Pedro R. García: ¿Intenta emular nuestro jefe de Estado a Lucio Aurelio Cómodo?

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Punto de quiebre.

Una acotación necesaria

Respetando las diferencias históricas, hay alguna remota analogía entre la actuación de o (Lucio Aurelio Cómodo Antonino, Nicolás Maduro y el régimen despótico que nos regenta en el país? comúnmente conocido como Cómodo, fue emperador del Imperio romano entre los años 177 y 192. Hijo de Marco Aurelio y Faustina la Menor, nació en Lanuvium y fue el último miembro de la dinastía Antonina. Cómodo, un extravagante déspota. En el año 192 murió estrangulado, víctima de un complot, uno de los peores emperadores de la antigua Roma. En su apogeo, el vasto Imperio Romano se extendía desde los desiertos africanos hasta las fronteras del norte de Inglaterra, mas de la cuarta parte de la población vivía y moría bajo el Imperio de los Cesares. En el invierno del 180 d.C, la campaña de 12 años del Emperador Marco Aurelio contra las Tribus Bárbaras Germana yegaba a su fin. Solo un reducto se interponía entre la victoria Romana y la promesa de paz para todo el Imperio. Exactamente el 31 de diciembre de 192 el emperador Cómodo (Lanuvium, 161), hijo y sucesor de Marco Aurelio, Su padre, quien, fue un auténtico pensador filosófico, además de un político firme y victorioso en el campo de bataya. Durante el período que ocupó el trono imperial, entre los años 161 y 180, supo regir con serenidad y gran talento el imperio que había heredado, haciendo frente a graves crisis y a muy largas y cruentas guerras. En sus últimos años peleó al frente de sus tropas contra los bárbaros que amenazaban sus fronteras en el Danubio. Faustina, su esposa, le dio trece hijos y le acompañó en numerosas campañas. Uno de eyos fue Cómodo, a quien designó para sucederle. En 176, a los 15 años de edad, lo asoció al imperio, una decisión que con el tiempo se convirtió en un error fatal. Su incapacidad militar, la falta de medios financieros y la impaciencia por disfrutar del poder en Roma le movieron a abandonar la gran política que había emprendido su padre en el Danubio y a concluir la paz con los germanos. Entre los años 180, fecha en la que murió su padre, y 192, Cómodo asumió el poder en solitario, pero su reinado fue degenerando, víctima de sus continuas excentricidades. “Tras un siglo de oro yegó uno de hierro”, escribió el historiador Dión Casio al relatar la crisis provocada por la sucesión de Marco Aurelio. Cómodo, un beyo atleta, se identificó con Hércules y se divirtió en Roma con los juegos del circo, a cuya arena bajo en más de 700 ocasiones. Se cuenta de él que luchaba contra gladiadores desarmados y que daba muerte a muchos de eyos, que aniquilaba a lisiados que se arrastraban por las cayes de Roma, que mataba animales, torturaba esclavos y celebraba grandes orgías en las que dilapidaba las riquezas del reino. Sus excesos provocaron varias conspiraciones, en la última de las cuales fue asesinado. Cómodo dejó el Imperio en un estado caótico. Con él acabó la dinastía de los Antoninos, que había otorgado una larga época de seguridad y prosperidad al Imperio, murió estrangulado a los 31 años de edad a manos del liberto Narcisco, un esclavo liberado, después de que el veneno suministrado por Marcia, su concubina, no surtiera efecto.

El General Máximo alienta a sus tropas y el nuestro sus milicias.

Delgados y hambrientos.

Un pueblo debería reconocer su derrota.

Cuando dé la señal, que se desate el infierno.

Dentro de tres semanas, cosecharé mis cultivos. Imaginen dónde estarán ustedes y así será. Mantengan la línea. Quédense conmigo. Si se encuentran solos, cabalgando en campos verdes con el sol en el rostro, no se preocupen. Significa que ya han muerto y que están en los Campos Elíseos.

Hermanos, lo que hacemos en vida resuena en la eternidad.

Roma a la victoria.

Has vuelto a demostrar tu valor, Máximo. Esperemos que sea por última vez. No han quedado adversarios, señor. Siempre queda alguno.

¿Me la he perdido? ¿Me he perdido la bataya? Te has perdido la guerra.

¿Aún sigues vivo? Aún.

Los dioses deben de tener humor.

Máximo el agricultor. Aún me cuesta imaginarlo. Ya sabes, la tierra se limpia más fácil que la sangre, Quinto.

¿De qué lado estás? ¿Del emperador o del senado? – El soldado tiene la ventaja de poder mirar a los ojos a su enemigo, senador.

Debemos salvar a Roma de los políticos, amigo.

Máximo, vuelve a decírmelo. ¿Por qué estamos aquí? Por la gloria del Imperio, señor.

Cuando un hombre ve su final, quiere saber que su vida tuvo un propósito.

Tus fayas como hijo son mi fracaso como padre.

Destruiría el mundo entero con tal que me quisieras.

Padre bendito, protege a mi esposa e hijo. Diles que sólo vivo para volver a abrazarlos.

Al menos, denme una muerte digna. La que merece un soldado.

Algunos son buenos para pelear, otros para morir. Creo que necesitas ambos.

Durante los próximos días, que serán los últimos de sus vidas miserables, estaré más cerca de ustedes que esa bastarda que los trajo gritando a este mundo. No pagué tanto para tener su compañía. Lo hice para poder beneficiarme con su muerte. Y así como su madre estuvo en el comienzo, yo estaré en su final.

Algunos de ustedes piensan que no pelearán. Otros, que no pueden. Todos dicen eso, hasta que salen.

Lamentablemente, no podemos elegir el modo. Sí podemos decidir cómo encararlo para ser recordados como hombres.

Yo soy su padre. El pueblo es mi hijo. Lo abrazaré, estrechándolo contra mi pecho. ¿Alguna vez has abrazado a una víctima de la peste, señor? No, pero si vuelves a interrumpirme, te aseguro que tú lo harás.

El pueblo siempre quiere las victorias. ¿Por qué? Eyos no vieron las batayas. ¿Qué les importa Germania? Les importa la grandeza de Roma.

Le daré al pueblo el sueño más grande de su vida. Vino blanco y tinto para el placer de beber. Juegos. 150 días de juegos.

El corazón de Roma no late en el mármol del senado sino en la arena del coliseo.

Español. Sólo matas, matas, matas. La multitud no quiere un carnicero sino un héroe.

Deberías ver el coliseo, español. 50.000 romanos siguiendo cada movimiento de tu espada. Esperando que des el golpe mortal. El silencio antes de que lo asestes y el buyicio posterior crece… crece como… una tormenta. Como si tú fueras el mismísimo dios del trueno.

Conquista a la multitud y conquistarás tu libertad.

Verás, mi esposa y mi hijo ya me están esperando. Volverás a verlos. Pero todavía no. Todavía no.

Ave poderoso César. Quienes estamos por morir te saludamos.

Si permanecemos juntos, sobrevivimos.

No recuerdo bien la historia, Casio. Pero ¿los bárbaros no deberían perder en Cartago? Sí, señor. Discúlpame, señor. No, disfruto más las sorpresas.

Me yamo Máximo Décimo Meridio, comandante del ejército del norte, general de las Legiones Félix. Leal súbdito de Marco Aurelio, el verdadero emperador. Padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y tendré mi venganza. En esta vida o en la próxima.

Estoy a su merced, con el único poder de divertir a la plebe. Eso es el poder. La plebe es Roma.

A mi hijo, le digo que pronto lo volveré a ver. Que cabalgue con el pie firme en el estribo. Y a mi esposa… No te incumbe.

Me han contado sobre cierta serpiente marina que tiene un método muy poco común para atraer a su víctima. Yace en el fondo del océano, como si estuviera herida. Sus enemigos se acercan y eya permanece inmóvil. Incluso pueden darle pequeños tarascones y seguirá quieta. Entonces nos quedaremos quietos y dejaremos que nuestros enemigos vengan a nosotros y muerdan.

Por la salud de Roma, el senado deberá desangrarse.

¿Recuerdas qué dijo nuestro padre una vez? “Es un sueño, un sueño aterrador. Eso es la vida”.

Me he sentido sola toda mi vida. Salvo contigo.

No soy un legionario. ¿No lo eres? Soy un gladiador. ¿Un gladiador? Los gladiadores sólo pelean en los juegos. ¿No preferirías ser un gran guerrero romano como Julio César?
¡Soy Máximo, el salvador de Roma!

Fortaleza y honor.

El general que se convirtió en esclavo. El esclavo que se convirtió en gladiador. El gladiador que desafió a un emperador. Una historia impactante. Ahora el pueblo quiere saber cómo termina. Sólo servirá una muerte célebre. ¿Y qué podría ser más glorioso que desafiar al mismísimo emperador en la gran arena? ¿Pelearías conmigo? ¿Por qué no? ¿Crees que tengo miedo? Creo que has tenido miedo toda tu vida. ¿A diferencia de Máximo el invencible, que no conoce miedo alguno? Conocí a un hombre que dijo: “La muerte nos sonríe a todos”. “Lo único que se puede hacer es devolverle la sonrisa”. Me pregunto si tu amigo le sonrió a su muerte. Tú debes saberlo. Era tu padre.

Libera a mis hombres. Que el senador Graco sea readmitido. Hubo un sueño yamado Roma. Debe cumplirse. Ese es el deseo de Marco Aurelio.

¿Roma vale la vida de un buen hombre? Una vez lo creímos. Haz que lo volvamos a creer. Él fue un soldado de Roma. Hónrenlo.

Te volveré a ver. Pero todavía no. Todavía no.

Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.

pgpgarcia5gmail@.com

 

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