La situación de los campos del Yaracuy es cada día más críticas, porque ya dejó de ser uno de los principales estados productores de caña de azúcar, su centro de investigación para la agroindustria fue clausurado inexplicablemente, han cerrado empresas procesadoras y ahora, debido a la falta de gasoil, las fincas están quedando en el abandono.
Ese estado de cosas es preocupante, manifiesta el conocido empresario del campo Fhandor Quiroga, expresidente de la Federación Nacional de Ganaderos y de la Asociación de Ganaderos del Yaracuy, exdirector nacional de Fedecámaras y expresidente de Fedecámaras-Yaracuy, quien al declarar a El Impulso hizo un breve balance de lo que ha venido ocurriendo en esa entidad federal.
Desde los inicios del gobierno de Hugo Chávez, explicó, se ha venido a pique la agricultura en el estado Yaracuy, porque a partir de entonces se ha originado un gran desánimo en los agricultores, ya que el principal cultivo, que era la caña de azúcar, fue abandonado al no haber estímulo para producir.
Manifestó que tanto Veroes, que era el principal productor de ese rubro, como Páez y Peña que limita con Lara y cuyos productores arrimaba sus cargas al Central Turbio de Barquisimeto, dejaron de interesarse por el mencionado rubro.
El Central Yaracuy, que fue construido por el entonces presidente Rafael Caldera en su primer mandato y se había convertido en la principal factoría para los cañicultores, fue desmantelado por orden de Hugo Chávez, quien se lo llevó a Barinas, pero una vez armado no pudo funcionar porque allá nadie arrimó caña y no fue posible que lo hicieran los productores de Portuguesa, porque el transporte salía muy caro y no era rentable el arrime.
Conviene señalar que Fondafa, organismo encargado de controlar la candelilla que afecta la producción de caña de azúcar, dejó de asistir a los agricultores después que las instalaciones fueron destinadas a funciones distintas a las que habían sido concebidas.
Yaracuy también era bandera en producción de maíz y por esa circunstancia en el estado se producía la Harina Pan y alimentos concentrados para el ganado, cerdos, gallinas ponedoras y pollos; pero, ya nada de eso existe.
Al ser cerrada la empresa Procría, quedaron cesantes más de dos mil trabajadores y para colmo de males fue clausurado inexplicablemente el Centro de Investigaciones del Estado para la Producción Experimental Agroindustrial (CIEPE), que constituía el órgano de mayor apoyo para los productores del medio rural.
En estos momentos la mayor preocupación que existe en el campo es la falta de gasoil, ya que este combustible es utilizado por los camiones de carga, tractores, plantas de luz, cosechadoras y bombas para el riego. Y la gasolina es racionada.
Pacífico Sánchez – El Impulso