Salman Rushdie fue victima ayer de un ataque con un afilado puñal en la ciudad de Nueva York por parte de un fanatico religioso inspirado en una orden de asesinato. Si, fue el Ayatolla Rudollah Khomeini, un viejo y obstinado religioso, fallecido el 3 de junio del 1989, y quien en ese momento era el líder espiritual de los chiitas, secta musulmana en el poder en el Irán desde la caída del Sha de Iran Mohammad Reza Pahlaví.
Khomeini después de leer el libro el cual hoy anexamos a este artículo, ordenó una Fatwa (decreto de castigo con la muerte) por considerar que el libro escrito por Rushdie blasfemaba los principios religiosos que Mohammad había escrito en el libro sagrado del Corán. Por lo tanto ese monje, anárquico, obsoleto, reaccionario y con comportamientos que al más puro fascismo alemán italiano de antes de la segunda guerra lo harían palidecer y que no obstante viviese en el siglo XX, actuaba como actúan algunos, afortunadamente una mínima parte de los mulsumanes, como si viviesen en pleno siglo X antes de cristo.
El 14 de febrero de 1989 el Ayatollah Komeini (Ayatollah es un título que se otorga en Irán a los líderes religiosos cultos en teología y ciencias jurídicas, que ejercen una fuerte influencia política en la sociedad civil) dictó un edicto religioso (decreto) o Fatwa, instando a su ejecución, ejecución esta que podía ser realizada, siendo ademas su obligacion, por cualquier musulman en donde lo avistara. Salman Rushdie, hindu de origen y con nacionalidades británica y americana, tenía 42 años cuando su novela Los versos satánicos llegó a manos del ayatolá iraní Komeini. Decreto textual de la condena a muerte de Rushdie:
“Comunico al orgulloso pueblo musulmán del mundo que el autor del libro, Los versos satánicos —libro contra el islam, el Profeta y el Corán— y todos los que hayan participado en su publicación conociendo su contenido están condenados a muerte. Pido a todos los musulmanes que los ejecuten allí donde los encuentren”.
El líder religioso murió el 3 de junio de 1989, tres meses después de haber dictado esta orden condenando a muerte por blasfemo al autor de la novela. La Fatwa o decreto de muerte se extendió como la pólvora entre los musulmanes. Rushdie era un autor muy conocido tras haber ganado el premio Booker con una novela anterior, Hijos de la medianoche, obra que trata de la transición de la India del colonialismo británico a la independencia y la partición de la India británica inspirada en la gesta de Mahatma Gandhi. Pero de nada le sirvió su prestigio ni vivir en Reino Unido, lejos de Irán. A la Fatwa se añadió, un tiempo después, una recompensa que supera los tres millones de dólares para el ejecutor de la sentencia.
Si apreciados lectores, en pleno final del siglo XX un religioso musulman ordena a sus correligionarios que salieran de sus hogares en la búsqueda de ese pecador quien se había atrevido a escribir lo que pensaba y a hacer uso de ese principio básico del ser humano, como es la libertad de expresión.
Ayer después de 33 años un outsider, un joven musulman de origen libanes, trató, aparentemente sin lograrlo, por lo menos hasta el momento que escribo esta nota, de cumplir con la orden de matar a este intelectual, quien le ha dado luces a la literatura contemporánea, literatura que propone una discusión de la actual realidad de la práctica de la religión musulmana. Se calcula que en la actualidad son 1.800 millones de musulmanes en ell mundo, a quienes inspira su religión el profeta del islam Mohammad y siendo su Dios, Alá, quien le dictó los versos del libro sagrado, el Corán.
Creo interesante que veamos, por lo que les propongo distinguidos señores en esta corta nota quien es este polémico y en general conceptuado como brillante escritor. El mismo que en los finales de los años 80 convulsionó al mundo no solo de las letras universales, sino también al mundo civilizado. Como ya hemos podido ver un clérigo ordena que, por favor, alguno de los mil ochocientos millones de mulsumanes esparcidos por el mundo se metan en el cinto un afilado puñal a fin de dar caza a un intelectual que ha osado expresar sus ideas, plasmadas en una novela, sobre el comportamiento de miembros de esa religión. Pues ese ser humano sujeto a ser cazado, la presa, como lo que analogicamente significaría acabar con un lobo hambriento que se esconde en un matorral, al acecho de los niños que juegan en los columpios de una escuela de kindergarten. La presa es un ser humano, se trata de Salma Rushdie.
Al inicio de su carrera y recién laureado de Cambridge trabajó como creativo en una agencia de publicidad. Rushdie brillante, polémico e irónico y no menos sarcástico, este escritor indio naturalizado británico nació en Bombay en 1947, en el seno de una familia de fe islámica de padre no creyente y de madre no fanática y maestra de profesión. Nuestro personaje, quien nunca ha subestimado las amenazas y hoy se debate entre la vida y la muerte, a sus trece años de edad, en enero de 1961 fue enviado por sus padres al Reino Unido, donde estudió en Rugby School, uno de los más prestigiosos internados británicos. Allí fue mortificado por sus compañeros a causa de su origen indio y de sus escasas dotes deportivas, pero sus virtudes de eso que llamamos inteligencia le permitieron que estudiara en el muy prestigioso King’s College de la Universidad de Cambridge, donde obtuvo la maestría en historia en 1968 en mención de estudios islámicos. Salman Rushdie ha escrito 162 libros y ensayos.
Concluyo esta nota escrita en esta soleada mañana, recordando que en el régimen de los Ayatolas en Iran es el mismo que decreta el asesinato de escritores por ellos censurados y en el cual la dictadura de Venezuela se apoya tecnológica y militarmente para mantenerse en el poder y con el poder de seguir martirizando a su pacífica población.
Los Versos Satanicos – Salman Rushdie. 307 páginas
Anfi del Mar el 12 de agosto del año 2022