Fue momificado por el Dr. Knoche, el Frankestein venezolano. Recomendó la celebración del Año Nuevo a partir de 1824
Destacado político, agricultor, traductor, autodidacta y benefactor caraqueño, apasionado por la investigación histórica, de fina pluma y talento; nació el 29 de diciembre de 1787.
Inició estudios de Derecho en la Ilustre Real y Pontificia Universidad de Caracas; no pudo concluirlos. Fue gran amigo de nuestro Siempre Precursor Francisco Miranda; acompañó al Libertador como su Secretario durante la magistral Campaña Admirable.
En julio de 1814, salió emigrado hacia las Antillas y Europa, regresó al país en 1821. Durante su permanencia en Francia, observó que se celebra el Año Nuevo en las plazas. Su recomendación tomada en cuenta permitió que en Venezuela se celebre a partir de 1824. El cañonazo de Año Nuevo empezó a disparase a partir de 1870. Integrante de la Municipalidad de Caracas, se dedicó a la traducción de libros europeos.
De tendencia liberal, opuesta a la conservadora; apoyaba las ideas separatistas, materializada con la disolución en 1830 de la República de Colombia, nacida en Angostura el 17 de diciembre de 1819; realidad unificadora del Libertador.
Lander fue director y columnista de los periódicos: Venezuela, El Congreso, la Segunda Aurora, El Lector Parlero El Relámpago y El Venezolano entre otros. En 1832, fue designado Síndico de Ocumare del Tuy, región donde adquirió haciendas para desarrollar la agricultura en grande, igualmente se preocupó por la protección legal de los campesinos.
En 1838 fundó y fue el primer Presidente de la Sociedad de Agricultores. Ocupó diversos cargos públicos. Promovió la creación de un banco en Caracas, que otorgara créditos para el desarrollo de la agricultura y la cría.
Pregonaba que: Las leyes para ser provechosas, debían inspirarse en la equidad y en la tolerancia.
El partido Liberal lo designó Senador en 1844.
Decía Lander que: Los partidos políticos son indispensables en el sistema representativo, de manera que sin ellos, Venezuela, sería como una carreta sin ruedas.
En plena actividad política, económica y de comunicador social, cuando se perfilaba firme candidato para la Presidencia de la República, le sorprendió la muerte en Caracas el 6 de diciembre de 1845, contaba 58 años.
Tenía bien ganado el concepto de benefactor. Su familia le solicitó al doctor y científico alemán Gottfried Knoche, (1813-1901), que lo embalsamara. Knoche llegó en febrero de 1840 a La Guaira con su esposa y dos hijos. Recibió la Reválida por parte de la U.C.V en 1845.
Ejerció en el Hospital de San Juan de Dios; destacó por sus conocimientos científicos por la atención a los pobres y por dedicarse al embalsamamiento de cadáveres sin reclamar y de animales en el laboratorio cercano a su residencia en el Waraira Repano. Knoche era conocido como El Frankestein venezolano.
El cuerpo de Tomás Lander una vez momificado, fue maquillado, vestido con flux negro sentado en un escritorio, en actitud de escribir, colocado en la entrada de la sala de su casa de Caracas, ubicada en la esquina de La Pedrera; así permaneció durante 39 años sin que el cuerpo sufriera mayores alteraciones.
El doctor Knoche también embalsamó al Presidente en ejercicio, el general Francisco Linares Alcántara, quien falleció de Afección Pulmonar en La Guaira el 9 de diciembre de 1845.
El Dr. Knoche inyectaba por la yugular un líquido que inventó para embalsamar, sin extraer las vísceras. No dejó la fórmula del referido líquido, sólo la suficiente cantidad cantidad para él.
Los restos de Tomás Lander ingresaron al Panteón Nacional el 5 de abril de 1884.
La población de Ocumare del Tuy, ubicada en el estado Miranda, es la capital del Municipio Tomás Lander en honor de este excelso personaje.