Venezuela hoy podría haber tenido la mayor planta de licuefacción de toda Latinoamérica y el caribe. Hubiesen tenido el control hegemónico del suministro de gas para el Caribe, Centro y Suramérica, si PDVSA y el estado; tanto en tiempos de la mitocracia con Lagoven/Shell/Exxon/Mitsubishi en el proyecto Cristóbal Colon, como en tiempos de Rafael Ramírez con CIGMA, hubiesen cumplido con el plan previsto para Costa Afuera Oriental.
La construcción de dicha planta fue anunciada tanto en los 90’s por Giusti et al, como por Ramírez en el entorno de 2006-07. En este último caso la culminación estuvo prevista para finales de 2010 y luego diferida para 2012. A la postre nunca se construyó y hoy solo yacen fierros oxidados en lo que antes se llamó, Complejo industrial Gran Mariscal de Ayacucho [CIGMA].
El proyecto nunca prospero en ninguno de los casos; en el primero por razones políticas y de cambio de gobierno, mientras que en el segundo caso porque la corrupción y el saqueo devoraron el capital de inversión. La recurrente historia de una Venezuela víctima de la traición, el saqueo y la corrupción.
Tanto antes de 1998 como en la actualidad PDVSA no protegía, ni protege legalmente la información que entrega a terceros, a través de un acuerdo NCNDA por ejemplo. Fue así como los socios de la mitocracia; llámese Shell y Exxon principalmente, se aprovecharon de la información privilegiada entregada entonces por PDVSA para apalancar negocios con Trinidad y Guyana. El primero entonces incipiente productor de crudo y gas, mientras que el segundo solo había incursionado en acciones exploratorias fallidas.
Estas transnacionales se adentraron en el desarrollo de campos aledaños a los nuestros. Para 2002 Shell producía del campo Hibiscus, vecino a nuestro campo Dragon, mientras que Exxon hizo lo propio con Guyana Stabroek, campo vecino a nuestra Plataforma Deltana. Es la triste realidad de un país tercermundista, manejado por individuos poco identificados con su propia patria.
Dragón: Un acuerdo nocivo para Venezuela
PDVSA-Venezuela se jactan de facilitarle la vida a los trinitarios con un “acuerdo” para desarrollar las reservas de gas de campo Dragon, donde Shell sería el operador. La ministra de petróleo habla de país exportador de gas cuando en esencia no será PDVSA quien exporte, sino Shell desde Hibiscus a través de un gasoducto de unos 17 kilómetros a ser construido por ellos mismos para evacuar el gas desde Dragon. ¿Cuál es la gracia ministra?
Así no se edifica un país como potencia exportadora de gas; por el contrario, así se impide su desarrollo al tornarlo dependiente de las acciones de terceros. Al limitarlo solo a percibir un miserable “per diem” por sus recursos.
Al supuesto acuerdo Venezuela-Trinidad no hemos dudado en etiquetarlo de nocivo para Venezuela. Facilitan la vida a los vecinos para reflotar Atlantic LNG, en lugar de presionar para abrir espacios para esas mismas inversiones en Venezuela. Para construir de una buena vez nuestra propia planta de licuefacción para poder tomar control y dominio del mercado del gas en la región y más allá.
En principio, el hidrocarburo que se produce es siempre mejor que el que no, pero solo y cuando los riesgos y amenazas no superan las expectativas de supuestas ganancias y las responsabilidades, inversiones y objetivos volumétricos estén bien definidas.
Trinidad ha venido coqueteando con PDVSA desde 2013, no habiendo tenido éxito porque el negocio que planteaban resultaba desventajoso para los intereses de Venezuela. En lo personal, durante 2017 planteamos al entonces presidente de PDVSA; el hoy difunto N. Martínez, que debíamos tener muy claro lo concerniente a costos de producción, margen y mercados, para establecer el precio de realización de nuestro gas. Pero, además, nuestra participación en los negocios de Trinidad aguas abajo. Teníamos pautado reunirnos con el ministro de petróleo de trinidad Keith Rowley para abordar dichos temas, cuando fue súbitamente abortada por la salida de Nelson.
Hoy teniendo PDVSA como operador de Dragon a un tercero como Shell, habría que añadir a lo anterior los costos de abandono, lo relativo a la corresponsabilidad en cuanto a los riesgos operativos, derrames, accidentes e ilícitos, amarrado a seguros y reaseguros. Nadie dice una palabra al respecto.
PDVSA se quedaría con “no menos” del 45% de los ingresos brutos del proyecto, más las regalías de ley. La negociación actual; aunque insuficiente, hay que reconocer que es un avance respecto a la aspiración inicial de Shell y NGC, quienes pretendían quedarse con una tajada del 70/30, dejando solo las regalías a Venezuela/PDVSA.
El ministro Keith Rowley recién anunció que el precio para el LNG trinitario será establecido con base en una mezcla de tres marcadores de gas, ligada al Brent. En lo que respecta a Venezuela, a pesar de que para esta renegociación la gaceta especifica que el MENPET debe aprobar los términos de los contratos de venta del gas, ello es insuficiente. Mientras los precios del gas rondan hoy los $3.15 per MMBTU o por cada MPC [Hub GOM], los del LNG en Europa superan los EUR27.71 per MMBTU. Venezuela no vera jamás en Dragon ese nivel de ganancias.
El caso de Dragon es una simple entrega del gas a boca de pozo sin participación alguna corriente abajo, en un campo Venezolano operado por un tercero. Un negocio sin sentido, donde los “finding costs”, o costos equivalentes que aglutinan aquellos de exploración, parte de producción y capitalización de estas y otras reservas añadidas y/o por añadir en el tiempo desde esos u otros prospectos adyacentes, no podrían ser pagados en 30 años, con el 45% de un millón de BTU que hoy; en plano invierno, en el GOM apenas monta $3.12; es decir unos $1.40 por MMBTU netos.
Para la nueva negociación se espera producir en la primera fase del proyecto apenas 185 MMPCD de gas [ Venezuela Signs 30-Year Alliance with Trinidad to Develop Dragon Gas Field – Venezuelanalysis ]. Cada 1.000 MMPCD producidos equivalen a unos 7 millones de Toneladas de LNG por año [MMTPA]; es decir, esos 185 MMPCD equivalen a exportar; en el mejor de los casos a cerca de 1.3 MMTPA de LNG. Esos 185 MMPCD de gas producidos desde Dragon apenas generarían a PDVSA, un ingreso al valor actual del gas en GOM de $3.12 por MMBTU menor a $100 millones por año con el 45% de participación terriblemente negociado por Venezuela-PDVSA [ ultimahoravenezuela.com/2024/02/venezuela-recibira-un-20-de-regalias.html ].
El Campo Dragón, junto a Patao, Mejillones y Río Caribe, tienen reservas probadas de 14 TCF (Trillones de pies cúbicos) de gas no-asociado al petróleo, con la presencia; en el caso del Campo Rio Caribe de condensados según la caracterización inicial. El gas de Dragon fue tipificado como gas no asociado por Ramírez-Del Pino [ Venezuela cerca de producir gas costa afuera | DINERO ]. Estos tenían previsto enviarlo desde Dragon a tierra firme Venezuela en el entorno de 2014. Jamás sucedió porque la indolencia y la corrupción se encargaron de ello.
Los operadores de Dragon [Shell/NGC] pagarán además 20 % de regalía por el gas seco y 30 % por los hidrocarburos pesados asociados en caso de encontrarse, lo cual es improbable por lo antes expresado. El gas será enviado en su totalidad y “húmedo” directamente a la isla en caso de alguna riqueza marginal. De esta manera al incluir las regalías sobre el gas efectivamente vendido a boca de pozo, el gran total que podría percibir Venezuela no excedería los $140 millones anuales al valor actual del gas en GOM. Un negocio evidentemente no solo marginal en el mejor de los escenarios para PDVSA, sino nocivo para el país.
Es nocivo porque solo en intereses arrastrados desde la inversión previa ejecutada [ o saqueada] entre 2006-2015 de alrededor de $12.000 millones realizada por PDVSA superaría los flujos de capital esperados de la negociación del gas con Shell y trinidad. La tasa de interés promedio en EEUU para proyectos de capital en la industria petrolera fluctúa desde 5% hasta más de 15%. Tomando el rango inferior del 5%, solo el interés compuesto de la exposición de capital hecha por Venezuela en valor nominal invertidos [o desaparecidos] en CIGMA, superarían a lo largo del periodo 2007-2024 los $11.800 millones, sin incluir la recuperación del capital de 12.000 millones expuestos por Venezuela a partir de 2006-07.
Hay que renegociar con Trinidad y Atlantic LNG
Finalmente es la incipiente Trinidad quien termina construyendo la planta de licuefacción, mientras que Venezuela con más de un siglo de historia petrolera, aún no ha podido. La construcción del primer tren tuvo inicio en 1996 y su primera carga tiene lugar en 1999, mientras que los trenes 2, 3 y 4 arrancan a partir de 1999, 2002 y 2005 respectivamente.
Pero el potencial de comercialización de LNG de trinidad viene cediendo desde 2008 debido al rápido agotamiento de sus reservas. La producción de gas ha cedido desde 4.100 MMPCD en 2008 a cerca de 2.400 MMPCD en la actualidad. Atlantic se ha visto forzada de reducir su nivel de actividad en más del 45% desde 15 MMTPA a 8.2 MMTPA, impactando sus ingresos y obligándola a enfrentar despidos masivos, poniendo presión política al gobierno.
Luego de 5 años de negociaciones, en Diciembre’2023 trinidad anuncia que la participación de Shell en Atlantic LNG se reduciría, mientras las de #BP y NGC trinidad se incrementarían. La distribución preexistente consideraba un 54% y 40% de los trenes 2, 3 y 4 para Shell y BP respectivamente, mientras que NCGTT solo poseía un interés del 11.1% en el tren 4. La nueva distribución establecida a partir de entonces incluye a todos los 4 trenes para los 3 socios, con un 45% para Shell y BP, mientras que NGCTT se queda con el 10%. Dicha distribución refleja el aporte de cada socio a la dieta diaria de Atlantic LNG. Trinidad propuso dicha distribución para maximizar sus ingresos desde las exportaciones de LNG.
Según el ministro de energía trinitario, dicha acción ha añadido a sus arcas $2.5 billones desde su implementación, mientras Venezuela se conforma con memos de $140 millones por año, siendo dueño del recurso y habiendo sido protagonista, no solo del descubrimiento de los campos de CIGMA, sino de haber facilitado el despegue de trinidad en materia de gas por la entrega de información privilegiada desde los 90’s, tal y como antes explicamos.
Los trinitarios dependen de Venezuela; tanto en el gas de Dragon, como en el caso del yacimiento compartido Loran Manatee para su subsistencia como exportador de LNG. Es necesario renegociar un precio y una participación justa de Venezuela, no solo en la entrega del gas, sino, además, corriente abajo en la cadena de exportación de LNG.
Einstein Millán Arcia: Asesor Petróleo y Gas “Upstream”. Managing Director for Energy & Carbon Sequestration @ Fractal [https://fractal-software.com/ ]. Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979.