La expropiación más grande ejecutada por el chavismo-madurismo no ha sido, como muchos de ustedes piensan, las fincas o las empresas; ha sido el despojo brutal de los derechos laborales de los trabajadores en Venezuela. El discurso electoral de Chávez fue demagogo y engañoso para los trabajadores. Recuerdo bien su amenaza resentida en SIDOR: “…Trabajadores con hijos en escuelas privadas, con préstamos para adquisición de vehículos, con salarios y contratos colectivos exagerados, eso hay que cambiarlo…”. O aquel infame ataque hacia un trabajador de VTV en su programa “Alo presidente”. O la promulgación de la ley del trabajo sin ser discutida en la Asamblea Nacional. Todos fueron actos violatorios del Estado de Derecho y de la Constitución Nacional. Tal como se lo repitió más de 50 veces al profesor Agustín Blanco Muñoz, en el libro “Habla el comandante”: “…Vine a destruir…”. Venezuela vive días de expectativa y esperanza. El 10 de enero marcará el inicio de la recuperación de Venezuela, del rescate de la democracia y de sus instituciones y, también, del resurgimiento de un movimiento sindical renovado e independiente que continúe la lucha para hacer justicia con los más sufridos, con los desposeídos y expropiados, los trabajadores.
Hoy quiero enviar este mensaje a mis compañeros trabajadores, quienes tienen muchas dudas sobre lo que viene en lo inmediato, quienes temen no ser tomados en cuenta en los necesarios cambios o que los dejen al final de la cola de las reivindicaciones sociales y laborales. Para la recuperación de Venezuela debemos tener las cuatro patas de la mesa bien plantadas. Los trabajadores somos una de esas patas de la mesa de la recuperación nacional. A partir del 10 de enero, la representación laboral debe asumirla un sindicato comprometido, integro, que no tenga nada que ver con la expropiación de los derechos vulnerados con el chavismo madurismo, un sindicato que se siente con los patronos para hacer viables tanto las exigencias de los trabajadores como la necesaria productividad que deben tener las empresas e instituciones.
Debemos ser innovadores. Exigir la instalación de la BIPARTITA: trabajadores y patronos. Nada de tripartita, hasta cuando los intereses de los políticos van a decidir nuestro bienestar o nuestros salarios? Debemos negarnos a ser sometidos nuevamente a las componendas de los gobiernos contra los trabajadores, porque sabemos muy bien que cuando el patrono es el gobierno o las empresas estatales, se fusionan “patrono y estado” para negar nuestros derechos legítimos.
El cambio político ya está en proceso, arrancó el 20 de julio y es indetenible. Nuestra posición es muy clara, en Venezuela hay una intervención Ruso-Iraní-Cubano-Farc-Eln y otras organizaciones criminales, de la cual solo podremos liberarnos con ayuda de la comunidad internacional que no aceptará la convivencia con una dictadura criminal. No pedimos una intervención extranjera, estamos exigiendo la salida inmediata de los invasores de Venezuela. Nosotros estamos claros, sabemos que existen factores dentro de la oposición colaboracionista que buscarán doblegar a los trabajadores en Venezuela, no lo permitiremos. Es una lucha por nuestra supervivencia. Tengamos fe, no perdamos la esperanza porque la oscuridad es mayor cuando empieza el amanecer. Volveremos a tener patria, libertad y democracia. Fuerza trabajadores. Dios bendiga a Venezuela. Dios bendiga a todos.
Secretario General del SUTPGEF y Secretario de profesionales y técnicos FUTPV