Cesáreo Espinal Vásquez: Un abrazo fraterno

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Segundo domingo de enero

Epifanía, significa el 6 de enero de cada año, la manifestación del niño Jesús y la llegada de la paz, del abrazo fraterno sin exclusiones de clase social, etnias o razas, credos y sexo. Es la luz de la amistad, del amor, de la comprensión y de la conciliación en búsqueda del ideal social que es convivencia en paz para una sociedad justa. El abrazo fraterno es el más grande regalo que se da y se recibe en el segundo domingo de enero, abrazando a la familia y al salir a la calle con el vecino y a toda persona.  La humanidad está viviendo en un mundo insano donde lo ético y la moral sucumben ante el personalismo, el egoísmo, la violencia, la corrupción y el crimen. No hay días interminables, lo que hoy, pudiera ser grave y triste, mañana con la voluntad de Dios se superan las adversidades. Tiempo para estar unidos, tiempo para amar, tiempo para reír, tiempo para llorar y tiempo para separarse, todo tiempo en paz, es la Eclesiastés. Los nobles sentimientos son imperecederos y “quien ama con el alma, la muerte no existe”. Una mano cariñosa en una frente ardorosa, es la medicina fraternal que no tiene precio por ser el mayor regalo para quien desea afecto. El abrazo fraterno, es conciliación alegre para la convivencia, porque “vivir por vivir, no es vivir, vivir en paz es vivir”, cuya base fundamental es el amor, la ética y el respeto.  Aupemos con verdadera vocación fraternal para transitar por senderos del buen camino forjando mentes sanas para buenas obras, recto proceder y libre desenvolvimiento de la personalidad, pero asimismo, saber que no todo lo bueno puede ser justo, porque prometer o dar bajo intereses personales o políticas, manipulación y hechos dolosos, no es bueno y mucho menos justo.  El abrazo fraterno es paz, no para mantener un espíritu contemplativo ante la cruz, sino cumplir con el legado de Jesús, de amor, fe, esperanza y caridad.

No existe un poder mayor o máximo, que el poder de lo justo en un verdadero  Estado de Derecho en donde se debe conjugar el bien común, la seguridad y la justicia, principios elementales que en su cónsona administración conducen a la paz social y en definitiva, no es sino, el abrazo fraterno, sin odios ni rencores, sin abuso del derecho y en defensa de los deberes sociales.

Es la manifestación de Jesús en la epifanía de su presencia para que todos seamos hermanos en el abrazo, vengan de donde vengan para vivir en paz alegre.

En el segundo domingo de enero de cada año, recordemos ese ideal social, deseando salud, optimismo y paz con el abrazo fraterno. Dios bendiga a Venezuela.

cjev34@gmail.com

 

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