Discurso pronunciado por Rafael Antonio Sanabria Martínez, el 26 de noviembre de 2015 con motivo del 306 aniversario de la manifestación de Nuestra Señora de Belén Patrona y cuarto símbolo del Estado Aragua.
A la Maestra Trina Torres de Pérez símbolo Sanmateano.
Señoras y señores:
No tuve tiempo- como dijo Pérez Bonalde en su traducción del “Cuervo de Poe”- de sumergirme en la consulta de raros infolios de olvidados cronicones, para hilvanar estas palabras, pero una remembranza cordial me puso en la órbita de la comparecencia al lugar de mis recuerdos de niño que retumban en mi mente cuando los más viejos de mi familia, hablaban de buscar la tierra y el agua de Belén, hecho que le dio un nombre a esta población y como decía la abuela paterna Amalia María Sanabria, la Tierra de San Mateo es Santa. De ahí que hoy este en medio del afecto del terruño y su gente.
Con san Mateo nos ha unido lazos de fraternidad en lo religioso, educativo, deportivo, político, cultural y social. Hoy 26 de noviembre reafirmo el afecto reciproco por el honroso placer de estar en este pueblo, conocerlo y sentir la generosidad de su gente.
Este undécimo mes del año, mes del adviento, reunidos en este templo, damos un paso más a hacia la historia al recordar el tricentésimo sexto aniversario de la aparición de Nuestra Señora de Belén en el poblado de San Mateo, que a tres siglos nos compromete más con la difusión de su advocación y por gracias de Dios y la santísima Virgen me encuentro ante ustedes con la gratísima responsabilidad de contarle cosas a quien conocen de historia, para usar la frase de alguien a quien el pueblo de san Mateo le invita a regresar bajo su calor humano y a renovar la fe fuente espiritual de los milagros que desde el transcurrir del año 1700 del siglo XVIII, San Mateo un pueblo taciturno donde todos se conocían las alegrías se compartían, los progresos y el dolor también. Aun la luz eléctrica no había llegado a la población, en las esquinas se posaron faroles de hierro forjado y vidrio, de día eran atavíos, de noche claridad para las rúas polvorientas. Para el entonces vivir en aquel poblado era participar de la generosidad de la naturaleza. No menos el fulgor de las flores del campo, que el verde esperanza de los cañamelares como brisa ardiente al paso del jornalero que labra la tierra fértil para el sustento de la prole, vegas y rozas abundan las periferias de la población como manos extendidas, la hospitalidad de su gente, ventilando el incienso de la humildad con talla de gigante y sencillez con señorío.
Será el patio de la humilde casa de un indígena natural del poblado, la que acune la huella del prodigioso milagro, el existir de una aparición a través de la historia.
El país vivía un proceso colonial, de ahí que la familia del poblado después de la jornada se recogiera temprano y junto al claro de luna tertuliaban y uno que otros corrillos sobre la Aparición de la virgen del indio Purino.
El campo sentía la presencia del hombre de bien a las primeras horas del día, de ahí que el Indio Purino haya sido privilegiado o simplemente escogido por Dios como instrumento para llevar el mensaje de la Santísima Virgen por doquier.
En esta tierra sembrada de fe, sea la historia que cuente la historia que somos en el lugar que hemos sido.
“En el año de 1709 a 26 de noviembre estando Tomas José Purino, indio natural del pueblo de San Mateo fiscal de la doctrina y casado con Inés Heredia, también india de vida arreglada, rajando un palo con una hacha, para hacer leña como al toque de oración, en el patio de su casa la que quedaba a poca distancia de la iglesia parroquial a medida que golpeaba con el hacha el palo sentía que el suelo inmediato y junto a él particular novedad como que crecía o se levaba la tierra y se iba abriendo hasta dejar una raja u holló por donde se le presento a dicho Tomas José.
El indio empezó a dar voces a su mujer Inés Heredia que estaba en el interior de la casa, porque se persuadía que el tal movimiento era efecto de las crecidas fuerzas y robustez de su marido. Al llegar Inés junto a su marido presenció la aparición de la virgen de Belén del tamaño de un real (bamba) español y al parecer de plata con una media luna ni nubes ni querubines, con un niño en los brazos y parada sobre la tierra elevada, la que cogió el indio Tomas José con un pañito y colocó en un altar de su casa, en medio de flores y luces. Rezando el rosario con su madre María Micaela y muchos indios y españoles del pueblo. Permaneció la imagen como trece o quince días en la casa del indio, hasta que vencido por las repetidas veces que el Rvdo padre Fray Nicolás de la Torre, de orden de San Francisco de Asís, actual cura del pueblo, le manifestaba que era necesario trasladar la imagen al templo, hubo de convenir, pero con la condición de que había de ser suyo el altar y cuido del aseo y culto de la señora, lo que se verificó y cumplió hasta su muerte.
La traslación de la imagen a la iglesia parroquial se hiso con la asistencia de todos los vecinos y se formó con los indios y españoles muna marcha desde la casa de Purino hasta el templo llevándose a la Virgen con gran solemnidad, con cajas, chirimías, repiques y demostraciones de regocijo, hasta colocarla en el altar de la pura y limpia concepción en un tabernáculo con sus cortinas y bajo de llaves. Al dia siguiente al que fue puesta la imagen en la iglesia parroquial al ir cantar la misa al Rvdo Fray Nicolás de la Torre al correr la cortina el monaguillo se halló y advirtió por todos los circunstantes allí congregado, el estar dorada la virgen por si misma, por lo que se repicaron las campanas y acudió mucha gente a ver aquella maravilla no siendo de menor atención el haberse manifestado las nubes y querubines, saliendo unas y otras de sobre la media luna creciendo la milagrosa imagen a medida que va pasando el tiempo. Teniendo distintas cajas o relicarios como lo dicen los testigos juramentados, pues según declaraciones de los testigos, el tamaño de la imagen y su altura era como dedo y medio, a sus pies la media luna, luego en la iglesia ha crecido como dos tercios más.”
Nota: copia autentica del documento depositado en el archivo de la parroquia de San Mateo
Con el tiempo se construyó la capilla, en el mismo sitio donde estaba la casa del Indio Tomas José Purino y donde le apareció la medalla de la Virgen de Belén, se ha levantado una bella capilla con un arco de medio punto, su construcción es de estilo toscano de siete metros de ancho por siete y medio de largo y ocho de alto con un altar en el centro l mismo estilo de la capilla: una puerta de hierra en forma de verja que guarda un mural alegórico a la aparición, cubre todo el arco de adelante, a su frente la plazoleta Belén con un jardín dividido por la cera que la une a la calle y a su lado derecho el busto del padre Romero Sánchez, tributo de agradecimiento de los pobladores. La capilla fue construida por parte de la familia del Libertador junto con el pueblo en tiempo que era cura el Pbro Francisco R Abaroa.
Lo cierto es que el pueblo Sanmanteano en su afán de sembrar su espíritu de religiosidad, instala la sociedad de nuestra Señora de Belén con fecha 25 de noviembre de 1925 de ahí en adelante se escribe la partida de nacimiento, por parte de un grupo de hombres y mujeres cargados de fe, espiritualidad, pero sobre todo con deseo de propagar y solemnizar cada año la advocación de nuestra señora de Belén. De eso hace noventa años y aun el poblado continua perseverante en la tradición de honrar a su virgen.
De los Sanmateanos podría decir sin duda alguna que su personalidad es producto de la influencia del español ligado al negro y al indio, de ahí que encontremos a nuestro paso lugareños hospitalarios, espontáneos, sociables, sinceros y tesoneros. Significativa es su devoción que profesan a la Virgen de Belén, es citable la coronación canónica arquidiocesana realizada por el padre Romero Sánchez, el 25 de noviembre de 1928, cuando la población era aproximadamente solo 1500 almas. En 1962 monseñor Ali Lebrun y Feliciano González el primero y el segundo obispo de Maracay, quienes solicitaron la segunda coronación canónica la cual se efectúa el 31 de enero de 1965 llevada a cabo por el reverendo padre José Luis Gil Fernández, ambas fueron grandiosas y concurridas.
Cuando se intente hurgar en el aspecto genésico y retrospectivo sobre la tradición, la historia y la advocación de Nuestra Señora de Belén, el padre Romero Sánchez el bien llamado peoncito de la Virgen de Belén debe saltar al escenario y ocupar sitial especial por su empeño en exaltar a la Virgen de la medalla de Belén.
Asimismo el señor Pedro Alcántara Pino, el brazo derecho del padre Romero Sánchez y autor de la música de la coronación, en mi pueblo de El Consejo se le recuerda por haber sido el maestro de capilla de las hermanas Albarran Chávez (cantoras de El Consejo). De igual forma seria injusto dejar de mencionar al padre José Luis Gil Fernández quien en sus años mozos fue para San Mateo un incansable luchador en pro de la parroquia especialmente fue motor vivo de la población joven, la que encausa acertadamente y quien bajo una sotana se había convertido en un justiciero de un pueblo humilde y carente de cualquier cantidad de cosas que unos calificaban como lujos, otros como necesarios.
Como cronista debo mostrar la historia con sus verdades o con sus defectos, pero jamás omitir el nombre de sus personajes y el antes mencionado siempre fue noticia, pero simplemente me ajusto a lo que decían mis padres: ¡que lance la primera piedra quien se sienta libre de pecado! Y no olvido las palabras de aquel miércoles 27 de abril de 1988, un simple grito: “quiero morirme madre de Belén”, así seria su devoción hacia la patrona de Aragua, no solo escuchado por mí sino por el mundo entero en un canal televisivo.
Cabe destacar que es tanto el significado de la advocación mariana que en el año 2004 por decreto del ejecutivo regional, para el entonces gobernador Profesor Didalco Bolívar Graterol, es declarada patrona y cuarto símbolo del estado Aragua. Es deber señalar que desde hace 9 años se instaló la asociación civil y deportiva antorcha Virgen de Belén y en este ano en su edición número 9 fue encendida por el gobernador del Estado Aragua Tarek El Assami en el monumento de la Juventud en la ciudad de La Victoria.
La tradición oral construida del día a día del seno del pueblo Sanmateano nos narra hechos pueblerinos que se han constituidos elementos históricos en el devenir del tiempo como el nombre del Fray Ángel Sáenz autor de la letra del himno de la coronación. Pero es que la Virgen de Belén es el incentivo de propios y extraños, de ahí que la población se volcaba jubilosa en aquellos días de 1920 cuando promediaba el mes de noviembre pues se acercaba el 25, víspera de las fiestas de Belén.
En la gran estación del ferrocarril de Venezuela confundiesen visitantes y moradores con la muchachada que se abría paso con maletas y bojotes de los foráneos quienes por el servicio les pagaban 0,50 bolívares.
Otra estampa es la que ofrecían estos muchachos Sanmateanos al transportar los azafates que usarían las vendedoras de granjerías, que entre paseos y comentarios bajo las lámparas de gasolina y kerosenes, degustaban los visitantes al derredor de la plaza. Ya el 26 el propio día de la Virgen y junto con las notas musicales de la banda del estado compuesta de 20 músicos daban ese ambiente acogedor y pintoresco. Pero de pronto gran movilización en determinado sentido hace suponer que era la hora de Alejandro Pérez y Bernardo Brea (este último pariente el poeta aragüeño Pedro Brea, nacido en mi pueblo de El Consejo y residenciado en san Mateo, autor de aquel poemario “vidrio de colores”) iban a elevar la popular “bomba” vestida de papel de mil colores, unas veces medía un metro, otra metro y medio y hasta tres. La gente se agolpaba en la puerta de la calle a la voz de: ¡allá va la bomba de Alejandro Pérez y Bernardo Brea! Tejiéndose el comentario y la interrogante de su recorrido. Eran tradicionales tales globos al igual que el árbol pirotécnico que al quemar sus fuegos artificiales las noches del 25, 26,27 y 28 en la plaza y otros lugares del pueblo daban singular aspecto a las celebraciones de Belén.
Pero los bodegueros o pulperos tuvieron gran importancia, pues los visitantes hacían sus comprar de alguna golosina o bebida refrescante, llegue a escuchar a mi abuela Amalia María decir: “me bajaba de la golilla e iba a la esquina canta rana de José Luque por un guarapo o a la pulpería de Lino Bolívar, este además primer guía del museo de armas y decía la abuela que era descendiente de la negra Matea.
Pero sería injusto dejar de mencionar en este discurso a doña Mercedes Miquilena tal vez en los actuales momentos en el anonimato de la nueva generación, pero es referente en el devenir histórico por su devoción a la Virgen de Belén, quien dibujaba en sus palabras: me parece que la estuviera viendo, al referirse a Doña Antonia Bolívar, es de hacer notar que dicha dama fue intima amiga de una familia que a su vez lo fue de los Bolívar, fueron ellos los Trujillo, valga recordar que donaron la casa parroquial.
Como olvidar al maestro Pablo Bolívar el fundador de la primera banda musical en san mateo en 1917, donde destacaron músicos como: Macabeo Guedez, Atilio Luque y Eduviges Carrillo este último fue el primer cornetín de popular orquesta Billos Caracas Boy’s, cuya banda fue presencia obligatoria en las fiestas de Belén.
Como podría omitirse a los cargadores del pueblo organizado por David Pacheco y acompañado por Pedrito Pérez, Cesar Sánchez y Hermogenes Guevara (este residenciado en mi pueblos), entre otros.
Ellos fueron pieza importantes para poder recorrer las calles en procesión. Estos hechos constituyen la vida de un pueblo a través de su saber. Por eso en la historia hay que poner a vivir a los muertos para que los vivos no se mueran. Porque como decía Chesterton: la tradición es la democracia proyectada hacia atrás. Aceptar la tradición es tanto como conceder el derecho de voto a las más oscuras de las clases sociales, a las de los antepasados.
Pero ahora bien la evocación y surgimiento de esta festividad no solo debe reflejar la esencia, la nobleza de hombres y mujeres Sanmateanos, pueblo solidario y los hechos palpable que envuelven esta distinguida advocación sino como una fiesta religiosa que genere la energía necesaria entre los que se sienten Sanmateanos y no oriundo de este pueblo, ni importando el origen para que cada uno desde su trinchera con las armas del amor y la humildad como el indio Purino, extendamos esa fe heredada que una vez deposito el indígena escogido pos Dios para dejar en sus manos el portentoso milagro de la medalla de Belén, fe que solo se alimenta del ideal, un ideal real concreto y viviente encarnado y a la vez inasequible, esa fe que busca lo imposible, lo infinito y lo eterno, la vida plena. Esa fe que comulga con el universo todo, trabajando en el tiempo para la eternidad, sin correr tras el efecto inmediato exterior, trabajar no para la historia sino para la eternidad, porque solo así se consigue la fe que permite hablarle al alma.
Recordar esta festividad debe ser el itinerario hacia la eternidad. Su meta el disfrute del reino, la presencia de Dios, es un camino personal que se debe emprender cada día. No se trata de un camino fácil, tiene tropiezos, barreras, obstáculos etapas y hay que empezarlo cada mañana. Una tradición religiosa como esta es similar al trabajo tesonero de u agricultor que con paciencia, constancia y la ayuda de Dios transforma la aridez en fertilidad. Por eso nuestro esfuerzo como pueblo laico comprometido consiste en cultivar la vida espiritual para así lograr arrojar del corazón todo lo que estorbe y llenarlo de Cristo. Por eso todos los que se sientan participe de la celebración de Belén deben basarse en la autenticidad y esta empieza por el conocimiento de uno mismo, por lo visión de un yo sin disfraces, evasiones o justificaciones, porque la vida del cristiano es una continua evaluación: fuimos, somos y seremos, con la mirada colocada en la novedad que nos da Cristo… lo que puede ser su llamado. Las festividades religiosas no solo necesitan hombres que aporten dinero o colaboración para su sostenimiento (algo sumamente exterior, se necesitan hombres verdaderamente libres, hombres de fe y oración, hombres valientes, dispuestos al sacrificio, solidario con los necesitados, dispuestos a trabajar por la paz y la justicia colectiva. Y al mismo tiempo hombres que sepan descubrir a Dios en los acontecimientos de cada día y en las manifestaciones de la creación, en el esplendor de cada aurora, en el fascinante espectáculo de una noche estrellada, en el capullo de flor que despierta, en el silencio del campo sembrado, en la cumbre de las montañas majestuosa. Hombres comprometido, distintos… nuestro hablar, pensar, obrar no puede ser igual a los demás. Por eso esta celebración religiosa que ha permanecido a través de los años en los altares de los hogares Sanmateanos, en sus mentes y oraciones, signo de santidad, de respetuosa creencia pública y masiva, debe servir de siembra, preparemos el terreno para sembrar a tiempo y a des tiempo: en la familia, en la vida social, en nuestro mundo, caminemos con pasos firme sobre el surco pero con la mirada a la mies de la siembra. La tarea y el reto es entonces penetrar, en la oscuridad de esos corazones que viven entre sombras para ayudarles a romper las cadenas de los falsos ideales que los llevan atesorar riquezas que roe la polilla, y para ayudarlo a orientarse a la luz verdadera que le permita entender el sentido autentico de sus vidas. Sin duda urge captar lo esencial, lo transcendente de la vida: Dios. Nada tiene verdadero sentimiento fuera de él. Él es la verdad, la luz, lo demás son simple sombras que nos rodean y a las cuales tendemos aférranos de tal manera que llegamos a considerarlos como realidades. Apreciados Sanmateanos los exhorto a continuar exaltando la religiosidad en este pueblo admirable, pero no solo de manera exterior sino interior, dando ejemplo con sus vidas, obras y prácticas, permitiéndonos transcender hacia ese ser humano que somos con valores como: la libertad, el amor, la verdad y la paz, de tal manera que dejemos la huella de un ser completamente humano. Para concluir los invito a seguir la senda que Dios y la Santísima virgen de Belén le han encomendado, porque ningún hombre sin ninguna inquietud no podrá desempeñar un papel eficaz (atención señores autoridades), eso es lo que necesita un municipio, un estado, un país, el mundo, gente activa, inquieta y cuestionada. Unos ciudadanos para la no pase inadvertido ningún acontecimiento en el que este comprometido el destino del hombre. No olviden que la imagen de este pueblo religioso la hacen ustedes sus pobladores, por eso él cuenta con ustedes y solo eso logra:
…cuando creas en ti,
la luz comenzará a ganarte
…cuando creas en ti,no habrá
lugar para la sombra,ni
poder sobre esta tierra capaz de
doblegarte.
…cuando creas en ti,
sabrás de aquel amor
que un día con la vida
Dios decidió darte.
Adelante amigo Samateano, el futuro te espera radiante
…sobre el campo de la tierra de la caña.
Cerca de la quebrada de pipe, se abre paso atronador,
Cual estrella refulgente, entre nubes de oro y grama.
Descendientes en una mañana, portadora del amor…
Virgen de Belén.
Gracias…