Néstor Suárez: El sector privado y poder político

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En aquellos tiempos, Detrás de toda gran fortuna no había crimen alguno. Lo que había era sólo la producción en masa de algún artículo. Debida a algún invento técnico que aplicaba algún descubrimiento científico sobre alguna ley de la naturaleza. Y por supuesto alguna violación a algún reglamento de inspiración gremial. Jhon Chamberlain – The roots of capitalism.

Privatización de la industria petrolera y del petróleo

¿Por qué las empresas petroleras venezolanas no pueden ser y funcionar como las inglesas, holandesas, americanas e italianas, que son propiedad de cientos de miles accionistas, compatriotas y no, tanto directamente como a través de fondos de inversión en acciones y no sólo en bonos?

¿Por qué PDVSA no desaparece y la industria descentraliza funciones que las operadores puedan recuperar-compras, entrenamiento, etc.- y así se desburocratiza?

¿Por qué nuestras empresas petroleras no compiten entre sí, afuera y también adentro de Venezuela, en los mercados de productos y de recursos humanos y proveedores?

¿Por qué las empresas no pueden ser propietarias del subsuelo?

¿Y qué tiene que hacer nuestro gobierno en la OPEP, todavía detrás del mito de unas supuestas “cuotas de producción” que los Gobiernos son absolutamente incapaces de hacer respetar por la empresas, aún en los casos en que estas son de su propiedad?

Nosotros -los ciudadanos, el público-, podemos ser los accionistas de las empresas. Nombrando y controlando a sus directivos y gerentes a través de nuestro -como en cualquier país normal -; y si bien a nosotros nos convienen muchísimo las sociedades con las empresas extranjeras, ellas deben participar en plano de igualdad como otros accionistas. Sus socios debemos ser nosotros y no el Estado, que debe limitarse a recoger sus impuestos, mientras nosotros recogemos nuestros dividendos y vigilamos por la creciente valorización de nuestra propiedad.

Los dueños de Exxon o BP no necesitan la tutela de Estado alguno que “los represente” ¿O nosotros somos menores de edad, pródigos o incapacitados permanentes, que requerimos semejante curador? (Apoderado no es, porque ¿Dónde están los poderes firmados?)

Conviene pensar en los planes de financiamiento y plazos a ofrecer al pueblo venezolano para la compra de acciones, y no meramente de bonos. Así la gente podría solicitar un préstamo para iniciar o ampliar un negocio… asumiendo que los bancos ya no le presten al Gobierno como ahora.

Necesitamos un nuevo sector privado

Que surgirá del mercado, a partir de la privatización popular del petróleo.

El surgimiento de todo sector privado es siempre una selección, y el mismo producto y resultado de un ejercicio competitivo, del tipo que sea.

En condiciones de despolitización de las actividades y relaciones económicas, los seleccionados son los más hábiles en la competencia mercantil y microeconómica: por servir una mejor oferta a los clientes ahorrando costos sin desmejorar la calidad;  y por tener mejores relaciones comerciales con todos sus proveedores, incluso accionistas y bancos, empleados y trabajadores, etc.

En condiciones de politización de actividades y relaciones (y oportunidades) económicas, los seleccionados son en cambio los mejores y más diestros en la competencia palaciega, por lograr los más generosos favores estatales con carácter exclusivo y excluyente, identificando en cada momento las más rentables oportunidades de inversión política.

Cada país tiene así el sector privado que se merece; o por lo menos, en correspondencia con el tipo de instituciones y reglas de hecho dominantes, que lo hace surgir, predeterminando su fisonomía y características.

En Venezuela abundan los malos empresarios, consecuencia de un perverso o bizarro sistema de selección .Y debe ser reemplazado por otros mejores.

Pero quien debe hacer la selección no es el gobierno de turno a través de las reglamentaciones directivas e instrucciones, sino la gente a través de los mercados. Con su poder de compra intacto, a través de esos medios de expresión suyos tan naturales que son los mercados, con la ayuda de un sistema judicial confiable, En todos los mercados, tanto de bienes y servicios finales como de recursos humanos, capitales, energía y otros insumos,etc. E incluyendo el viejo, sano y sanador recurso a la quiebra: no debe haber esa “barrera a la salida” ( del mercado )  que es el privilegio de la dispensa en la obligación de quebrar. En particular para los bancos.

Venezuela se mantiene estancada en una realidad en que la gran mayoría de los venezolanos vive y padece diariamente, hasta el punto de: sobrevivir. El régimen socialista que detenta el poder ha generado una descomposición social sin precedentes, que ha violado sistemáticamente los derechos humanos y, además,   ha llevado a que las instituciones del Estado, en todos sus niveles, respondan a intereses particulares ajenos a los fines que exigen la democracia y la libertad.

El Status Quo que representa la clase empresarial venezolana,  diseña estrategias basadas en intereses personales ,teniendo y manteniendo como base una clara y deleznable “cohabitación”, de facto , con el oficialismo ,todo lo cual ha permitido que esté se mantenga en el poder, en perjuicio de Venezuela, por más de dos décadas.

Esa dirigencia empresarial está éticamente muy lejos de los principios y valores requeridos para contribuir con un cambio político en Venezuela.  Y por ello, reiteradamente en el tiempo, ha establecido estrategias políticas “autoreferenciadas” en sus intereses, espacios y parcelas de influencia, obrando para sus necesidades, no para las necesidades y requerimientos del pueblo, de la ciudadanía.

Al igual que en el sector político, en el sector empresarial hace falta una elección primaria libre y transparente.

Phd y Msc en Economía

 

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