Abogar por una necesaria relación de universidad y política, luce fácil pero es extremadamente difícil promoverla, sin que sea asociada a la cultura política establecida, la práctica burocrática y clientelar de los partidos políticos, hablamos del usufructo presupuestario, de cargos y ventajas grupales y partidistas.
La cultura política también ha sedimentado una creencia según la cual la política es materia exclusiva de los partidos políticos.
Esta concepción esconde en realidad una brutal confiscación de las decisiones políticas, arrebatadas a los ciudadanos para convertirlas en sinónimo de viveza y usufructo de la burocracia, y cargos de elección y representación popular.
Es con ese hándicap en contra, cuando intentamos explicar, ennoblecer, el papel histórico de la universidad, la importancia política en nuestro destino como nación.
Otorgarle un sentido grandioso a la política para establecer la necesaria y fructífera relación con la universidad, relievar su pertinencia para nuestra libertad, democracia y desarrollo.
Las elecciones primarias encabezadas por MCM, hace un año, significaron el inicio de la restitución de su sentido soberano a la ciudadanía. La posibilidad de una nueva cultura política basada en la decisión de los ciudadanos y el interés nacional.
El eco estruendoso de ese sentimiento soberano, fue lo que resonó en la victoria frente al gobierno, alcanzada por los estudiantes de la UCV. El reencuentro de Universidad, Política y País, concertados por un destino democrático y libertario para Venezuela.