No soy ningún experto en este tema, ni pretendo serlo, pero tengo la posibilidad de opinar en general sobre el mismo, como lo puede hacer cualquier venezolano medianamente informado en la materia. Además, considero un deber, para con la nación venezolana y quienes en ella se desempeñan en el campo de la política, dar mi opinión sobre ésta y otras trascendentales materias.
Los BRICS+ son una asociación de países emergentes, constituida en 2010 por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, a quienes se agregan desde enero de este año Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Constituye un nuevo espacio internacional económico político, adicional y no necesariamente alternativo al establecido por el G7, que reúne a los grandes países capitalistas de Occidente más Japón. Es otra muestra de construcción de un mundo más plural.
Para Venezuela, país en grave crisis económica y social, producto de factores causales internos y externos, y sometido además a unas sanciones económicas perversas, que golpean a su pueblo y dificultan mucho su recuperación, los BRICS+ sí podrían representar una alternativa del desarrollo que en este momento nos es negada, por las acciones neocoloniales del imperialismo gringo y la incompetencia, negligencia y corrupción gubernamentales.
Pero para poder incorporarnos a una organización fundamentalmente económica, que debe superar a un sistema mundial de carácter monopólico, hegemonizado por el G7, se tiene que ser muy serio en el ordenamiento de la economía, muy pulcro en el manejo de las finanzas, muy formal en el respeto de las disposiciones legales y la seguridad jurídica, así como no dar bandazos en el campo de lo político institucional.
La ausencia de estas conductas conspira contra los intereses del país y de su propio gobierno, no sólo en lo interno, donde se perpetúa el desorden y el caos de todo tipo, sino también en lo externo, pues el país no es apreciado como un sitio seguro para las inversiones de los grandes capitales, ni como un aliado serio con el que se pueda contar para el fortalecimiento de todos. Los BRICS+ no son la Cruz Roja Internacional, ni están dispuestos a poner en peligro sus finanzas.
No pudo concretar el gobierno de Maduro un nexo más permanente y estable con esta nueva asociación, pese a sus esfuerzos diplomáticos, y ésa es la realidad de lo sucedido, independientemente de las declaraciones que se den y los discursos solidarios de Putin. Y no estamos cayendo en las bajezas de ciertos opositores, que no sólo se alegran ante el cierre de una puerta de esperanzas de recuperación, sino que se burlan del alto gobierno en las formas más groseras posibles.
Hemos alertado muchas veces al gobierno de Maduro, que la política de aislamiento internacional nunca ha sido beneficiosa para ningún país: ni para su gobierno, ni para la nación que en él vive y se desarrolla. Aislarse tiene un costo muy alto y, mucho más, cuando en ese aislamiento comienzan a participar quienes hasta ahora habían mantenido su conducta solidaria.
El gobierno debe preguntarse: ¿Qué hemos hecho que nuestra adscripción a los BRICS+ no fue posible? No es el veto de Lula. Ésa es la respuesta simple, la que no va a las causas de la situación, pues allí están China e India, además de Rusia, que son los poderosos de esa alianza, y quienes perfectamente, si hubieran tenido argumentos, habrían presionado a Brasil. Es más, allí está Irán, el más importante de los nuevos miembros.
Y la respuesta no puede ser el estereotipo usado por algunos de la traición de Lula a sus principios, de su derechización, de haberse vendido a los gringos, de incluso considerarlo como a un Uribe cualquiera. No. El canciller brasileño ha hablado de la falta de confianza hacia el gobierno de Maduro. Toca al gobierno analizar su parte de responsabilidad en esa pérdida de confianza, pues en una relación de dos, ambos tienen responsabilidades, a lo mejor no de la misma magnitud, pero las tienen.
Ah… Dejo claro que no estoy apoyando la decisión de Brasil, entre otras cosas porque de nuevo el perjudicado no es el gobierno, sino el pueblo, la nación venezolana, todos nosotros.