¿Te ha pasado que un influencer o un medio de comunicación reconocido publica una noticia por las redes sociales, y sigues creyendo en ello, aunque te digan que es falso? ¿Sabes a qué se debe eso? Al sesgo de autoridad. Veamos a qué se refiere.
¿Qué es el sesgo de autoridad?
Este sesgo tiene que ver con la tendencia humana a aceptar información como verdadera si proviene de una fuente considerada experta o confiable. Es decir, es un sesgo que tenemos como seres sociales, pero que se ve amplificado en la era digital.
La psicóloga Elena Huguet (2022, 08 de agosto) señala que el sesgo de autoridad está asociado a “cómo nos afecta lo que nos dicen los demás, dependiendo de quién nos lo diga”. Agrega que “este sesgo hace referencia a la predisposición que tenemos a seguir las normas si éstas las da una figura que para nosotros es de autoridad, sin cuestionar a veces el daño que puede generar, los métodos que utiliza o los aspectos éticos subyacentes”.
¿Cómo se manifiesta el sesgo de autoridad en la era digital?
Primero, a través de la confianza en los influencers. Las redes sociales han otorgado a los creadores de contenido una autoridad que puede influir en las decisiones de sus seguidores, incluso en la aceptación de informaciones sobre temas tan complejos como la política o la salud.
En segundo lugar, por el prestigio de medios de comunicación tradicionales, ya que, aunque se han multiplicado las fuentes de información, los medios de comunicación tradicionales siguen considerándose con autoridad. Ello puede llevar a una aceptación acrítica de sus contenidos.
En tercer lugar, por los algoritmos. Como hemos visto en textos anteriores, los algoritmos utilizados para personalizar el contenido que vemos, también pueden reforzar nuestros sesgos preexistentes, al mostrarnos información que confirma nuestras creencias y nos aísla de perspectivas diferentes a las nuestras.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias del sesgo de autoridad en la era digital?
La difusión de bulos y la manipulación de la opinión pública se facilitan por el sesgo de autoridad, ya que las personas suelen creer en informaciones provenientes de fuentes que consideran confiables.
Por otro lado, como otros sesgos, el de autoridad puede contribuir con la polarización, al reforzar creencias y dificultar el diálogo. Todo ello también pone en riesgo la confianza en las instituciones, pues la proliferación de bulos o información falsa hace difícil distinguir entre fuentes confiables y no confiables.
¿Se puede combatir el sesgo de autoridad?
El sesgo de autoridad es un desafío en la era digital. Sin embargo, se puede reducir. ¿Cómo? Diversificando las fuentes de información, siendo conscientes de nuestros propios sesgos cognitivos y cultivando el pensamiento crítico. Este último se desarrolla comparando la información, cuestionando las fuentes y verificando los hechos.
La era digital nos ofrece muchas oportunidades y herramientas para informarnos y comunicar, pero navegar por el complejo ecosistema de la información digital requiere que lo hagamos de manera crítica y responsable.
Comunicadora social. Doctora en Ciencias Humanas. Directora de la Escuela de Comunicación Social, ULA Táchira.