Una situación irregular, que amerita inmediato correctivo, está sucediendo en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, ya que un número indeterminado de pensionados han acudido a las agencias bancarias para cobrar sus mensualidades, pero no han podido hacerlas efectivas porque sus nombres han sido borrados como beneficiarios.
La denuncia fue hecha a El Impulso por Félix Travieso, directivo del Comité de Defensa de los Pensionados y Jubilados en el estado Lara, quien manifiesta además que la omisión se debe a que el mencionado organismo los ha eliminado por supuestos fallecimientos.
A las personas que acuden a los bancos les dicen: su nombre no aparece porque ya su nombre fue borrado por estar fallecido.
Por supuesto, los afectados se sorprenden, se molestan y reclaman porque no es cierto que están muertos, dice Travieso. Al parecer, las computadoras del Seguro Social eliminan los nombres y, en consecuencia, los afectados deben, como es natural, acudir a las oficinas del mencionado organismo para averiguar su situación; pero, lo más grave es que nos dicen a los directivos del Comitè que los funcionarios solicitan 15 o 20 dólares para arreglar el asunto. Y nos preguntamos: ¿Si esas pensiones son de tan escaso valor, ahora, de 130 bolívares, cómo van a exigir dinero en moneda estadounidense que es mucho más valiosa que el bolívar? Algo muy raro está pasando.
El Comité de Defensa de los Pensionados y Jubilados, dijo Travieso, hace la denuncia para que el Seguro Social corrija a la mayor brevedad posible y evitarle molestias a los beneficiarios, ya que, muchas veces tienen que pagar pasajes en las rutas con la esperanza de conseguir el dinero que les corresponde y tienen que regresar descontentos, desconsolados y tristes porque se está cometiendo una injusticia con ellos.
No es posible que una persona que ha cotizado al Seguro Social lo borren de repente, ya que para hacer eso tienen los familiares que presentar previamente al organismo la documentación de fallecimiento, porque si una cualidad tenemos los venezolanos es que actuamos con honestidad y nadie va a pretender cobrar la pensión de una persona muerta. Habrá, por supuesto, alguna que otra excepción; pero, por lo general, la inmensa mayoría de pensionados y jubilados provenimos de hogares cristianos, donde nos enseñaron buenos principios, que se consolidaron con el tiempo y, por lo tanto, actuamos bien.
Pacífico Sánchez – El Impulso