Ojalá la cascada de arrestos siga la corriente hacia los más altos cargos que han fallado en configurar los poderes. Allí se encuentra al titiritero.
Un país sin una administración de justicia correcta nunca tendrá crecimiento económico. La economía necesita de seguridad jurídica para poder expandirse, un contexto que le dé, por defecto, la confianza que necesitan las grandes corporaciones y el pequeño comerciante para invertir en un país o una ciudad .
Y de qué estamos hablando?
De Ética y moral pública. El Zulia siempre se destacó por tener una Escuela de Derecho con insignes juristas que dictaron cátedras en el país, no solo por su talento académico sino por su elevada condición moral.
Por ello en Venezuela se ganó un respeto y admiración como referente.
Las investigaciones y los marcos jurídicos que se configuraron en la región llegaron a definirse incluso con su propio concepto: “El Derecho Zuliano “.
¿Qué nos queda hoy de este meritorio reconocimiento?
Poco, muy poco.
Son contados los jueces, fiscales y otros abogados que gestionan los poderes de la justicia con ética.
Lo sucedido en el Palacio de Justicia de Maracaibo, ha dejado al descubierto tan solo una parte de la podredumbre que existe en ese sector.
Pero la gente tiene miedo y existe una solidaridad automática en muchos niveles de la administración pública.
Un escándalo de alto calibre en las entrañas del poder judicial del Zulia. Un Presidente de Circuito Penal, dos juezas de apelaciones, una coordinadora y un tercer juez superior fueron detenidos por funcionarios de inteligencia.
Las labores en los juzgados se congelaron buena parte de la mañana en medio de aquel alboroto.
A esta hora se indaga más por los detalles del asunto, pero, según la información recabada, los arrestados estarían ya señalados por cobro de altísimas comisiones para negociar sentencias.
¿Acaso los que administran la justicia que están en la comodidad que le brinda despachar desde Caracas, no saben lo que está pasando en el Zulia?
¿Acaso no son ellos los que nombran y colocan pautas?
Como Venezolanos tan solo aspiramos que lo sucedido ayer, 20 de noviembre 2024, no sea un caso aislado.
Y si la intención es seria y forma parte de un plan para depurar el sistema judicial, tan solo que evalúen las condiciones de vida de los integrantes de ese sector público y así continuará la depuración del mismo.
Se debe evaluar a cada actor de ese sector y diferenciar a los abogados de los juristas.
Este debe ser el primer paso para definitivamente reconocer que muchos “abogados” en funciones de administradores y ejecutores de justicia deben salir de la administración para darle espacios a verdaderos juristas conocedores del Derecho y que pueden aportar a la evolución de nuestros corpus legales.
El Estado no solo tiene la responsabilidad de seleccionarlos, sino también de darle un reconocimiento económico y seguridad social que le permita vivir con decencia y honorabilidad.
Esto llevará a que estos ciudadanos, que tienen la noble función social de administrar justicia, tengan el respeto de la sociedad y se conviertan en muros contra la corrupción y contra vergüenzas como las vividas ayer.
Ojalá la cascada de arrestos siga la corriente hacia los más altos cargos que han fallado en configurar los poderes. Allí se encuentra al titiritero.
Este Diario seguirá en su trabajo para coadyuvar en el rescate de la moral y ética no solo en el sector público sino en todos los espacios de la vida diaria de la gente.
Carlos Alaimo –