Javier García: ¿Por qué ir en dirección del miedo?

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Ese es un mal consejero, pero un excelente mensajero, eficaz, destructivo, un espía certero para indagar nuestras debilidades y defectos, nuestras añoranzas, y nuestras incertidumbres exactas, para destruirnos por dentro.

No es amigo de nadie; de nadie es ni será buen compañero para salir adelante en ninguna circunstancia.

No es talismán, ni buen asesor, ni adorno buen adorno, ni asesor, artista ni poeta tampoco; Al contrario, yerra fácilmente el que está bajo su embrujo; pues la amistad es un tesoro, el arte es belleza, amor, valentía y arrojo.

Se aprovecha de nuestras creencias, de nuestras dudas, de nuestros prejuicios;de  nuestras inconsistencias y  malas costumbres, de nuestras bajas pasiones y de nuestros vicios, de nuestros  rituales y tradiciones.

Este engendro no es un ignorante, por el contrario, es inteligente, es un estratega, estudioso disciplinado, acendrado filósofo que logra convencerte de que el miedo está de tu parte.

Conoce bien todas las teorías, las fórmulas psicológicas, la sicología social de sus potenciales víctimas, que logra atrapar destruyendo sus nervios.

Es decir que es tenaz, perseverante, indolente, pues no le importa si es mujer u hombre, inberbe o adulto, si está en la adolescencia o la niñez, clase social, credo, religión, la raza, si es  neto o deficiente,  todo  lo estudia para someterlo a su antojo.

Es un truhan este señor miedo, un psicópata, un estafador, un manipulador sin escrúpulos.

Todo un pillo, un opresor de primera línea, a quien podemos vencer, encarcelar, mantenerlo encerrado en su lugar, encadenar en su sitio, alejado de nosotros…

¡Que así sea!

 

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