Comencemos con algo de historia que siempre es de vital importancia para entender un poco el recorrido que siempre les hago o trato de hacer en mis escritos para ustedes, el 6 de diciembre de 1998 un ciclón político barrió el país, así lo denominaron muchos analistas, ese día Hugo Rafael Chávez Frías logró una victoria abrumadora en las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela.
Estos comicios se caracterizaron por el hecho de que ninguno de los principales candidatos se presentaba por alguno de los dos partidos tradicionales que habían dominado la vida política venezolana a saber Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente, también conocido como el Socialcristiano (COPEI), fue así como Hugo Chávez Frías un ex militar de ideología socialista, que había encabezado un golpe de Estado en 1992 contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, se presentó como candidato de su partido, el Movimiento V República (MVR), el cual fue apoyado por una coalición conocida como “Polo Patriótico”, debiendo competir contra Henrique Salas Römer, del partido Proyecto Venezuela (PRVZL), a última hora, AD y COPEI se retiraron de las elecciones y apoyaron a Salas Römer, en una alianza que se denominó “Polo Democrático”, que no dio resultado alguno para remontar lo que ya se sentía en el país.
Encabezando una campaña de corte socialista, centrada en el cambio y comprometiéndose a convocar a un proceso constituyente, Chávez en última instancia triunfó ampliamente con el 56.20 % de los votos contra el 39.97 % obtenido por Salas Römer.
De esta manera el nuevo presidente inició el desmantelamiento del sistema político anterior, al que consideraba corrupto y antidemocrático.
Héroe de los pobres para sus partidarios, enemigo de las libertades para sus detractores, Chávez despierta todavía aun después de muerto pasiones encontradas, como un perfecto encantador, aglutinó en su entorno a muchos que en pleno 2024 que casi finaliza lo siguieron y continúan con el desarrollo destructor de los preceptos del líder de la revolución.
Al pensar en lo sucedido con Hugo Chávez, me lleva a pensar en una famosa novela que justamente se llama “El Encantador de Serpientes”, en cuya trama un investigador del FBI, una secretaria, un estafador y su hijo, nos llevan por un viaje a través del tiempo, de la turbulenta vida de un empresario convertido en uno de los estafadores más buscados por la INTERPOL de los años ochenta, Costa Rica, Estados Unidos, Suramérica y Europa, son el escenario de esta novela que lo hace que los lectores logren admirar y odiar al mismo tiempo a un hombre cargado de encanto, cuya ambición desmedida lo lleva a quebrantar todas las leyes políticas y financieras, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia dirían los entendidos.
Lo realmente cierto es que con lo que se sabe y con lo que no se sabe, las cosas tienen un parecido increíble con el despilfarro, robo y corrupción que rodea a la revolución bolivariana, para cualquier parte del globo terrestre donde se mire, hay algún señalamiento que involucra o a Hugo Chávez y si no es directamente, el dedo apunta a sus acólitos, la lista sería sumamente larga, pero solo podemos nombrar a: Celia Flores, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino y los hermanos Jorge Rodríguez y Delcy Rodríguez, quienes son considerados como las voces más autorizadas del régimen, por supuesto, todo esto lo encabeza el jefe de la pandilla, el propio Nicolás Maduro.
Todos los mencionados y muchos más, están involucrados en una infinidad de cosas y casos que dejan a la imaginación fallida, actos de corrupción increíbles por decir lo poco, como toda mafia funcionan a la perfección y quien no acate los lineamientos sufren las consecuencias, tenemos pues que el régimen que actualmente gobierna Venezuela es un grupo organizado que opera en el crimen y que se caracteriza por defender sus intereses sin escrúpulos.
En este momento con la cercanía de la fecha de culminación del actual periodo presidencial, de no entregar, Maduro se transformara en un usurpador del cargo y de sus funciones, el mundo sabe la realidad de lo sucedido el 28 de julio pasado y que el presidente electo no es él, es el Embajador Edmundo González Urrutia, ya reconocido por muchos como tal, entonces, las serpientes encantadas tienen los días contados, el tiempo definirá lo que sucederá, Venezuela ya no es la de 1998 y el mundo tampoco, esperemos y confiemos en que pasará lo que debe pasar, así de simple y sencillo.
@raguilera68 – @AnalisisPE