Hablar claro, despolitizar y desburocratizar el estado, ofrecer trabajo y orden, bajo el riguroso imperio de la ley…es la consigna… ¡Ése es el reto y no otro!
Las democracias y sus mecanismos (ONU, OEA) están enfermos. líderes populistas y ONG conocidas y de carácter humanitario siguen confundidos, a pesar de su insistencia sin control ni evaluación del pacifismo a ultranza que pregonan, con una actitud ambigua que denota más parcialización que moderación y humanismo. A sabiendas de que los promotores que causan tales males, se aprovechan de ello, actitud más que demostrada en la actualidad, con lo que acontece en el medio oriente.
Las actuales situaciones de conflicto, violencia e inestabilidad, parecen indicar que existe un debilitamiento de la democracia tal como la conocemos. La democracia real puso en movimiento a la sociedad económica, política y cultural para liberarla de dogmas religiosos e ideológicos. Estos dogmas si hacemos un análisis frio y objetivo de la actualidad, han retornado con tan fuertes recursos económicos, que hacen peligrar la cultura democrática occidental.
Las democracias pierden su carrera en el control de los paraísos fiscales, el lavado de dólares, los ilícitos financieros, las falsificaciones de marca, el tráfico de armas y la lacra más peligrosa la del terrorismo a su servicio, disfrazado de lucha ideológica, nacionalista o religiosa. Actividades que generan millones de dólares, que permiten su intromisión en los sistemas democráticos, amparados por tan enormes recursos. En esta difícil condición, el terrorismo religioso y el ideológico avanzan con la cubierta de la inversión o expansión económica.
Rusia intento hacerlo sin resentimientos en Siria, Ucrania y donde tengan claros intereses económicos. Los gobiernos islámicos son cada vez más antidemocráticos y discriminatorios, esto incluye a las arrogantes y excluyentes monarquías multimillonarias del golfo, que en nada les importa la suerte de sus hermanos musulmanes empobrecidos. Una contradicción clara de su fanática religión. China intenta retomar su avance a diestra y siniestra, y en Latinoamérica se utiliza el disfraz de la democracia participativa, para la toma del poder. Esto seguirá agravándose porque el trasfondo no es solo religioso, es la estrategia del “anti occidentalismo”, más que la ya degastada del “anticapitalismo”
Chinos y rusos, convertidos en los nuevos colonialistas, cuya inescrupulosa forma de hacer negocios, en Latinoamérica, donde se apoderan de los recursos energéticos primarios, no importando si lo hacen con gobiernos autocráticos violadores de DD. HH, un recuerdo nostálgico para los comunistas fracasados de los 60, que alegaban eso mismo contra USA. Otros han establecido peligrosas relaciones con grupos radicales religiosos, donde les han servido de plataforma financiera.
No se puede seguir apelando a la paz con los ejemplos de Gandhi y Nelson Mándela, ambos lucharon ante sociedades democráticas y bajo el derecho internacional. Esto no hubiese sucedido nunca en los países radicales islámicos, en China, la Rusia de Putin, ni la Cuba de Fidel Castro, donde hay centenares de Gandhi y Mandela esperando justicia. El débil comportamiento de los organismos internacionales ante los gobiernos forajidos (70 años en Cuba, 50 en el de Siria, etc.) son una muestra de esa realidad.
Las sociedades democráticas occidentales, son las únicas que se han planteado un marco verdaderamente Democrático. Otros sistemas han fracasado y el pacifismo y la tolerancia a ultranza es una estrategia, que a quien solo beneficia es a las dictaduras radicales depredadoras. La democracia real, no es complacencia, dadiva, ni anarquía, a veces tiene problemas, por tratar siempre de complacer a todos. La sabiduría es conocer lo que se debe hacer y la virtud es llevarlo a cabo.
En la democracia el concepto de la libertad es esencialmente disciplina y responsabilidad y donde el derecho y el rigor de las leyes predominan sobre las pasiones delirantes. Pero solo son dignas de ella, aquellos pueblos que saben conquistarla cada día. La democracia es siempre peligrosa, pero es nuestra más segura garantía.
La casi totalidad de los políticos, confunde revuelta con revolución, hasta que se dan cuenta demasiado tarde. En la democracia la educación es libre y sin condiciones, porque es mediante este proceso humano que el hombre alcanza la libertad. Es decir, se hace HOMBRE. De allí que el hombre fanático crea en las promesas y las dadivas, mientras que el hombre libre, en las causas y en el efecto.
Hoy por hoy, sea demostrado que la democracia es el único régimen decente; el mercado, el único árbitro de la riqueza y la propiedad privada la garantía del hombre de trabajo. Atropellar la democracia, ignorar el mercado o desconocer la propiedad son actitudes reincidentes del pasado y por la cual la humanidad ya ha pagado un alto precio. Disfrazar de sociedad desarrollada el simple cambio de fachada de ciudades y pueblos, y de la producción masiva de bienes de consumo, no basta…debe integrar la ecuación de la libertad y del bienestar del ciudadano.
Las crisis económicas o políticas traen salvadores que luego se transforman en autócratas indispensables y violadores de los derechos humanos. En el siglo 20 y en estos inicios del 21, todas las esperanzas de revoluciones y reformas se han transformados en pesadillas totalitarias. Las semillas del comunismo afloran cuando en la democracia se pierde la esperanza de conseguir una vida mejor. Es por ello que deben mantenerse con racionalidad, valor y constancia, esas esperanzas
El radical político es un hombre de una sola idea y de un solo fin. No se debe ceder a la tentación de ofrecer nuevas formas de populismos con la esperanza de conquistar al pueblo. El reto de detener esta peligrosa desviación debemos asumirlo los verdaderos demócratas con inteligente esfuerzo y sobre todo con mucho valor y determinación.
¡Un No Rotundo Al Pasado!