera estatal, Pemex. El Paquete Económico de la Secretaría de Hacienda, ahora en manos del Poder Legislativo para su aprobación, contempla una producción de la petrolera de 1,89 millones de barriles diarios de extracción al día. La meta es ambiciosa si se considera que la última vez que se obtuvieron esos niveles de producción se remontan a inicios de 2018. Al declive productivo se sumará la falta de recursos presupuestales, que se reducen en un 7,5 %, bajo el supuesto de que la empresa generará mayores recursos propios. La hoja de ruta planeada por el Gobierno complica todavía más las perspectivas de la maltrecha petrolera estatal, que arrastra la pesada carga de ser la más endeudada del mundo.
Hoy en día, la extracción de la paraestatal promedia 1,71 millones de barriles diarios, esta cifra incluye a los hidrocarburos condensados, un producto muy ligero que Pemex ha comenzado a contabilizar en sus métricas desde mediados de la Administración pasada. Sin considerar los condensados, la producción diaria de la paraestatal cae a 1,45 millones de barriles diarios, su nivel más bajo de los últimos 45 años.
En cuanto a la financiación, Hacienda prevé darle a Pemex unos 464.255 millones de pesos en 2025, lo que supone una caída respecto al presupuesto de este año, cifrado en más de 481.000 millones de pesos. Los recursos se destinarán a la extracción, refinación, venta, exportación e importación de hidrocarburos; al procesamiento de gas y al desarrollo de proyectos de petroquímica. Los estimados del Gobierno contemplan una exportación de crudo por 892.000 barriles diarios de petróleo crudo. El precio promedio del barril de petróleo se estimó en 57,8 dólares, un 18,2% menos que lo previsto para 2024.
Aunque la petrolera estatal recibirá el siguiente año del Gobierno federal una línea de 136.000 millones de pesos, unos 6.600 millones de dólares, estos recursos, lejos de destinarse a nuevas inversiones productivas, cubrirán pagos a corto plazo de su abultada deuda. Solo en 2025, los compromisos financieros de la compañía ascienden a unos 9.000 millones de dólares. La aportación del Gobierno federal se encuentra sujeta al compromiso de Pemex de mejorar su balance en la misma cantidad y a que, en lo posible, el saldo de la deuda pública de Pemex refleje una reducción, refiere por escrito Hacienda sobre esta línea específica para la petrolera.
En el proyecto de egresos, Hacienda fija un desembolso 15% menor en proyectos de inversión de Pemex, al pasar de poco más de 248.000 millones de pesos a 209.000 millones de pesos. El riesgo estriba en que una menor inversión, por falta de capital, implicará una menor perforación de pozos y, con ello, la posibilidad de que no sea posible alcanzar la meta de elevar la extracción de crudo. Luis Miguel Labardini, experto en temas energéticos, explica que será necesario implementar de inmediato los esquemas de producción mixta, con la inversión del sector privado, que permitan expandir las inversiones en exploración y producción. Pemex tiene los campos y el potencial, pero no tiene las inversiones necesarias. Una inversión como la anunciada puede resultar en una caída en la producción, refiere.
En un análisis sobre el presupuesto, BBVA México señala que la estimación petrolera es alcanzable, pero requiere que campos nuevos materialicen las inversiones de Pemex en colaboración con privados. De no llevarse a cabo un cambio profundo en el modelo de negocios de la empresa, esta seguirá restando espacio fiscal al gobierno en los próximos años, refiere en su análisis BBVA México.
El panorama financiero y productivo de la petrolera no ha sido el más alentador en los últimos años. La petrolera tocó su punto más bajo de producción en el último tramo del sexenio de López Obrador, un Gobierno que se distinguió por el apoyo financiero estatal para reflotar las finanzas de la compañía. El Gobierno de López Obrador inyectó directamente casi un billón de pesos a Pemex, recursos destinados a sanear sus finanzas, al pago a proveedores y a obras de infraestructura como la refinería Dos Bocas, en Tabasco.
Ahora, bajo las riendas de Sheinbaum, la petrolera pretende encauzar el rumbo y reducir un adeudo total cifrado en más de 97.000 millones de dólares, con una recuperación de la producción petrolera a 1,8 millones de barriles diarios. El plan sexenal para conseguir estas ambiciosas metas pasa por una reingeniería fiscal a favor de la petrolera y un plan de austeridad a través del que se espera lograr ahorros en 50.000 millones de pesos. La petrolera pasará de pagar un puñado de gravámenes a uno solo impuesto, denominado Derecho Petrolero para el Bienestar, equivalente al 30% de su producción y 11,63% para el gas no asociado. Además, se prevé una rebaja en el número de filiales de la compañía, que actualmente ascienden a cuarenta.
El País de España