Desaprender la guerra, realimentar la riza, deshilachar los miedos, curarse las heridas. Tomo versos de Luis Guitarra de esa hermosa canción Desaprender la guerra. Toda la canción es un bello y útil mensaje en este mundo de hoy, herido por conflictos bélicos abiertos – Ucrania, Siria, franja de Gaza – por mencionar algunos. Pero también tenemos esas pequeñas u múltiples “guerras, o conflictos en hogares, escuelas, calles, lugares de trabajo, redes sociales.
He aprendido, más por la práctica que por libros, aunque también los estudios lo confirman, que el comportamiento violento no es natural, es aprendido, y lo que se aprende, se puede desaprender, no es algo instantáneo, se requiere voluntad, herramientas, plan, paciencia y perseverancia, pero es posible.
Conviene saber también que toda violencia deja secuelas, heridas, una s pequeñas, otras mas grandes, y sin no se hace consciente, si no se trabajan, las heridas se agrandan pueden tener consecuencias muy graves.
En el programa de Madres Promotoras de Paz (MPP) que impulsa Fe y Alegría, se reflexiona ara comprender la violencia, sus múltiples aristas, tipos, causas, y luego herramientas para que puedan ser mejores madres, comprender mejor a sus hijos, poder resolver los problemas de manera pacífica, administrar las emociones – no es reprimirlas sino saberlas manejar -, aprender a relajarse, calmarse ante situaciones difíciles, conocer las leyes que le apoyan para proteger a sus familias, conocer los riesgos en la escuela, en la comunidad, las posibles alianzas para enfrentar riesgos, prevenir, reducir diversos tipos de violencia…(CF. Luisa Pernalete Conversaciones sobre la violencia y la paz)
Es importante formar grupos de apoyo, de manera aislada no se sale de ninguna violencia. Ya nos han dicho los informes de Psicodata – escuela de Psicología de la UCAB – que los venezolanos nos hemos vuelto desconfiados. Caminar juntos, impulsar acciones junto otros ayuda a construir el tejido social.
“Realimentar la risa”, nos dice la canción ya citada. Sonreír, reír, es contagioso, pruebe usted: sonría frente al espejo cada mañana unos 3 o 4 segundos, eso le va distender, y se presentará ante su familia sonriendo, y si los padres sonríen a sus hijos, ellos también sonrieran. El buen humor tiene muchas cualidades buenas para la sana convivencia, buen humor que no supone burlas, una forma de violencia muy dañina.
Deshilachar los miedos”. Mi adre, un hombre muy sabio, decía que el miedo, como es gratis, la gente agarra más de la cuenta. Es verdad, pero yo he aprendido que si se comparte, toca menos por cabeza. Por eso, enseñar a los hijos contar sus miedos, sin minimizarlos, en la escuela tener estrategias diversas para que los alumnos expresen sus miedos, los grupos de apoyo que mencionamos antes para contar nuestros miedos, todo eso ayuda a deshilacharlos, Es probable que alguna vez se necesite ayuda profesional.
“Curarse las heridas”, también dice la canción. La violencia, ya lo mencionamos, deja heridas. Hay que curarlas vivir en paz.
En nuestra experiencia, “desaprender el comportamiento violento” es posible. O hemos visto en MPP, en docentes, en niños y adolescentes.
De usted queda enganchase con “guerras” o desaprender la guerra y vivir en paz, en medio de muchas dificultades.
@luisaconpaz