Entre el ocaso y el alba, cuando todo está en silencio…
Conticinio es un bello e inspirador vals venezolano que recibe el alma con alegría y hasta de tristeza. Es una música inspiradora desde el amor a la patria, pasando por el quehacer de la vida con optimismo y paz alegre en el recuerdo imperecedero de los seres queridos de ayer, de hoy y de siempre. Es el derecho justo de la vida entre hermanos de respeto, de ayuda, de convivencia y de amor. Es vivir y morir en paz sin odios ni rencores, sin desear mal a nadie y dar la mano al caído y no hundirlo en el desprecio. Es ser honesto aún en el pensamiento. Pero ante todo en la vida, está en el conticinio la bendición de Dios. Es el abrazo fraterno y de las reflexiones de lo bueno y de los errores, es el conticinio del día a día, desde el ocaso, horas de la noche cuando todo está en silencio para sentirnos en sí mismo y hasta el alba con la luz de los sentimientos nobles, de amor y del abrazo fraterno.. En la vida, como dice el Eclesiastés, todo ha tenido, tiene y tendrá su tiempo, tiempo para reír y tiempo para llorar, tiempo para abrazarnos y tiempo para separarnos. Pero lo importante y deseable es que “Vivir por vivir, no es vivir, vivir en paz es vivir”. Es el Conticinio del maestro Laudelino Mejías en 1.922, letra del maestro Egisto Delgado, también en el conticinio de nuestras almas, en amor, amistad, comprensión, conciliación y convivencia en paz alegre que nos invita escucharla pensando e invocando la convivencia humana independientemente de creencias religiosas, políticas. raza, clase social, credo o sexo, porque somos seres humanos, gente, en exacta calificación fraternal, es el conticinio.
Esta es mi tarjeta de navidad, deseándoles salud, optimismo y paz alegre. Feliz nuevo año.
—cjev34 @gmail.com