EL arzobispo Carlo María Vigano publico el domingo 7 de junio una misiva dirigida al Presidente Donald Trump en la que lo calificó como una “batalla espiritual” de proporciones bíblicas donde el enemigo es el yamado “Deep State” o Estado profundo.
Necesitamos leer a Whitman por la conmoción de perspectivas nuevas que nos proporciona, pero también porque sigue profetizando los enigmas no resueltos de la conciencia norteamericana.
Hare solo un comentario sobre este grueso tema que no se puede despachar con simplificaciones, ni con vanas profecías aprovechando y que estoy dando lectura a una exegesis de la biblia griega del biblista venezolano pastoreño teólogo y de la Universidad Italiana “Ambrosiana” de la que el profesor emérito con larga y profusa literatura entre las que destaca una obra intitulada, “Como leer la Biblia”.
Apelare a yuxtaponer dos citas en una Odiseo sagazmente advierte a Aquiles: “Antes que sea demasiado tarde piensa en cómo defender a los Danaos del funesto día”, y la otra es el soberbio pasaje de la canción de guerra de Debora en jueces 5.
Si Héctor hace “gala de su brío”, para Aquiles será un funesto día, pues el poder siempre se consigue a expensas del sufrimiento de otro, y si uno hace gala de su brío y consigue una victoria provoca un día funesto al enemigo. El recuerdo viene determinado por el dolor, que era el análisis brutalmente homérico Nietzsche de todo recuerdo significativo. Pero ese no es el tipo de recuerdo que se exalta en la Biblia Hebrea. Debora, con amarga ironía se ríe triunfante de las tribus de Israel que no se han sumado a la batalla contra Sisara y, sobre todo de Rubén, con sus escrúpulos, dudas y vacilaciones: “ansiedades de corazón”, desdeña a los que han seguido con sus comercios diarios, a Dan, que se quedó en los barcos, a ser, que no se movió de la orilla. Entonces, de pronto con desgarradora intensidad y fuerza moral, pronuncia un magnito himno de alabanza para las tribus que lo han arriesgado todo por su alianza con Yahvé; para aquellos que han sabido ir mas allá de las ansiedades del corazón”.
“La inmortalidad solo abre media hoja de su puerta estrecha y deslumbrante”.
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