En el transcurso del primer semestre de 2023, la economía venezolana ha sufrido las consecuencias derivadas del estancamiento en la producción y exportación petrolera, resultado directo de la falta de inversiones, la trama de corrupción de PDVSA y las sanciones económicas impuestas contra el país por los Estados Unidos.
Aunque no se cuenta con cifras oficiales, al cierre de 2021, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano nominal alcanzó cifras de 50.468 millones de dólares o 111.810 millones ajustados por poder de paridad adquisitiva (PPA), lo que representa un PIB per cápita en torno a los 2.000 dólares. Durante el 2022, se apreció un crecimiento del 12% PIB nominal, cerrando el año con cifras en torno a los 56.524 mil millones de dólares o 125.227 millones (ajustados por PPA).
En el primer semestre de 2023, se apreció una reducción de la actividad económica en torno al 4% a 6% en comparación con el año 2022, con una contracción del consumo y de la producción industrial en torno al 30%.
Aunque según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera un crecimiento del PIB del 5,0% a finales de año, muchos economistas venezolanos, consideran que dicha cifra es optimista, estimando un crecimiento no superior al 2%.
La inflación sigue siendo uno de los grandes problemas que vive Venezuela, registrándose durante el primer semestre del año una tasa acumulada de 100,8% según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) y una devaluación del 61%. Aunque resulta un término inadecuado, la inflación en dólares puede estimarse en 20% durante el mismo periodo, lo que implica una mejora respecto al 50% estimado al cierre de 2022.
La tasa de desempleo oficial es del 10%, con muy escasa oferta de oportunidades laborales, especialmente para los jóvenes. Buena parte de la población está sumada al trabajo por cuenta propia y a la economía informal, calculando que tan solo un 55% tiene un empleo formal. Los ingresos de los venezolanos en general son bajos y asimétricamente distribuidos, estimando que tan solo el 15% de la población alcanza ingresos mensuales superiores a los 500 dólares y el 35% ostenta ingresos inferiores a los 100 dólares por mes. Según diferentes encuestas, un 86% de la población tiene ingresos complementarios derivados de trabajos extra, remesas y bonificaciones del gobierno.
Aunque la balanza comercial todavía muestra un pequeño superávit, al igual que en el 2022, los ingresos por exportaciones petroleras han tendido a la baja durante el primer semestre del año. Las exportaciones no petroleras y otras fuentes de ingresos como las remesas suman un 30% del total del dinero que entra a la nación.
En lo que respecta a los servicios públicos, Venezuela enfrenta serias deficiencias en áreas críticas como la recolección de basura, el suministro eléctrico, el abastecimiento de agua potable y el acceso a internet.
Asimismo, en las últimas semanas fue notoria la escasez de combustible en el interior del país.
Si bien han mejorado de manera notable, los niveles de violencia y criminalidad se mantienen elevados, evidenciado por un total de 9.367 muertes violentas en 2022. No obstante, se observa una reducción de este indicador en un 40% en relación con el 2015, desde el año 2021.
Más de un 70% de la población muestra desinterés en el acontecer político, no obstante, persiste una marcada polarización entre el oficialismo y la oposición. El gobierno busca renovar el Consejo Nacional Electoral (CNE) de cara a futuras elecciones, mientras que la oposición está en proceso de seleccionar a su candidato presidencial en las elecciones primarias de octubre, con algunos de sus principales líderes políticamente inhabilitados. Esta polarización política y las marcadas diferencias ideológicas dificultan la construcción de consensos productivos de cara a la gobernabilidad del país y a las relaciones exteriores, especialmente aquellas relacionadas con el manejo de las sanciones.
En el segundo semestre de 2023, el tema económico estará muy ligado al incremento de la producción petrolera, así como a una probable laxitud de las sanciones que pesan sobre el país. Por otra parte, las tensiones geopolíticas y la volatilidad de los precios del petróleo son también factores que influirán importantemente en el escenario económico venezolano.
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