Ezequiel Querales Viloria: Del yanki ¡vete a casa!, al yank ¡vete al carajo!…

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Como rancia recordación, similar a la saña del huracán IAN a su paso por Fort Myers Beach, en el suroeste de Florida, quedará entre los venezolanos que seguimos añorando la justicia, la democracia y libertad, la infeliz negociación de la Casa Blanca que devino en la liberación de los narco-sobrinos.

Un trago amargo, difícil de digerir, que a decir verdad, lo que ha hecho, es confundir a quienes creíamos en la impoluta, magnánima e insobornable justicia estadounidense. En la ejemplar e inmancable autonomía de sus poderes.

Pareciera que la impredecible fatalidad de los fenómenos naturales, se adelantaran con sus impredecibles desastres en los suburbios de la Florida, donde han echado raíces, y conviven, miles de compatriotas, a presagiar tan desafortunada decisión.

Bastaría darle vistazo, a como queda ahora, ante la opinión del mundo, el riguroso accionar de la “prestigiosa”, Drug Enforcement Administration (DEA, por sus siglas en inglés), en la lucha y combate contra las poderosas mafias del narcotráfico y narco guerrilla, donde estaría metida la mano del régimen venezolano.

Y Ahora Qué, como apuntaba el 28 de marzo del 2015 el periodista cubano-venezolano, (más venezolano que cubano, digo yo) Fausto Masó, en uno de sus telúricos artículos de los domingos en el extinto diario, El Nacional.

Para entonces, señalaba atinadamente nuestro colega, que “nos oponemos a Maduro, ignorando a favor de qué luchamos, nos limitamos a enarbolar la bandera de la democracia sin saber realmente de qué estamos hablando. ¿De la democracia como un sistema para escoger gobernantes? ¿De la democracia social?  ¿Del magnánimo modelo democrático Yanki? ¿De qué o Qué?

Sus acertadas premoniciones, nos devuelven a los gloriosos y tormentosos hechos del pasado reciente, y vienen a colación, para vislumbrar de algún modo, el tamaño de la tragedia en que hemos caído, y seguimos sumergidos los venezolanos.

Es oportuno subrayar, las clarinadas de la mordaz y acuciosa prensa estadounidense, que con tino advierte, premia o castiga, al “establisment” gringo, cuando tuerce su rumbo:

“El crimen contra la humanidad cometido el 11 de septiembre de 2001 pedía a gritos justicia. Pero, en lugar de ello, Estados Unidos respondió con sus propios crímenes de derecho internacional y, en los 20 años transcurridos desde los atentados, ha distorsionado los principios de la justicia penal. La ausencia de justicia continúa a día de hoy”.

Vimos que sin demora, Miraflores, enarboló su victoria, al saludar, el resultado de estas negociaciones y “hacer votos por la preservación de la paz y la concordia con todas las naciones de nuestra región y del mundo”.

“¿Soporta un país vivir sin ilusiones? ¿Quién elaborará los nuevos sueños? Inevitablemente surgirán en unos años, o en el próximo siglo, y serán una sorpresa, como siempre. Mientras tanto avanzaremos en medio de la nada” (…) (Fausto Masó dixit. ¿O, acaso, pasamos del otrora revolucionario y enardecido grito: ¡Yanki go home!, al soez tratamiento de desprecio gringo, ¡Go fucking!, o mejor en venezolano, ¡Yanki vete al carajo!, apuntamos nosotros.

ezzevil34@gmail.com

 

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