Gustavo Coronel: La ilusión del año nuevo, vida nueva

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Programa de opinión – Gustavo Coronel – jueves 2024-12-19

 

La tradición del año nuevo, vida nueva, tiene unos 4000 años, desde la Mesopotamia. Quizás su origen fue agrícola, al coincidir con las crecidas de los ríos o para celebrar las cosechas. En Roma Julio César estableció el calendario que estableció un día de marzo como el primero del nuevo año. Durante la edad media el nuevo año se estableció en línea con un sentido religioso, coincidiendo con el nacimiento de Jesús, y, finalmente, el calendario gregoriano, establecido por el Papa Gregorio a fines del siglo XVI,  lo fijó el primer día de Enero.

La gente se ha acostumbrado a pensar que de una forma mágica, cuando el reloj se mueve de las doce de la noche del 31 a los primeros minutos del primero de enero del año siguiente, el planeta y todo su contenido, experimenta un reseteo. En particular, vemos llegar ese momento como si alguien nos quitara una piel incómoda ,llena de dolores, angustias y sufrimientos y nos pusiera una nueva piel, la cual promete felicidad, bonanza, realización de deseos.

A medida que se aproxima esa hora, no importa donde estemos, tratamos de acelerar la marcha para estar al lado de nuestros seres queridos, abrazarlos, besarlos, decirles cuanto los queremos, cuanta felicidad nos han dado. Los miembros de la familia corren de un lado a otro con una maleta que les promete grandes viajes futuros. Algunos se colocan una moneda en el zapato, otros miembros de la familia estrenan interior amarilla, todos comen doce uvas apresuradamente, cada uva un deseo. Y, por supuesto, luego comienza a sonar la Billo’s.

Al sonar el cañonazo, al repicar las campanas o estallar los cohetes algunos lloran porque no pudieron llegar a tiempo a casa, otros porque ya la madre o algún ser querido cercano falleció hace poco, mientras que otros se sienten inundados de alegría porque están en casa y se están calentando las hallacas, porque el nuevo año ya está con nosotros y borrará muchas de las miserias del año anterior. Unos van alegres, otros van llorando, dice una de las canciones del gran Billo Frómeta.

Esa sensación de que algo definitivamente termina y algo definitivamente ha alegrado por centurias a gentes que ven un cambio de año como una liberación.. El aspecto beneficioso de ese sentimiento de renovación es que hace que mucha gente se proponga cambiar para mejorar. No solo a nivel individual, en términos de comenzar una dieta, o dejar de fumar, o tratar mejor a la esposa,  sino en términos colectivos, de participar en asuntos comunitarios, ser mejor vecino o, más simplemente, dar los buenos días a la gente que se cruza con uno en la calle. En este sentido de intento de mejoramiento individual  y ciudadano la tradición del año nuevo puede ser muy beneficiosa como catalizadora para hacernos mejores.

Hay otra cara de la moneda menos beneficiosa. Es esa de quien espera que un año nuevo nos traiga prosperidad y  que esos cambios caigan como del cielo, transportados por el trineo de San Nicolás. Mucha gente espera que de alguna manera el año nuevo sea diferente. Piensan que este será el año de la democracia, porque que algo sucederá que la hará posible, nos la traerá el nuevo año. Digo que este sentimiento es menos beneficioso porque hace pensar a la gente  que el éxito caerá del cielo, nos será dado, sin que nuestro esfuerzo sea lo determinante para lograrlo. De allí que oigamos decir con frecuencia “Vamos a ver que nos trae el año…  o, “que  el año te traiga cosas muy buenas….como si nuestro futuro dependiera exclusivamente de factores externos y no en grado muy importante de nuestros propios esfuerzos.

Si hay algo que le encanta a los venezolanos es una fiesta, un bonche. A quien no, realmente. Desde ese punto de vista la celebración del año nuevo es una tradición inofensiva, una ocasión de renovación física y espiritual, para pensar que todo lo malo se va con el año viejo y todo lo bueno vendrá con el año nuevo.

Yo no deseo desentonar y es por ello que  aprovecho para desearles a cada uno de ustedes un feliz año nuevo 2025, recordándoles que mucho de lo bueno que nos pueda traer ese nuevo año vendrá como resultado de nuestros esfuerzos de nuestra condición de buenos ciudadanos, de nuestra creencia que debemos trabajar unidos para salir adelante y recuperar la Venezuela digna y decente que una pandilla miserable ha logrado herir gravemente con sus abusos y su crueldad.

¡Felicidades para todos!

El alma de las cosas mi billetera

En el folklore japonés Tsukumogami es la creencia de que un objeto adquiere un alma, un espíritu después de cierto tiempo de uso. Son exigentes los japoneses al fijar ese lapso en cien años.

Jorge Luis Borges, por su parte, era aún menos optimista. En su poema “LAS COSAS” aborda el tema y nos dice:

Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero,

la dócil cerradura, las tardías

notas que no leerán los pocos días

que me quedan, los naipes y el tablero,

 

un libro y en sus páginas la ajada

violeta, monumento de una tarde

sin duda inolvidable y ya olvidada,

el rojo espejo occidental en que arde

 

una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,

láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,

nos sirven como tácitos esclavos,

 

ciegas y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

no sabrán nunca que nos hemos ido.

 

Jorge Luis Borges

 

Borges expresa lo que todos sentimos acerca de “nuestras” cosas. Hace ya cerca de 80 años que el aún seminarista salesiano Rosalio Castillo Lara me regaló una pequeña medalla de San Juan Bosco. Aún la tengo, en memoria de mis años felices de adolescencia en el Liceo “San José” de Los Teques y del joven seminarista que luego se convirtiera en príncipe de la iglesia y símbolo de la dignidad venezolana frente a la barbarie chavista. La cargo en mi billetera, a su vez un regalo de Marianela de hace más de 25 años, una maravillosa billetera llena de espacios pequeños y medianos, para tarjetas de crédito, cédula, carnet de conductor, monedas, medallas, papelitos diversos y algunos billetes de banco (cada vez menos). Esta billetera, estoy seguro, tiene un alma, el alma de Marianela, mi querida esposa ausente está en ella y la puedo sentir cada vez que la acaricio. En estas navidades una persona muy querida me ha regalado una nueva billetera, la cual es también maravillosa, tiene múltiples espacios y seguramente me servirá por mucho tiempo. Pero no he logrado todavía remplazar completamente la antigua billetera, por tener la sensación de que estaría remplazando un objeto que ya posee un alma, asociada con quien me la regaló y conmigo para siempre. Lo que hago es utilizar ambas billeteras, alternándolas, hasta que sienta que la nueva ha pasado a tener un alma.

El otro objeto que he atesorado por unos 13 años es una laptop TOSHIBA la cual adquirí en 2011, porque me encantó su cuerpo muy liviano, como de acero bruñido. La he utilizado por todos estos años a diario y me siento con ella enteramente cómodo, como con mis zapatos viejos. Sin darme exacta cuenta, ella cada vez estaba más lenta, como yo lo estoy también, y me iba adaptando a las esperas cada vez más largas que eran necesarias para verla obedecer a mis mandatos.

En estas navidades he recibido de un generoso amigo una nueva laptop, una bella HP, la cual responde de manera instantánea a mis comandos y me ofrece una variedad de opciones que mi antigua TOSHIBA no tiene y una calidad gráfica calidad extraordinaria. He pasado estos días haciendo la transferencia de todos mis datos a mi nueva laptop, sintiendo – como en el caso de mi billetera – una resistencia interior a llevar a cabo el traspaso total de mis actividades a mi nuevo objeto. Porque sucede algo que me tiene sorprendido. Desde que tengo la nueva laptop mi antigua TOSHIBA parece estar andando con mucha mayor rapidez y se conecta con mayor facilidad que antes al internet. Parece haberse dado cuenta de  que estoy a punto de dejarla a un lado a favor de mi nueva máquina. Y parece resistirse a esa decisión, tratando de ser joven de nuevo. Pareciera que el alma que hay en ella me está pidiendo que no la abandone.

Sí. Estoy convencido, por la experiencia con mi billetera y mi laptop que las cosas, nuestras cosas, tienen un alma, la cual se desarrolla en base a nuestra relación con nosotros, la cual se expresa mediante  un lazo sentimental que se va pareciendo más y más, cada día que están con nosotros,  a una relación humana.

Y también creo que cuando llega el momento de la separación ellas se dan cuenta. Y así como nosotros pasamos a poseer otra cosa y tenemos una sensación de pérdida por lo que nos ha acompañado por mucho tiempo, de igual manera nuestras cosas nos ven partir con una conciencia de pérdida. Aún aquellas cosas que pasan a ser heredadas por un hijo, un nieto o un amigo, se darán cuenta de nuestra ausencia, quizás por dejar de escuchar el sonido de nuestra voz.

Por ello pienso que Borges se mostró pesimista al decir que nuestras cosas nunca sabrán que nos hemos ido. La experiencia que estoy teniendo con mis viejas billetera y TOSHIBA me hacen sospechar que ellas saben exactamente lo que está sucediendo. Por ello no puedo abandonarlas totalmente sino que seguiré interactuando con ellas con alguna frecuencia, lo suficiente para que “sepan” que no las hemos abandonado. Hasta el día que ello deba suceder.

Urgente: Una política vigorosa de educación ciudadana

*Un mensaje a quienes tendrán la dirección política venezolana en el futuro

*A ser incorporada en el programa de gobierno de Edmundo González Urrutia y  María Corina machado

Horrorizados por los 24 años de ruina material y espiritual que ha experimentado Venezuela a manos de la pandilla chavista/madurista, ese grupo de  militares y civiles dedicados al narcotráfico, al lavado de dinero y a la explotación ilegal y traidora de nuestros recursos minerales, los venezolanos hemos tenido poco tiempo para comprender en toda su trágica magnitud el crimen que la pandilla ha cometido contra las nuevas generaciones, los niños y adolescentes venezolanos,  quienes han nacido y crecido durante esta macabra etapa de nuestra historia.

Todo venezolano entre las edades de 1 a 20   años de edad, más todos aquellos quienes comenzaban su educación primaria inmediatamente antes de la llegada de Chávez al poder, se encuentran hoy afectados, en mayor o menor grado, por profundas deficiencias en lo que se refiere a su bienestar físico, desarrollo mental normal y condición ciudadana. Estamos hablando de quince o más millones de venezolanos quienes han sido víctimas de una educación totalmente perniciosa y están en alto riesgo de ser ciudadanos de segunda o tercera clase, cuando no colocados al margen de lo socialmente aceptable.

 La tragedia educativa venezolana

Hace unos días recibí una nota de un amigo con datos duros sobre la crisis educativa venezolana durante el chavismo. Por ejemplo, en la facultad de ciencias de la UCV ingresaron este año 573 aspirantes, pero 365 no lograron aprobar ninguna asignatura. En la facultad de Biología 109 de los 144 nuevos inscritos no lograron aprobar asignatura alguna. En Física 45 aspirantes, un 50% del total no aprobaron ninguna asignatura. Similares resultados se vieron en Geoquímica y Computación. Este desastre – nos dice nuestro amigo –  es el resultado de la ausencia de profesores, de los bajos salarios y de la cultura de premiar el mínimo esfuerzo.  Tulio Ramírez los llama Los bachilleres de la revolución.

Este catastrófico aspecto académico de nuestra educación no es la peor de nuestras desgracias. Los bárbaros que ocupan el poder desde 1999 han estado cultivando entre nuestros niños y adolescentes una cultura del resentimiento, de la revancha, del odio de clases, aspectos que caracterizaban y caracterizan a sus líderes Hugo Chávez y Nicolás Maduro, a fin de crear una Venezuela de marginales, destinadas a tratar de probar que sin educación, sin tecnología, sin políticas de convivencia y cooperación  con  el mundo civilizado Venezuela puede ser lo que ellos llaman “País Potencia”, junto a sus aliados como Corea del Norte, Nicaragua y Cuba.

A fin de lograr este anti-milagro la estrategia de Chávez y de Maduro ha sido una de nivelación hacia abajo, es decir, la creación  de una Venezuela donde los arquetipos dignos de imitación sean el bárbaro Hugo Chávez y el analfabeta funcional Nicolás Maduro.

 Una primera prioridad de la Venezuela democrática será la creación de una sociedad de ciudadanos

No hay dudas de que entre las acciones a tomar desde el primer día de un cambio de gobierno en Venezuela está la implantación de una política de estado de educación ciudadana de carácter nacional, masiva, en todos las escuelas de la nación, a fin de comenzar a crear una nueva generación de venezolanos con una sólida base de buena ciudadanía activa, el ingrediente “mágico” que le hace falta a Venezuela, más allá de sus riquezas materiales, para lograr el progreso, para salir del foso donde lo ha clocado el bárbaro régimen chavista madurista.

Este es mi mensaje para nuestros líderes democráticos en momentos en los cuales el régimen se acerca a su fin.

 El proyecto VES DE José Álvarez Cornett ya tiene 12 años

VES es el proyecto que nos narra la historia de los inmigrantes a nuestro país quienes VINIERON, EDUCARON Y SEMBRARON el conocimiento científico, así como la de los emigrantes venezolanos a otros países, quienes, VIAJARON, EMIGRARON Y SURGIERON. Es la bella tarea que se ha impuesto José Álvarez Cornett, la de hacernos conocer ese grupo de hombres y mujeres que vienen y van, sembrando el conocimiento donde quiera que se encuentren.

El proyecto se orienta a salvar del olvido a aquellos inmigrantes a nuestras costas que se sembraron entre nosotros y nos trajeron el valor agregado del conocimiento científico, así como a destacar a aquellos venezolanos quienes han salido del país y se han sembrado en otras culturas dándole lustre a nuestro gentilicio.

José Álvarez Cornett ha acometido por años esta tarea, solo o rodeado de pocos colaboradores, acumulando un impresionante volumen de investigación sobre esos hombres y mujeres que vinieron o se fueron, ilustres mensajeros del conocimiento, como abejas en perseverante acción de polinización intelectual.

Solo en este año el proyecto ha generado un libro: “Huellas, Ashiato, Paulkhuna” sobre la contribución asiática a la ciencia y la biomedicina en Venezuela, así como un trabajo científico sobre “La Familia de científicos judíos Budowski”. Publicaron dos artículos sobre el ingeniero italiano-venezolano Mario Vecchi , here and here y un esbozo biográfico del ingeniero catalán Reclus Roca Vila. Se trabajó en la segunda parte del trabajo sobre “La Inmigración Italiana y el progreso Científico y Técnico en Venezuela”, parcialmente publicado en ProDavinci.

Este año VES presentó tres trabajos, en conferencias internacionales y nacionales. Álvarez Cornett fue seleccionado como SHOT Global Community Scholar 2024-2025 por la Sociedad de La Historia de la tecnología, en evento que se realizó en Viña del Mar, Chile.

Detrás de todos estos esfuerzos está el incansable José Álvarez Cornett.

Las Armas De Coronel; El diario de los viernes, 20 de diciembre de 2024

 

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