Se repitió la misma historia de siempre. La Vinotinto disputó la jornada 11 y 12 de las eliminatorias sudamericanas y volvió a quedar en saldo negativo. Después de la dura derrota contra Paraguay (rival directo) en la fecha FIFA anterior, Venezuela tenía la obligación de sacar puntos contra Brasil (lo hizo) y ganarle a Chile para acabar con sus esperanzas mundialistas y poder aprovechar el empate entre Bolivia y Paraguay para acercarse a puestos de clasificación directa, pero como de costumbre, cuando llegan los momentos importantes es cuando más decepcionan.
Venezuela ha mostrado a lo largo de las eliminatorias 2 versiones: una de visitante y otra de local. La Vinotinto se mantiene invicta jugando en Maturín, pero esto no es solo por las condiciones de la cancha. La actitud y la intensidad con la que juegan son totalmente diferentes a cuando les toca jugar afuera. Es por ello que se consiguió un empate 1-1 con gol de Segovia (primer gol con la selección).Este empate bastó para cortar la racha de derrotas contra Brasil como local por eliminatorias: anteriormente habíamos perdido los 9 encuentros que disputamos contra ellos.También nos convertimos en la tercera selección en la historia de las eliminatorias sudamericanas que no pierde ninguno de sus 2 partidos contra Brasil.
Chile vs. Venezuela
A pesar de haber hecho historia contra Brasil, todo eso fue en vano. Venezuela tenía que enfrentarse a Chile de visitante por las fecha 12 de las eliminatorias y lamentablemente los xenófobos ganaron 4-2, mostrando su mejor versión en lo que va de 2024, mientras que lo único bueno de nuestra selección fue la gente que los fue a apoyar al hotel antes del partido.
La vinotinto no tenía que ganar este partido, tenía la obligación de humillar a Chile. Debido a la gran rivalidad que existe entre estos países y que aumentó con el video de una chica chilena agrediendo a un conductor venezolano; también por el lado futbolístico, Chile no había demostrado absolutamente nada en todas las eliminatorias. El empate sin goles contra Perú es la perfecta descripción del anti-futbol: sin ocasiones, sin llegadas, sin ideas y con un juego bastante pobre. Es inaceptable que un equipo que atraviesa uno de sus peores momentos en la historia, que solo había generado 5 goles en 11 partidos y que atraviesa problemas de vestuario, sea capaz de meternos 4 y remontarnos. Por si fuera poco, esta derrota no solo nos aleja de Paraguay para luchar por los puestos directos al mundial, también mete a Chile (junto a Bolivia) como un posible competidor por los puestos de repechaje.
Este partido se pierde desde que comenzó. Fácilmente puede ser el peor partido de la era batista, luchando mano a mano con la derrota 4-0 contra Bolivia. El desorden es la palabra que define este partido. Cada zona de la cancha jugaba a lo suyo. En ataque no generamos absolutamente nada. De hecho, los goles vienen de 2 jugadas aisladas: El primero es una genialidad de Soteldo que empieza casi desde la mitad de la cancha, driblándose a 3 jugadores para asistir a Savarino y el segundo es un rebote al borde del área para que Ramírez haga el gol de su vida (primero con la selección).De resto, la Vintontinto solo fue capaz de gestar juego los primeros 15 minutos.
El mediocampo no quiso jugar, no hicieron nada bien. Jamás lograron crear, pero más importante, jamás hicieron bien los repliegues, perdían las marcas a cada rato y nunca hacían la cobertura a la defensa. En muchas ocasiones de peligro, Chile con tan solo hacer una pared quedaba mano a mano contra la defensa y cuando por fin el equipo se “reorganizaba”, nunca se pudo tener un bloque sólido. Esto aplica tanto en defensa, como cuando la vinotinto intentaba hacer la presión alta. Nadie tenía una marca fija y muchas veces se tenía que cortar con falta para frenar el contrataque .También en los goles hubo falta de compromiso, en los 4 goles los extremos chilenos encaraban hacia el medio y no había nadie que los marcara, dejando el espacio para que remataran solos. Por último, la defensa. El juego chileno se produjo en las bandas, buscando la superioridad numérica para ganar las espaldas y tirar el centro raso o encarar hacia el medio. Siempre nuestros laterales fueron superados en ambas bandas, sobre todo en la de Navarro que debió echarle Coca Cola a los zapatos.
Este partido pareció no haberse preparado. Estos problemas de la marca se vieron desde el minuto 1 y aun así el “Bocha” fue incapaz de corregir eso en 90 minutos. Además de dejarle tener el balón a Chile y que ellos sean los que dominasen el juego. No es posible que empecemos ganando y no seamos capaces de conservar el resultado jugando con el balón y tengamos que esperar a ver lo que hacen los demás. Esto dejó varias dudas sobre si el entrenador argentino debería continuar al mando de la selección. Lo que no es una duda es la importancia que tiene Yangel Herrera en este equipo, no solo por el desastre del mediocampo en el partido contra Chile, sino también por el equilibrio que da. No es casualidad que justo el partido que no juega, Bolivia también nos mete 4.A pesar de que le han llovido críticas, hay que entender que Yangel es para la Vinotinto, lo que Rodri es para el City y lo que Busquets fue para el Barca.
¿Se acabó el ciclo del “Bocha” Batista?
El entrenador argentino tiene argumentos de sobra para dejar de ser el entrenador de Venezuela. Este resultado contra Chile solo es la punta del iceberg:
*La solidez defensiva que en un momento tuvimos, ya no existe.
*La idea de juego es nula.
*Errores en los planteamientos del partido.
*No saber aguantar los resultados.
*Tener más de un año sin ganar por eliminatorias (precisamente contra Chile).
*Estar actualmente fuera del mundial.
Si bien es cierto que a primera vista el problema es muy obvio, también hay que recordar lo que hizo en la primera vuelta de las eliminatorias, quedando en el cuarto puesto y la copa américa en la que nos fuimos invictos. Habría que entender que paso después de esta competición, ya que desde ahí el nivel cambio radicalmente. No creo que sea culpa únicamente del entrenador. A estas alturas ya es muy tarde para cambiar de entrenador y cambiar de proyecto. Paraguay lo hizo a tiempo con Gustavo Alfaro y les salió bien (están invictos bajo su mando), pero las probabilidades de que llegue un nuevo entrenador y se adapte rápidamente cuando solo faltan los pasos finales, son pocas. El bocha se ha equivocado, sí, pero el problema creo que va mucho más allá del entrenador, porque un equipo que sorprendió a todos al principio y que revivió la fe de un país, no tiene explicación que haya caído tan bajo.
Estas eliminatorias han sido extremadamente bondadosas. No solo por tener un cupo más para clasificar al mundial, sino por el terrible momento en el que se encuentran Perú y Chile, que nos permiten seguir soñando con el mundial, aunque estemos en una situación complicada. Hay que esperar ver un cambio de mentalidad de la selección y volver a lo que nos ilusionó a todos. Quedan partidos claves contra Bolivia y Perú en casa y hay que aprovecharlos si queremos soñar con los ojos abiertos.
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