Román Ibarra: Recordar es vivir

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Cuesta mucho mantener la serenidad frente a la ignominia que supone soportar tantos años de destrucción sistemática, en el que pudo haber sido el ejemplo a seguir en el conjunto latinoamericano, habida cuenta de las bondades, y ventajas que la naturaleza regaló a nuestra tierra.

Recordar las ¨razones¨ esgrimidas por los golpistas magnicidas del 4F/92, sus defensores y promotores: Caldera con su discurso miserable del día del golpe; las denuncias recurrentes y orquestadas por los autodenominados Notables; la irresponsabilidad de los medios de comunicación, y la izquierda extremista aliada con el militarismo gorila y brutal, dieron al traste con una democracia perfectible.

Por fortuna, las fuerzas leales al sistema democrático derrotaron estruendosamente la mediocridad de los golpistas, pero la conjura orquestada produjo el ¨milagro¨ de convertir a magnicidas frustrados, en ¨héroes¨ mediáticos y catapultarlos en el favoritismo popular.

Es de recordar la lloradera, y quejas recurrentes de los ¨presos consentidos¨ para recibir trato especial, que les fue otorgado en condiciones que nadie antes pudo conseguir. Cantantes; mujeres; periodistas; buena comida, y atención cinco estrellas, era el diario acontecer de los felones.

Ya en el poder, gracias a la colusión con el golpe, había que pagar y vaya si se hizo con el malhadado sobreseimiento que borró el delito más brutal que puede contener legislación alguna, como el magnicidio.

Cinco años inútiles de Caldera II en el gobierno, para abrir paso a estos 25 años de destrucción absoluta. De empobrecimiento de la población; destrucción institucional; de violación sistemática y brutal de los DDHH; desmantelamiento de los servicios básicos esenciales; de las empresas del Estado; enriquecimiento personal de personeros vinculados al gobierno, y sus familiares mediante el ejercicio de la corrupción más brutal y descarada de que se tenga memoria, y aun así, la culpa siempre es de un enemigo externo.

Puede ser el ¨imperialismo¨, el fascismo; la extrema derecha; la oligarquía; los apellidos, pero jamás por su manifiesta incompetencia y mediocridad. Tener todo el poder sin producir una sola obra que se pueda celebrar a lo largo del tiempo, es con sobradas razones muestra de imbecilidad extrema.

Los que venían a la política para adecentarla, y corregir todas las miserias,  corrupción y atraso generado en la era de la democracia representativa (1958-1998), terminaron por ser infinitamente peor que lo que prometieron cambiar; enderezar, y mejorar.

Valdría la pena hacer comparaciones estadísticas para demostrar que estos 25 años ininterrumpidos de ¨revolución¨, son solo una mueca ridícula y ostentosa de lo que nunca pudieron construir. Pierden en la comparación por goleada exagerada y brutal.

Obras contratadas; pagadas, pero jamás ejecutadas, fueron a dar a los bolsillos y cuentas bancarias de jerarcas y sus testaferros en bancos internacionales. Acabaron por destruir todas las empresas productivas del Estado venezolano; arruinaron a productores, y empresarios para generar su propia ¨clase empresarial¨; financiaron asquerosamente a la dictadura cubana, socia de tropelías y guía en la comisión de los peores delitos, como el secuestro; terrorismo de estado; desaparición forzosa; violación del derecho de  defensa; debido proceso; torturas, y otros tratos degradantes, entre muchos otros.

El abuso y atropello institucional contra todo aquello que no se pliegue a sus designios dictatoriales y abusivos; la imposición de leyes absurdas que contravienen la Constitución que ellos promulgaron en el furor de aquella mayoría circunstancial, hoy perdida, pero también secuestrada por la fuerza.

Hemos dicho y reiteramos que al parecer no quedan voces sensatas en el oficialismo, habida cuenta de que con el paso de los días, lejos de entrar en razón, al contrario, profundizan el salvajismo y la barbarie con los que empujan hacia el barranco.

Falta muy poco para que se cumplan los lapsos Constitucionales, y se concrete la juramentación del Presidente de la República el 10 de enero de 2025. Hasta el presente, no se ve, ni se sabe del adelanto de negociaciones y acuerdos para respetar el resultado del 28J.

Por el contrario, la actitud del actual gobierno es exclusivamente destinada a generar terror, mediante la violación de DDHH de casi 2.000 ciudadanos, entre los cuales, hay periodistas; mujeres, y menores de edad torturados.

El asedio constante a la sede de Embajadas, lo cual viola tratados suscritos por la República. La cobardía de hostigar a la anciana madre de la líder de la oposición. Todo ello sin que se conmuevan los verdugos de hoy, que antes lloraban y pataleaban por sus camaradas ¨atropellados por el poder¨, en vista de que no habían recibido el trato diario de Reyes que –a su juicio- merecían tan distinguidos luchadores!

No hay lugar para pasar la página como sugieren ¨opositores¨ al servicio del abuso dictatorial. Hay que negociar, sí; pero todo comienza con el reconocimiento irrefutable de la existencia del 28J.

Hasta el cansancio hemos dicho acerca de la necesidad de tender puentes para la negociación, y acuerdos. El respeto mutuo, con existencia de garantías plenas para la coexistencia pacífica, y la construcción de la mejor y más amplia gobernabilidad posible. Pero la verdad hay que hacerla valer y la negociación interna, más la ayuda internacional de gobiernos; parlamentos; personalidades; multilaterales y organismos internacionales, serán útiles.

Se gana y se pierde, y perder no es el final de la vida. Volvemos con la conseja del Presidente Lula.

¡Ríndanse que están rodeados, de votos; perdieron!

@romanibarra

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